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25 abr 2016
Todo es vibración, todo es frecuencia
No me voy a ir por las ramas. Al grano: todo es vibración, todo es frecuencia. Esta afirmación que da título al post no es algo que diga a la ligera. Es algo que he comprobado en mi propia vida. Un concepto básico para entender nuestra naturaleza y la naturaleza de la Creación, por ende.
Cuando digo que todo es vibración o frecuencia me estoy refiriendo a que nuestro grado de creación (como co-creadores que somos, junto con el Todo, que también somos) se rige por unos parámetros vibratorios. Somos energía, o quizá sería más correcto decir que todo lo que somos es TRADUCIBLE EN ENERGÍA, que es el concepto humano creado por la Ciencia para explicar nuestra naturaleza. Pero también es un concepto que, desde ciertos ámbitos espirituales, se ha adoptado muchas veces (no siempre) para explicar lo que somos, aunque desde una perspectiva más metafísica e incluso poética. Pues bien, ese punto en común tiene su razón de ser por algo muy simple: la Ciencia ha descubierto que nos movemos a nivel atómico y subatómico en forma de vibraciones, unas vibraciones que provocan una frecuencia determinada en absolutamente todo, en cada una de las partes de nuestro cuerpo, en nuestros pensamientos o acciones… incluso cada interacción, sea de la naturaleza que sea y siempre que haya un científico diligente detrás, puede ser estudiada bajo el filtro de la vibración microscópica que tiene lugar entre nuestros átomos. Y el caso es que ese movimiento vibratorio que tan bien hemos reconocido los humanos con nuestra actividad mental, analítica y científica, es EXACTAMENTE la forma que tiene de expresarse el Espíritu del Todo que somos. Los científicos se empiezan a dar cuenta de ello, y de ahí que hayan surgido en las últimas décadas teorías y ramas de la física (la física cuántica) que aúnan Ciencia y Espíritu para explicar lo que somos.
La inclusión del concepto de CONCIENCIA está pegando fuerte en las últimas teorías de la FÍSICA CUÁNTICA. Y parece ser que tanto Ciencia como Espiritualidad empiezan a entenderse y a comprender que siempre han sido lo mismo, solo que han tomado caminos muy dispares, opuestos incluso, para llegar a conclusiones sorprendentemente parecidas.
Como he dicho, LA CONCIENCIA, concepto tan venerado por los más puristas del sector “espiritual” es, hoy por hoy, explicado desde la Física. He aquí la explicación de Conciencia que vale y satisface a unos y a otros: LA CONCIENCIA ES UN ESTADO VIBRATORIO. El experimento de Young de la doble rendija, allá por el 1800, sembró un nuevo camino, y hoy por hoy, la Teoría de Cuerdas y de los mundos paralelos, así como las teorías de la Multidimensionalidad del Universo, incluyen el concepto de Conciencia y se nutren de lo que se deriva de él: que según el ENFOQUE con el que abordemos cualquier problema, la solución puede ser una u otra, es decir, que EL OBSERVADOR DETERMINA LA REALIDAD. Dicho de otra manera: que el estado de conciencia depende de cómo observemos los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. O más precisamente aún: SEGÚN LA VIBRACIÓN QUE EMITAMOS, CREAMOS UNA U OTRA REALIDAD. ¿Veis a dónde quiero llegar? Estoy hablando de que sois los RESPONSABLES ABSOLUTOS DE LA REALIDAD QUE ESTÁIS VIVIENDO… según cómo la observáis, es decir, según dónde ponéis el enfoque, es decir, según la percepción del observador… Todas son formas diferentes de decir lo mencionado anteriormente: que CREÁIS VUESTRA REALIDAD SEGÚN LA VIBRACIÓN QUE EMITÍS. Ojalá impartieran esto en las escuelas…
He hecho mención a lo que la Ciencia tiene que decir al respecto tan sólo para que toméis en consideración (si no lo habíais hecho ya) que estamos en tiempos en los que la ECLOSIÓN DE UNA NUEVA CONCIENCIA está acaeciendo. Es por eso que la Ciencia toma nuevos rumbos y acoge nuevas visiones con la determinación de encontrar la verdadera Naturaleza que somos. La Ciencia, energía eminentemente masculina, analítica, se empieza a impregnar de la energía femenina, panorámica. Por el contrario, la Espiritualidad, hasta hace poco entendida como algo puramente volátil y etéreo, se impregna de la Ciencia para poner los pies en el suelo e integrarse entre nosotros. La Nueva Conciencia ya está aquí y significa la unión de ambas energías, la integración de dos modos de ver la realidad que son dos caras de la misma moneda y que no pueden existir la una sin la otra. Esas dos caras son lo mismo, expresado de distinta manera. Esas dos energías son una única cosa: una misma vibración que determina lo que entendemos por “REALIDAD”.
Y hablando de vibración, vayamos a lo que nos interesa de verdad: si todo es vibración, ¿cuál es la vibración a emitir?, ¿hay buenas o malas vibraciones?, ¿cómo emito esa vibración?… Calma, calma. Acabo de decir que TODO es vibración, y ahí he incluído PENSAMIENTOS, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS. También he dicho que todo es cuestión de PERCEPCIÓN o de ESTADOS DE CONCIENCIA, y a la vez sabemos que cada uno de nosotros es EL TODO EXPRESÁNDOSE DE UNA MANERA ÚNICA Y EXCLUSIVA. Ahora imaginemos que tomamos estas tres afirmaciones y que aún no nos lo creemos, pues nuestro ego intenta explicarlo y darle un sentido racional y lógico, aún sabiendo que son conceptos que escapan a la lógica. Imaginemos eso y que nos hacemos la pregunta que todos nos estaríamos haciendo entonces si nuestro ego, soberbio y juicioso, preguntara a la mismísima Divinidad, sin saber que ésta es él mismo: “Ya, claro, ¿entonces me estás diciendo que la materia también es una vibración y que yo soy el que la creo directamente a través de los pensamientos, emociones y sentimientos que emito, que también son una vibración surgida del estado de conciencia o percepción en el que estoy, y que tengo ese poder porque soy el Todo mismo expresándose a través de este cuerpo?” La Divinidad, el Todo, la Fuente, Dios, o como queráis llamarlo, contestaría: Sí. Literalmente. Lo has clavado.
Si jamás has oído esta afirmación, te doy la bienvenida y te dejo que lo medites un rato. Yo recuerdo que cuando llegué a esta conclusión, fue algo tan revelador para mí que el tiempo se paró por unos instantes. Esto significaba varias cosas, así, de golpe: que lo que yo llamaba realidad, que asociaba con el mundo material o físico, ERA ALGO CREADO POR MÍ; y que cada individuo CREABA Y VIVÍA EN SU PROPIA REALIDAD, es decir, que realidades hay muchas y todas diferentes, tantas y tan diferentes como individuos hay en el mundo entero. Me voy a sentar en este banco, me dije, pues de la excitación había salido de casa y andaba sin dirección por la calle… Retomé el aliento y empecé a pensar en las infinitas posibilidades de esta revelación. Es entonces cuando fui un poco más allá: pensé entonces que lo que yo llamaba “materia” o “fisicalidad”, sencillamente “no estaba ahí”, tan solo se me aparecía a mí de esa manera porque yo me ENFOCABA en verlo de esa manera, porque yo PENSABA de esa manera y SENTÍA que eso era así. Es decir, porque mi PERCEPCIÓN de las cosas era ésa. O lo que es lo mismo, porque mi ESTADO DE CONCIENCIA era ése… Había hallado algo realmente trascendente.
Ahora bien, con esto no quiero decir que el mundo de la materia en el que nos movemos no exista, todo lo contrario, ¡es muy real! Pero es la realidad porque el estado de conciencia en el que estamos determina que nuestra realidad sea así: con cosas que tocar, ver, percibir a través de nuestros sentidos, en definitiva… (nuestros sentidos físicos, claro). Me estoy refiriendo a que encontré la correlación entre lo material y lo no material, me refiero a que supe, de la misma manera que la Ciencia y la Espiritualidad habían determinado, que esa correlación tenía un nombre: VIBRACIÓN. No había ninguna diferencia entre lo material y lo intangible salvo un ESTADO VIBRATORIO. Es decir, que eran lo mismo PERO EN DISTINTO GRADO. Así pues, me pregunté, ¿y qué vibración primigenia es la que determina que la realidad sea ésta realidad material y física que tanto nos gusta (y muchas veces nos disgusta) percibir con nuestros sentidos, también físicos? La respuesta la sé ahora y os la he dado en varios posts: LA CREENCIA EN LA SEPARACIÓN DEL TODO. Ya he hablado muchas veces sobre esto pero lo voy a repetir una vez más: creemos que estamos separados del Todo, creemos entonces que todo está delimitado, creemos entonces que hay un principio y un fin para todo… ¿y qué cosas tienen un principio y un fin en nuestro mundo, en nuestra realidad? ¿qué cosas están delimitadas?
ABSOLUTAMENTE TODAS. Y las que no, las apartamos, categorizándolas como “cosas que no son reales”, y consiguiendo así, delimitarlas y hacerles un hueco entre las “cosas que sí son reales”. Somos unos auténticos maestros en juzgar, encorsetar, etiquetar, delimitar… ¿no os parece? Somos unos auténticos maestros en vivir acorde a la creencia de que estamos separados del Todo, a vivir una realidad basada en todo lo que el ego (el agente creado para vivir en una realidad con estas características) determina QUÉ ES REAL Y POR TANTO DIGNO DE SER EXPERIMENTADO. El único pero es que una realidad así nos hace, como ya he dicho tantas veces, sobrevivir, más que vivir, sufrir, más que gozar, esforzarnos, más que fluir. Algo normal, por otra parte, pues estamos viviendo una realidad totalmente opuesta a la que nuestra Verdadera Esencia es (una realidad única, cohesionada, eterna, perfecta). Pero vamos por el buen camino, ya nos estamos dando cuenta. Ya empezamos a ver más allá de la forma, ya empezamos a mirar en nuestro interior para cambiar lo exterior, ya empezamos a sanarnos para sanar nuestro entorno y a los demás, YA EMPEZAMOS A CAMBIAR NUESTRA VIBRACIÓN PARA CAMBIAR LA REALIDAD QUE DESEAMOS EXPERIMENTAR.
Dicho esto, y volviendo a las preguntas expuestas anteriormente:
+¿Hay buenas y malas vibraciones? Sí y no. Sí, si sigues dejando que tu ego sea el que tome las riendas de tu vida. Es decir, si sigues catalogando la vida en cosas buenas y malas, mejores o peores, reales o no reales… Es decir, si sigues creyendo que estás SEPARADO DEL TODO, y por tanto SOBREVIVIENDO A TODO AQUELLO EXTERNO A TI, con cuyas propiedades te comparas indefectiblemente, pues en tu creencia eso (lo externo) no eres tú. Pero si tienes integrado tu Ser Verdadero, aquel que siente y ve la vida como única, cohesionada, perfecta y eterna, responderás que no, que no hay buenas ni malas vibraciones, simplemente hay ESTADOS VIBRATORIOS. Entenderás que cada estado vibratorio tiene su razón de ser dentro de la totalidad perfecta y divina del Todo, del cual todas las cosas forman parte, independientemente de que el ego las juzgue como buenas o malas. NO JUZGARÁS, SINO QUE HONRARÁS TODO.
+¿Cuál es la vibración a emitir? La que quieras. Estamos en un Universo de libre albedrío, en el que el Todo se expresa a través nuestro BAJO EL VELO DEL OLVIDO. El juego es ése, amigos: LA VIDA EN UN PLANETA, EL NUESTRO, EN EL QUE NOS HEMOS OLVIDADO DE LO QUE SOMOS PARA EXPERIMENTAR VIBRACIONES MÁS DENSAS Y QUE EL TODO SE EXPANDA CON LAS EXPERIENCIAS QUE CADA UNA DE NUESTRAS ALMAS OBTIENE AQUÍ A TRAVÉS DE NUESTROS CUERPOS. Y es así que, de este modo, puesto que creamos a partir de vibraciones y éstas determinan nuestra realidad, está en nuestra mano vibrar de la manera que NOS DÉ LA GANA. Puesto que el velo del olvido estuvo presente (y sigue estando) durante mucho tiempo (o por lo menos lo que a nosotros nos parece tiempo lineal, el cual en otros estados de conciencia no existe como tal), la realidad, también durante mucho tiempo, ha sido creada a partir de VIBRACIONES EGOICAS: la creencia en la separación del Todo, siendo ésta la vibración de pensamiento o mental; y las emociones de MIEDO, que son las vibraciones derivadas de dicha creencia o vibración de la separación del Todo. Ahora bien, el velo del olvido se está levantando, hemos entrado en la Era de Acuario, por eso yo he despertado, por eso tú me estás leyendo, por eso nos encaminamos hacia la Quinta Dimensión de Conciencia, que no es nada más que nuestro siguiente paso evolutivo. Y es por esto que ahora tenemos más información: una información que nos ha ido llegando con cuentagotas a través de los místicos en muchos momentos de nuestra Historia (muchos de ellos ahora Maestros Ascendidos: Jesús, Buda, Kwan Yin, Saint Germain, y unos cuántos más…); a través de seres ejemplares que venían aquí con la intención de anclar frecuencias vibratorias más elevadas para que nosotros las utilicemos ahora; a través de manuscritos, libros, hallazgos arqueológicos, que ahora empiezan a salir a la luz irremediablemente porque nosotros cada vez elevamos más nuestra frecuencia e igualamos la frecuencia de dichos hallazgos e informaciones (frecuencia vibratoria iguala a frecuencia vibratoria, esto es una ley universal, el principio de la Ley de Atracción), por lo que ahora dichas informaciones pueden ser “encontradas” por nosotros; o más recientemente y de una manera más fluída, a través de todos y cada uno de nosotros que empezamos a despertar la conciencia, puesto que AL SER UNO, LA EXPANSIÓN DE UN INDIVIDUO ES LA EXPANSIÓN DEL OTRO, Y VICEVERSA (antes el ego dominaba de tal manera la Humanidad que era imposible esta propagación, pero el caso es que ahora estamos despertando en masa; es la evolución, amigos). Pues bien, si el velo del olvido se está levantando, es gracias a todo este tipo de canales de información (nosotros) y a las energías entrantes en la Tierra en este periodo de tiempo en concreto. Y lo importante, al menos para mí y todo aquel que esté interesado en expandir su conciencia (tú, imagino), es que la frecuencia vibratoria acorde con el siguiente paso evolutivo del ser humano es EL AMOR INCONDICIONAL. Si quieres experimentar las mieles del amor expansivo, gozoso, alegre, compasivo, humilde, poderoso, generoso,
relajado, confiado, radiante, glorioso, extático… no tienes más que vibrar como amor incondicional. Si quieres seguir experimentando todo aquello que has experimentado hasta ahora, no tienes más que elegir cualquier otra vibración que no sea el amor incondicional. Tú decides.
+¿Cómo emito una u otra vibración? La respuesta a esto es simple, pero no siempre de fácil aplicación: se emite una vibración SIENDO ÉSA VIBRACIÓN. Tranquilos, es bien sencillo. Todos nosotros, a cada instante, en cada momento, estamos emitiendo vibraciones, puesto que a cada instante y en cada momento estamos PENSANDO Y SINTIENDO. Si nos identificamos con todo aquello que pensamos y sentimos, estamos siendo ésa vibración. Y créedme, lo natural es identificarse con todo aquello que uno piensa y siente. Lo importante entonces es saber que un cambio de identidad normalmente se produce EN EL TIEMPO, es decir, cambiar la manera de pensar y sentir requiere CONSTANCIA, pues también lo normal es que el esquema mental y emocional de un individuo esté firmemente arraigado en el NÚCLEO de su ser. El truco está, pues, en DEDICAR NUESTRA CONSTANCIA A ELEGIR QUÉ SER. Es decir, DÓNDE PONER EL ENFOQUE. O más concretamente (y así enlazamos con el principio de este post), DECIDIR LO QUE EL OBSERVADOR (tú, yo, nosotros) QUIERE EXPERIMENTAR. Al hacer esto, empezamos a DIRIGIR nuestro pensamiento, en lugar de que él nos dirija a nosotros. Dirigimos nuestra atención a aquello que queremos experimentar, y, por el mero hecho de hacer eso, estamos redireccionando nuestro enfoque, cambiando nuestra percepción, emitiendo una vibración distinta, y por tanto, SIENDO ESA VIBRACIÓN DESPUÉS DE UNA PROLONGADA CONSTANCIA EN EL TIEMPO (a veces más tiempo, a veces menos, según lo arraigado del anterior esquema). Explicado de otra manera: ALTERAMOS NUESTRA CONCIENCIA, Y ASÍ CAMBIAMOS NUESTRA REALIDAD. Lo voy a poner en otras palabras: tú decides qué pensar, y por tanto, qué sentir, y puesto que tú creas tu realidad a partir de las vibraciones que emites, es decir, a partir de lo que piensas y sientes, tu realidad se ve alterada según lo que piensas y sientes. Tu realidad se ve alterada a partir de aquello con lo que te identificas en cada momento, es decir, aquello con lo que eres en cada momento. Somos reprogramadores mentales, como si fuéramos una especie de ordenador en el que ha existido un programa que lo hacía funcionar de una determinada manera (el ego) y que ahora puede reprogramarse solito para experimentar todo aquello que el anterior programa no le dejaba experimentar (el amor incondicional) aunque lo andara buscando desesperadamente. Somos un superordenador consciente de qué elegir para poder experimentar, un superordenador CONSCIENTE DE SU PROPIA EXISTENCIA, como en las películas de Hollywood, ¿no os parece alucinante?
Está en tu mano ser lo que quieras ser, y por tanto, experimentar la realidad que quieras experimentar. Es tu absoluta responsabilidad, ahora que sabes esto. Ya no puedes escaparte y argumentar que la vida es muy dura o que las personas son de tal o cual manera y que eso es la causa de tu desdicha, ya que ahora sabes que no importa lo que haya ahí fuera, pues tú tienes el poder de decidir cómo percibes esos acontecimientos con la intención de experimentarlos según tu enfoque. SEGÚN CÓMO VIBRES, ÉSA ES TU REALIDAD. Recuérdalo siempre: todo lo que ves y lo que no ves son frecuencias vibratorias. Todo. Nada está escrito. Nada es de una determinada manera per se. Todo es como tú quieras que sea según lo que pienses y sientas al respecto. ENTRENA TU MENTE para cambiar tu vida. ENTRENA TU SENTIR para experimentar todos esos maravillosos sentimientos que deseas en tu vida. Saber que LA REALIDAD ES LA VIBRACIÓN QUE EMITES es el comienzo de tu SANACIÓN, y por extensión, de mi sanación y la de los demás, pues todos somos Uno. En cuanto comiences a TOMAR CONCIENCIA de todos aquellos patrones mentales que no hacen nada más que lastrar tu expansión, querrás cambiarlos por otros más acordes con aquello que quieres experimentar. Y LO HARÁS. Y empezarás a reconocer que, cuanto más enfocado/a estés en esa mejoría, más fácil te será cada vez redireccionar tu vida mediante patrones más alineados con la nueva vibración que estarás emitiendo, pues estos llegarán a ti mediante la Ley de Atracción, siempre presente en nuestro Universo y una de tus mayores aliadas en la creación de tu realidad.
Aunque también es tu decisión no creer esto que he expuesto aquí, y seguir con la vida que has llevado hasta ahora. Yo ahí no me meto. Es tu decisión y la respeto. Al fin y al cabo, ésa es tu realidad.
Sea como sea, gracias por leerme.
Namasté. In lak’ech.
http://renegadocosmico.com/?p=305