"De Norte a Sur, este país se rendirá a los pies de Jesús", pronosticó el sábado pasado el apóstol Estevam Hernandes, de la iglesia Renacer en Cristo, mientras unos 350.000 evangélicos recorrían las calles de San Pablo, la ciudad más grande de Brasil.
La Marcha para Jesús, como se llama la manifestación que ya va por su 20ª edición, se realizó, este año, en un clima celebratorio, ya que el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) acababa de divulgar datos del último censo, que revelan un fuerte crecimiento de fieles evangélicos en este país de 192 millones de personas.
Este grupo pasó de representar el 15,4% de la población en 2000 (26,2 millones), al 22,2% en 2010 (42,3 millones). Y este aumento vino acompañado por un fuerte incremento de su influencia en la política brasileña: en el Congreso, compuesto por 594 miembros, la bancada evangélica pasó de tener 36 integrantes en 2006 a 79 en la actualidad, la mayor cantidad en su historia, con representantes de 14 partidos.
"La iglesia debe participar efectivamente a través del voto popular. Dentro de las convicciones de cada iglesia y aquello que ella ve como mejor propuesta, tiene que cumplir ese papel", dijo Hernandes sobre el rol político de los evangélicos.
Sus palabras fueron confirmadas por un sondeo de Datafolha elaborado durante la marcha, en el que el 31% de los entrevistados reconoció que el apoyo de sus pastores a un candidato político lo lleva "con seguridad" a votar por esa persona. Mientras tanto, el 34% de los encuestados apuntó que "tal vez" votarían por un candidato al que sus líderes religiosos indiquen.
Estos datos adquieren especial relevancia este año: el 7 de octubre, los brasileños irán a las urnas en elecciones municipales, territorios donde las iglesia evangélicas tiene gran influencia.
"El pueblo pregunta al pastor a quién votar", destacó el ex pastor neopentecostal Marcelo Crivella, a quien la presidenta Dilma Rousseff designó, en marzo pasado, como ministro de Pesca, en un claro intento por atraer el respaldo de los evangélicos a la agitada coalición oficialista encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT).
No es la primera vez que un evangélico llega al gabinete; ya Marina Silva, que fue candidata presidencial por el Partido Verde en 2010, integró el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva como ministra de Medio Ambiente. Sin embargo, Silva no actuó como rostro de los evangélicos -jamás expuso sus creencias en público-.
El caso de Crivella, del Partido Republicano Brasileño, tiene una significación mucho mayor, según los analistas. Crivella es sobrino del popular teleevangelista Edir Macedo, dueño de la exitosa cadena de televisión Récord.
"Con el ingreso de Crivella al gabinete, Dilma buscó una interlocución directa con la gran masa de fieles evangélicos, luego de que durante la campaña la acusaron de apoyar el aborto", indicó a LA NACION el sociólogo Pedro Ribeiro de Oliveira, profesor de la Pontificia Universidad Católica del estado de Minas Gerais.
"El crecimiento de los evangélicos es una señal de la despolitización de los partidos políticos, que han ido perdiendo su perfil ideológico. Frente a ese vacío es que crecen las bancadas de intereses especiales, como los evangélicos o los ruralistas", explicó.
Aunque las distintas corrientes evangélicas tienen sus diferencias, políticamente concuerdan en su oposición al aborto, la eutanasia, las uniones de homosexuales y la cultura sexual liberal.
"Nuestras banderas comunes son la defensa de la vida, la familia y la libertad religiosa", apuntó el diputado João Campos (Partido Social Demócrata Brasileño), líder del Frente Parlamentario Evangélico, quien aclaró que en el Congreso la bancada evangélica no discute dogmas sino políticas y resaltó que muchas veces actúa en convergencia con los católicos.
A diferencia de la férrea jerarquía de la Iglesia Católica, los evangélicos tienen una estructura horizontal que los ha ayudado a extender su influencia en un país tan vasto y de tantos contrastes como Brasil.
Actúan mucho en las comunidades más pobres y en la recuperación de drogadictos, como Cristolandia; además hacen gran uso de la radio, la televisión e Internet, como el famoso pastor protestante Pentecostal Silas Malafaia, líder de la poderosa Asamblea de Dios.
"Los evangélicos están muy presentes en términos de ocupación geográfica, en las favelas, en el campo y en los suburbios de las ciudades. Tienen una comunicación muy fluida con la base social y por eso son muy buscados por las diferentes fuerzas políticas", señaló Roberto Romano, profesor de ética y filosofía de la Universidad Estatal de Campinas, autor de "Brasil, Iglesia contra Estado".
LOS NÚMEROS
22,2% Proporción de la población Unos 42,3 millones de brasileños dijeron ser evangélicos en el censo de 2010
79 Parlamentarios evangélicos Esa es la cifra de diputados y senadores que profesan la fe de entre un total de 594 legisladores
1 Ministro en el gabinete Para atraer a los evangélicos al PT, Dilma designó a un neopentecostal como ministro de Pesca, en marzo
CERCA DE LA ALCALDÍA DE SAN PABLO RIO DE JANEIRO (De nuestro corresponsal).- Desde que varios pastores evangélicos le expresaron su apoyo, el candidato a alcalde de San Pablo Celso Russomanno creció significativamente en las intenciones de voto para las elecciones municipales del 7 de octubre. Una encuesta de Datafolha publicada ayer ubicó a Russomanno, del Partido Republicano Brasileño (PRB), en virtual empate técnico con el que hasta hace un par de semanas era el favorito, José Serra, del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB). Según los analistas, el ascenso de Russomanno se debe a su fuerte exposición en la cadena televisiva Récord, propiedad de un líder evangélico.
http://www.lanacion.com.ar/1492427-los-evangelicos-suman-fieles-y-poder-en-brasil