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7 abr 2015

Sudáfrica hundida en escándalos de corrupción, espionaje internacional y luchas entre facciones con la ayuda de Rusia



Por Thabo Seseane Jr. (Comité Internacional de la IV Internacional)

Traducido por Chucho Nery

2 de Marzo de 2015

En revelaciones relacionadas con los documentos filtrados de los “Cables Espías” publicados por Al Jazeera en colaboración con el diario Guardian, el diputado de la opositora Alianza Democrática (AD) David Maynier afirmó que se le advirtió que no investigara un proyecto conjunto de vigilancia entre Rusia y Sudáfrica.  Se cree que se trata de un satélite usado por espías sudafricanos rivales para husmearse entre sí a través de Rusia.

En una aparición en Al Jazeera el 27 de febrero Maynier, el Ministro de Defensa y Veteranos a la sombra, afirmó que “se lanzó un satélite (para Inteligencia de Defensa de Sudáfrica) alrededor del 14 de diciembre de 2014,” bajo el nombre código Flauta.  El programa de vigilancia satelital sería para uso militar estratégico, culminando eventualmente en el lanzamiento de un satélite por intermedio de Rusia en nombre de Sudáfrica para integrar los programas de vigilancia satelital de los dos países para suministrar una cobertura más amplia en toda África inclusive hasta Israel.

Según la filtración el informe ultra-secreto de la Agencia de Seguridad Estatal de Sudáfrica (SSA por sus siglas en inglés) muestra que Rusia y Sudáfrica están cooperando en un programa secreto de vigilancia satelital, que la SSA bautizó con el código Proyecto Cóndor.

“De forma bizarra,” como como explica un boletín de prensa en la página web de Maynier, “la Agencia de Seguridad Estatal parece haber estado recolectando inteligencia sobre un programa de vigilancia satelital a implementarse por Inteligencia de Defensa.”

El informe de la SSA fechado el 28 de agosto de 2012 representa la primera vez que se informa sobre el Proyecto Cóndor/Flauta al público.  Dice que la SSA confiaba en un agente en Rusia para saber detalles sobre el proyecto conjunto de vigilancia satelital entre los rusos e Inteligencia de Defensa.

Las revelaciones vinieron días después que Al Jazeera y el Guardian comenzaran a publicar lo que ellos trataron de vender como “cientos de informes secretos de inteligencia de agencias de todo el mundo.”  Los Cables Espías incluyen informes redactados por espías que trabajan para el Mossad de Israel, el MI6 de Gran Bretaña, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia, la Organización de Seguridad de Inteligencia de Australia y la SSA.

El Ministro de Seguridad Estatal David Mahlobo dijo en una entrevista con el Mail & Guardian que la filtración “socava la efectividad operacional de la inteligencia y su misión de asegurar las relaciones diplomáticas y de estado.”  Negó que la lucha entre facciones dentro del partido de gobierno pueda ser un factor importante en las revelaciones.

En lo que sonó como un intento adelantado por repartir culpas Mahlobo añadió: “Heredamos un (servicio) de inteligencia de un pasado fragmentado.  Tuvimos agentes de la inteligencia del apartheid y los de los movimientos de liberación.  Fueron reunidos para servir al país...”

El jefe de Mahlobo, el Presidente Jacob Zuma, encabezó el ala de inteligencia del Congreso Nacional Africano (CNA) en el exilio.  Que las filtraciones hayan aparecido durante su mandato parecen ser un asunto delicado.

Los Cables Espías describen a Johannesburgo como “El Dorado del espionaje”.  Expertos han dicho que, mientras bajo el apartheid el país estuvo relativamente aislado del mundo, con la explosión de la cantidad de embajadas abiertas luego del ascenso del CNA al poder en 1994 hubo un aumento proporcional en el número de espías en Sudáfrica.

Aunque Sudáfrica cada vez más se alínea con Rusia y China -que ahora es el socio comercial más grande del país- a través de organismos multilaterales como el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) el país sigue estando susceptible a la presión de las agencias occidentales de inteligencia.  Supuestamente el MI6 británico y la CIA han fomentado una predisposición anti-iraní entre los espías sudafricanos.  Ellos advirtieron que los iraníes usaban Sudáfrica como campo de reclutamiento para grupos como AlQaeda y le pidieron a los sudafricanos que vigilaran a sus diplomáticos.

Según uno de los documentos filtrados la SSA consideró espiar para la CIA.  Al hacer esto, siguió el razonamiento, pudo haber aclarado lo que EE.UU. consideraba de más importancia, y revelar algunos objetivos de los esfuerzos por recolectar información por parte de EE.UU.

Las filtraciones llegan en un mal momento para Mahlobo.  Días antes de la primicia de Al Jazeera el ministro se vio obligado a anunciar una investigación sobre la interferencia de la señal que evitó que los periodistas usaran sus teléfonos celulares durante el discurso sobre el estado de la nación el 12 de febrero.

En el palco de prensa los periodistas impedidos de cubrir el evento en tiempo real agitaron sus aparatos coreando “¡Restauren la señal!”.  El Jefe de Disciplina de la AD John Steenhuisen se levantó para objetar el apagón comunicacional y fue seguido por otros diputados de la oposición, que lo denunciaron como una violación del reglamento parlamentario y por lo tanto inconstitucional.

Una nota escrita a mano del Vicepresidente Cyril Ramaphosa a Mahlobo provocó que el ministro abandonara la Cámara unos minutos.  Cuando regresó también lo hizo la señal de la red celular.

Minutos después los diputados de los Luchadores por la Libertad Económica (EFF por sus siglas en inglés) fueron atacados por funcionarios policiales armados y personal de seguridad del parlamento con atuendos blancos y negros.  Los diputados del EFF fueron sacados de la sesión conjunta de la Asamblea Nacional y el Consejo Nacional de las Provincias por interrumpir el discurso del presidente, exigiendo saber de Zuma cuándo pensaba devolver los 23 millones de dólares en fondos estatales que gastó ilegalmente en su complejo privado en Nkandla.

El caos en el parlamento y las infructíferas investigaciones de Maynier sobre los acuerdos secretos del satélite espía entre Rusia e Inteligencia de Defensa es representativo.  Que se le diga a un diputado en funciones, como lo informa Maynier, por parte de personas desconocidas, que el satélite de vigilancia no es algo que él quiera ver demasiado de cerca apunta hacia algo más que un sigiloso autoritarismo.  La impotencia de los políticos de oposición se hace cada vez más evidente.

Estos eventos revelan los límites de la democracia parlamentaria burguesa.  Habiendo perdido el poder de persuasión el partido gobernante gira hacia un mayor secretismo y, cuando hace falta, hacia mayores demostraciones de fuerza.  La AD y los EFF son incapaces de obligar a Zuma a aceptar responsabilidad alguna por ningún satélite o por Nkandla, por no hablar de la restitución de alguna parte de los gastado por él personalmente.  Ni el CNA ni los reaccionarios de los EFF y la AD pueden dar expresión a la voluntad popular de la clase trabajadora sudafricana.

La represión en el parlamento tiene que ver con las maniobras de los agentes de la SSA y sus 140 contrapartes foráneas en toda Sudáfrica.  Todos reflejan sutilmente las gigantescas presiones sociales desatadas por la crisis sistémica del capitalismo global desde 2008.  Ninguna de las facciones elitescas de ninguno de los partidos en el parlamento representan una salida para los trabajadores empobrecidos y los desempleados.  Para las masas la respuesta yace en la construcción de un partido independiente de la clase obrera con una perspectiva socialista internacional.

Original en inglés: South African MP warned against investigating Russia-South Africa spy satellite



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