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28 mar 2015

El movimiento del Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos de Sudáfrica hacia el socialismo



El movimiento del Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos de Sudáfrica hacia el socialismo

La expulsión del Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos de Sudáfrica (SINOMSA) del Congreso de Sindicatos de Sudáfrica (CSSA) en noviembre de 2014 marcó un hito.  Profundizó más la crisis dentro de la Alianza entre el Congreso Nacional Africano (CNA, en el poder desde 1994), el CSSA y el Partido Comunista de Sudáfrica (PCSA).  Además de luchar por un cambio radical entre los sindicatos, el SINOMSA también jugó un papel primordial en la fundación de un Frente Unido que será lanzado en 2015.

En diciembre de 2014 Sam Ashman y Nicolas Pons-Vignon de la Global Labour Column (GLC) entrevistaron a Karl Cloete (KC, Sub-secretario general del SINOMSA) sobre el tumultuoso año y el camino por venir.
GLC: Los que no viven en Sudáfrica pueden creer que el SINOMSA es responsable de socavar el CSSA y la unidad de la clase obrera.  ¿Cómo respondería a esto?

KC: Cuando el CSSA se fundó en 1985 el SINOMSA estuvo en el centro de las conversaciones acerca de la unidad.  el CSSA fue producto de la lucha colectiva y la federación sacudió el mapa político bajo el apartheid y jugó un papel importante en el avance hacia la democracia.  Pero el CSSA, particularmente en los últimos ocho años, ha perdido casi totalmente su independencia.  Se ha visto enredada en la lucha entre facciones políticas dentro del CNA y el PCSA.  El CSSA, que solía ser una formación meramente defensora, se ha vuelto una organización capaz de llevar adelante luchas críticas -sobre el trabajo precario, el desempleo, la privatización y la mercantilización de los servicios públicos.  Estamos apelando legalmente nuestra expulsión y llamamos a que se acuerde un Congreso Nacional Especial de el CSSA.  La historia del CSSA es algo de lo que uno no puede desprenderse fácilmente.

GLC: ¿Cómo se metió el CSSA en semejante situación, dada su historia?

KC: Hoy en día el CSSA se limita a formar parte de la maquinaria electoral del CNA.  Más allá de eso sostiene una verdadera lucha para lograr influir en las políticas.  Ese ha sido el caso en los últimos 20 años, desde lo ocurrido al Programa de Reconstrucción y Desarrollo (PRD, el manifiesto electoral del CNA en 1994).  Fue una idea patrocinada por el CSSA, que se originó dentro del SINOMSA.  Sentimos que el nuevo gobierno debía hacer ciertas cosas para reconstruir a nuestro país, para alejarnos del dominio de la minoría blanca a expensas de la mayoría negra y promover políticas redistributivas para redirigir la torcida propiedad y control de la economía.  El PRD se volvió un compromiso entre los socios de la alianza, pero aun después de los compromisos la oficina del PRD en el gobierno fue cerrada, sin consultarlo.  Se introdujo un nuevo marco económico en 1996 y desde entonces el gobierno del CNA ha seguido un camino neoliberal.  Hoy en día el Plan Nacional de Desarrollo sigue exactamente el mismo patrón.  El CSSA sólo rubrica esas políticas neoliberales.  Es útil al gobierno del CNA el tener una federación laboral aliada, pero que sea una que no haga demasiado ruido.

En segundo lugar, existe la vieja cuestión de asar varios conejos al mismo tiempo.  Existen varios miembros del Comité Ejecutivo Central que tienen múltiples cargos.  El Presidente de el CSSA también es miembro del Comité Central del PCSA, es miembro del Politburó del PCSA y miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del CNA.  De manera que hoy el CSSA puede tomar una posición, luego se abandona el CSSA y se sienta en el CEN del CNA, y luego cambia de opinión.  Y lo que ocurre siempre es que se compromete la posición del CSSA.

El tercer problema es que el CNA y el PCSA le han comenzado a decir a el CSSA que su enfoque se ha vuelto 'opositor', que hablamos un lenguaje anti-CNA y anti-Alianza, y que como movimiento sindical nos hemos vuelto 'demasiado políticos'.  Esa impugnación se ha dividido en dos facciones -una facción apoya el statu quo del CNA y el PCSA, y la otra dice que nuestra lealtad debe ir hacia nuestros miembros, resoluciones, campañas y programas.

GLC: ¿Usted piensa que la unidad del CSSA aun puede salvarse?  ¿O le ha llegado la hora al SINOMSA y a los sindicatos que lo apoyan, de construir una nueva federación independiente?

KC: Primero hay que aclarar unas cosas aquí.  Primero, la facción dominante dentro del grupo que lleva la 'voz de la razón' está constituida por los sindicatos del sector público.  Eso es interesante por varias razones.  En junio de 2013 en el XIII Congreso Nacional del PCSA hubo un informe que llamaba a una forma diferente de organizar al sector público, bajo la línea de 'hacerse responsable de la revolución', es decir, que los sindicatos no debían oponerse a los programas gubernamentales.  Ellos deben suministrar un mejor servicio público, aun bajo medidas de austeridad.  De manera que su papel debe ser diferente al de los sectores industrial y minero.  Y esa perspectiva quedó obsoleta dentro del CSSA y se relaciona con el punto que mencioné anteriormente sobre el presidente del CSSA que es al mismo tiempo miembro del PCSA.  Se ha desarrollado una división entre los sindicatos del sector privado como el SINOMSA y los del sector público en donde no existe tolerancia hacia el disenso.  Esto ha llevado a muchos dentro del sector público a darse cuenta que los líderes se han vuelto contra sus propios estatutos y miembros.  Las prácticas democráticas son arrojadas por la ventana.  La gente ha decidido que es hora de desafiar el dominio de un liderazgo conservador, derechista y corrupto en estos sindicatos, que se comportan como delegados sindicales del CNA y el PCSA.
 Esta es la razón detrás del llamado a la formación de un nuevo sindicato del sector público.  Eso no tiene nada que ver con el SINOMSA, sería erróneo por nuestra parte hacerlo, pero sí pienso que la gente se ha inspirado en las resoluciones tomadas en el Congreso Especial del SINOMSA de diciembre de 2013.

De momento en el CSSA existen ocho sindicatos contra la expulsión del SINOMSA.  Ellos decidieron exigir la reincorporación incondicional del SINOMSA dentro del CSSA y dijeron que no van a participar en ningún organismo del CSSA hasta que eso ocurra.  El Presidente del CSSA afirma una y otra vez que el SINOMSA fue expulsado pero los trabajadores metalúrgicos deben permanecer dentro de la federación; algunos han llegado al extremo de fundar un rival del SINOMSA, que ha solicitado su membresía.

Hemos decidido ir a tribunales para exponer el deliberado proyecto para sacar al SINOMSA y porque queremos asegurar el respeto a las reglas de la federación.  La visión del SINOMSA es reclamar a la CSSA inclusive si hay que ir a los tribunales, pero si todo eso fracasa debemos comenzar el proceso de construcción de una nueva federación.  Es doloroso cuando das a luz algo y ya no eres parte de él, pero hay que continuar.  La realidad es que sólo el 30% de los trabajadores de Sudáfrica están organizados en sindicatos.

GLC: ¿Por qué ve necesario regresar a las políticas democráticas de masas de los años 80, y cómo ve el avance del Frente Unido?

KC: Sudáfrica es la capital mundial de las protestas por los malos servicios públicos; hay resistencia a las políticas neoliberales impuestas a nuestro pueblo, pero es una resistencia sin liderazgo.  No hay orientación.  Algunas veces las protestas se vuelven violentas y la rabia no es canalizada apropiadamente.  Necesitamos un nuevo Frente Unido [luego del Frente Democrático Unido de los años 80] para enlazar el sitio de trabajo con las luchas comunitarias.

Un día el PCSA dice que el SINOMSA es una formación 'obrerista', al día siguiente dice que somos demasiado políticos, que regresemos al sitio de trabajo.  Pero siempre hemos creído en la confluencia de las luchas comunitarias y laborales.  Debemos llevar a las comunidades a la acción laboral y la acción laboral a las comunidades.  Este es un nuevo despertar, debemos tomar de nuevo nuestro poder.  Hemos sido secuestrados por una pequeña élite negra que se da un banquete por medios corruptos.  Si no salimos a las calles probablemente no vayamos a cambiar las cosas.

GLC:  Ya hemos visto una respuesta agresiva a los acontecimientos dentro del SINOMSA.  Se han intervenido teléfonos, se han destruido carros y oficinas, y han sido asesinados tres delegados sindicales en 2014.  ¿Cómo planean enfrentar esta franca oposición?

KC:  Nunca será fácil construir una alternativa al CNA, un movimiento de liberación nacional con 103 años de vida.  En África y los países del III Mundo existe un inmenso apego sentimental por el partido que liberó al pueblo.  No nos hacemos ilusiones, será un trabajo duro.  Pero es necesario trabajar políticamente para que la gente renueve la confianza.  Muchos de los que han permanecido leales al CNA esta vez decidieron no votar.  Si Usted enfoca su atención a las zonas metropolitanas verá que el CNA ha perdido su arraigo.  Eso es lo que debemos discutir en el lanzamiento del Frente Unido: ¿estamos listos para presentar candidatos a las elecciones de gobiernos locales del 2016, y sobre qué plataforma, o tendría que participar en las elecciones un Partido Obrero?
GLC: ¿Cómo ve el avance del SINOMSA como sindicato de los obreros metalúrgicos?  ¿Qué tanto debería el SINOMSA dirigir estas diferentes luchas?

KC:  El SINOMSA seguirá siendo un sindicato y no se transformará en un partido político.  Vemos la des-industrialización y pensamos que no hay mejor ocasión para re-industrializar.  La transformación (de los recursos minerales) es puro bla-bla-bla pero no hay acciones.  El SINOMSA tiene una tarea.  Estamos negociando los contratos en todos los sectores metalúrgicos y de ingeniería.  Tenemos un plan hasta nuestro congreso nacional de 2016 que exige un trabajo de unión interna para servir a nuestros miembros pero también para hablar de asuntos socio-económicos más amplios.

En todos los frentes hace falta una alternativa, pero el SINOMSA nunca debe cambiar las bases sobre las cuales descansa -luchar contra la opresión, la discriminación y la explotación dondequiera que se encuentre dentro de la sociedad y asegurar el control de la clase obrera en la economía, lidiando con la desigualdad de género, levantando los asuntos a pie de máquina.  El SINOMSA es probablemente el único sindicato en crecimiento de Sudáfrica.  Dijimos en 2012 que para el 2016 debemos ser 400.000 y nos acercamos cada día más.  En julio del 2014 teníamos 346.000 miembros.  No se puede alimentar a los trabajadores con consignas políticas.  Por eso es que insistimos que ser un sindicato, responder a las necesidades de los trabajadores, es central y no es negociable.

GLC:  ¿Cómo ubica al SINOMSA en relación a otros intentos internacionales por resistir al neoliberalismo?

KC:  Hacemos trabajo internacional sobre la base del respeto a la independencia y la visión política de los demás, y su respeto hacia nosotros, dándonos cuenta que luchamos contra un enemigo común.  Tenemos vínculos con muchos países.  En Brasil tenemos relaciones con el MST y CONLUTAS, pero no nos alejamos de la CUT o el PT.  Los viejos y nuevos amigos deben respetar que trabajaremos con cualquiera que comparta nuestra perspectiva.  No vamos a descartar nuestra relación con el sindicato IG Metall en Alemania pero estamos haciendo nuevos amigos en Die Linke.  Estamos trabajando con los camaradas en Bolivia y nos emocionó la reelección de Evo Morales; en los EE.UU. tenemos varias conexiones, y recientemente recibimos una gran delegación del UNITE del Reino Unido.  En países particulares pueden haber tensiones; no interferiremos, pero nadie debe escoger por nosotros con quién debemos trabajar.  Estamos haciendo una gira internacional de estudio como parte de nuestra exploración del nuevo Movimiento por el Socialismo; y estaremos convocando una conferencia nacional sobre el socialismo.  Nos estamos colocando rápidamente a la cabeza.