Miembros de la Asociación Brasileña de
Ateos y Agnósticos (Atea) protestaron contra los gastos públicos para la
recepción del papa Francisco.
Con un secador de cabellos, promovieron un "debate" en frente de la
Catedral da Sé, en el centro de la capital paulista. Después de secarlas
simbólicamente del agua bendita para los bautismos, las personas
asistentes recibieron un certificado de participación en el acto.
"Podemos recibir al papa, pero no gastar tanto", dijo un dirigente.
Según el presidente de Atea, Daniel Sottomaior se han gastado 850.000
reales en una de las recepciones; "que los aviones de nuestra Fuerza
Aérea deban ir hasta el Vaticano para buscar su vehículo". Igualmente
criticó que la alcaldía de Río de Janeiro haya decretado cuatro días de
feriado, dos de estos parciales, por causa de la visita de Francisco.
Para Sottomaior, estos gastos son un ejemplo de como el laicismo del
Estado no se respeta en Brasil. "Las autoridades siempre hicieron lo
mismo en 120 años de República, poniendo los símbolos religiosos en las
reparticiones públicas, poniendo la frase 'Alabado sea Dios' en el
dinero", agregó de acuerdo con la agencia de noticias Brasil.