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AUTOBIOGRAFIA DEL DR. FRANZ LEE

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21 dic 2012

La Profecía Maya 2012: Un Orwelliano “Fin Del Mundo”


De hecho, el calendario maya no termina el 21 de diciembre de 2012. El 21 de diciembre marca el inicio de un nuevo “ciclo largo” en el sistema del calendario maya.
El Fin del Mundo es una falsedad y una mala interpretación del pensamiento maya. Lo que está en juego es una renovación, el despliegue de una nueva era. Para los mayas el 21 de diciembre de 2012 marca el inicio de un nuevo ciclo largo.
Mientras tanto, las historias y comentarios del “Fin del Mundo” son publicados en los tabloides de noticias. Mientras los medios occidentales refutan fácilmente la profecía maya, la narrativa apocalíptica, cuando se repite ad nauseam, sirve como una distracción y distorsión.
Un sondeo de Reuters-Ispos realizado el pasado mayo confirma que el 10% de la población mundial cree que: “El calendario maya, del que algunos dicen que acaba en 2012, marca el fin del mundo”.
Irónicamente, en agudo contraste con la profecía maya de renovación, el mundo real en que vivimos desde el comienzo del siglo 21 se caracteriza por una crisis económica y social que está empobreciendo a millones de personas, literalmente, destruyendo la vida de las personas.
En sentido figurado, nos encontramos en medio de un “escenario apocalíptico” con el despliegue de una naturaleza política, social y económica muy complejas : Hecho por el hombre, “Made in America”; Esta es la consecuencia de la fractura del sistema judicial, la evolución del aparato de Seguridad de Estado , la desregulación de los mercados financieros fraudulentos y la mala gestión de la economía real.
Los medios corporativos están involucrados en actos de camuflaje. Los efectos devastadores de una guerra nuclear se trivializan o bien no se mencionan. Contra este telón de fondo, la gente de todo el mundo debe comprender la gravedad de la situación actual y actuar enérgicamente en todos los niveles de la sociedad para revertir la avalancha de la guerra.
Estos cambios fundamentales en el tejido institucional y social, junto con un ambicioso programa militar global y una política de auto-servicio exterior de EE.UU, son los que apuntan hacia una posible ruptura de los canales de la diplomacia internacional , en la que los en últimos tiempos es protagonista la secretaria de Estado Hillary Clinton.
La guerra y la crisis económica están íntimamente relacionadas. Mientras la economía mundial se encuentra en un estado de caos, marcado por el colapso de los sistemas productivos, los Estados Unidos y sus aliados -incluidos la OTAN e Israel-, se han embarcado en una aventura militar, “una larga guerra” bajo el disfraz de una guerra “global contra el terrorismo “.
El diseño global militar del Pentágono es conquistar el mundo. El despliegue militar de Estados Unidos y fuerzas de la OTAN se está produciendo en varias regiones del mundo simultáneamente. Los juegos de guerra del Pentágono habitualmente se centran en la simulación de los escenarios de la Tercera Guerra Mundial. Esta agenda militar del “fin del mundo” es una amenaza potencial para el futuro de la humanidad.

Desinformación de los medios

Si bien la atención pública mundial se fija en el “apocalipsis maya”, la “verdadera crisis”, que está afectando a la humanidad no es un objeto de un debate serio. La “Larga guerra” del Pentágono se combina con un escenario oscuro de empobrecimiento global y el colapso económico no es noticia de primera plana.
Los medios corporativos juegan un papel central en la prestación de legitimidad a una agenda militar destructiva. El arsenal de armas de EE.UU. y la OTAN y el despliegue militar en todas las regiones del mundo son habitualmente presentados como instrumentos de paz. La nueva generación estadounidense de armas nucleares tácticas se dice que son “inofensivas para la población civil adyacente”. La “preventiva guerra nuclear” , que constituye un escenario apocalíptico de facto, es retratada como un “compromiso humanitario”.
Fundamental para la comprensión de la guerra es la campaña mediática que le otorga legitimidad a los ojos de la opinión pública.
La dicotomía del bien contra el mal prevalece.
Los autores de la guerra se presentan como las víctimas.
Según los medios occidentales, Estados Unidos y el “espacio Atlántico” de la OTAN fueron atacados por una “potencia extranjera” [Afganistán] el 11 de septiembre de 2001: una proposición absurda.
La doctrina de la OTAN de la seguridad colectiva, basada en el concepto de “defensa propia” fue invocada por el Consejo Atlántico, en la mañana del 12 de septiembre de 2001 como una justificación para bombardear e invadir Afganistán, porque Afganistán había atacado presuntamente América.
Mientras tanto, los medios de comunicación permanecen mudos: no hay análisis, no hay debate. La opinión pública es inducida al error.
Romper la “gran mentira”, que defiende la guerra como una empresa humanitaria, significa romper el aparato de propaganda que sustenta un proyecto criminal de destrucción global.
La propaganda de guerra no solo sostiene una agenda militar con fines de lucro, sino que también crea en la conciencia interna de millones de personas la aceptación de la guerra como un proyecto de sociedad. Literalmente, omite y excluye de la mentalidad humana los valores fundamentales de la de paz, el entendimiento y la justicia social. Se transforma a la gente en zombis inconscientes.
Los medios corporativos están involucrados en actos de camuflaje. Los efectos devastadores de una guerra nuclear se trivializan o bien no se mencionan. Contra este telón de fondo, las gentes del mundo occidental deben comprender la gravedad de la situación actual y actuar enérgicamente en todos los niveles de la sociedad para revertir la marea de la guerra.

La durísima “medicina económica”

La conducción de la guerra global está acompañada por un proceso de reestructuración macroeconómica mundial. En todo el mundo la “medicina económica” dura se impone.
Quieren hacer creer a las personas que la austeridad es la “solución” a la crisis cuando en realidad es la “causa” del colapso económico. En los años 1980 y 1990, el FMI impuso su “Programa de Ajuste Estructural” (SAP) en el Tercer Mundo, Europa del Este, los Balcanes y los países del antiguo bloque soviético. En todos estos países los niveles de vida se desplomaron y los programas sociales del Estado fueron eliminados o privatizados.
En América del Norte y la Unión Europea, la crisis social se ha visto marcada por el debilitamiento o la desintegración pura y simple de la sanidad, la Seguridad Social y la educación pública. La economía civil está en crisis. Los ingresos tributarios se reasignan a la construcción de una economía de guerra excepcional a costa de los servicios sociales. El colapso fiscal es el resultado inevitable. Los presupuestos estatales son dictadas por los bancos acreedores, que cada vez más deciden sobre el destino de millones de personas.
En todo Estados Unidos, millones de familias han perdido sus hogares. Las pequeñas empresas son conducidas a la quiebra. Lo que queda de la seguridad social y la sanidad está programado para ser desguazado. Los únicos sectores de la economía de EE.UU. que están en auge son el sector de bienes de lujo orientado al “One Percent” y el estado de la industria del armamento, compuesto en gran parte de los conglomerados de defensa como Lockheed Martin, Raytheon, Northrop Grumman, British Aerospace y otros .
Los fondos provenientes de impuestos se utilizan para librar guerras y matar a la gente
La economía de guerra está en auge, los aviones de combate F35 se venden a medio millon de dólares cada uno. No se incluye en este precio los 300 millones de dólares relacionados con el mantenimiento y conservación de estos aviones de combate. Canadá y Noruega está adquiriendo un gran número de estos aviones a costa de sus programas sociales. El coste total del programa militar de EE.UU. se estima en unos impresionantes 1,51 billones de dolares durante su ciclo de vida, como lo llama el programa, es decir 618 millones de dolares por avión.

Guerra y Globalización

La guerra y la globalización, incluida la imposición de medidas de austeridad mortales están íntimamente relacionados. La guerra mundial es buena para los negocios. Se alimenta de miles de millones de dólares en lo que el presidente Dwight D. Eisenhower denominó “complejo industrial militar”. Los titulares de fantasía sobre el Apocalipsis próximo sirven para eclipsar la dura realidad de las guerras de EE.UU. y la OTAN.
Varios nuevos sistemas de armas se introdujeron en el curso de la era de la Guerra Fría. El énfasis actual está en la guerra no convencional.
Guerra sin tripulación, matanzas desde una pantalla de ordenador, técnicas de modificación ambiental incluyendo la guerra climática, una nueva generación de armas nucleares, hecha en Estados Unidos, por no mencionar el uso de munición de uranio empobrecido que causa cáncer.
El telón de fondo es una cultura de la violencia en Hollywood donde la guerra, la brutalidad policial, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales son la “nueva normalidad”;
Mientras tanto, el desastre de Fukushima es una guerra nuclear sin guerra, que conduce a una contaminación masiva y una radiación, cuyas consecuencias todavía no se han evaluado por completo.

¿Quiénes son los actores principales escondidos tras la guerra dirigida por EE.UU.?

El complejo industrial militar incluye a los contratistas de defensa, junto con las organizaciones mercenarias y de seguridad contratados por el Departamento de Defensa de EE.UU. (DoD) , el establecimiento financiero de Wall Street incluyendo a los especuladores institucionales y los fondos de cobertura,
los conglomerados de biotecnología, la agroindustria y las grandes farmacéuticas, que producen las semillas genéticamente modificadas, las armas químicas y biológicas.
Esto se superpone con los sectores del complejo industrial militar,los anglo-americanos carteles petroleros y las compañías de energía.
Los gigantes de las comunicaciones se solapan con el aparato militar y de inteligencia, incluida la vigilancia y la tecnología de la policía estatal,
Hay que añadir a los conglomerados de medios que constituyen la piedra angular de la propaganda imperial de EE.UU..

Las Guerras en el Tablero de juegos del Pentágono

Las preparaciones activas de las guerras contra Siria, el Líbano e Irán se han producido durante los últimos ocho años.
Desde 2005, los EE.UU. y sus aliados de la OTAN, incluyendo a los socios de Estados Unidos e Israel, han estado involucrados en el amplio despliegue y almacenamiento de los sistemas de armas avanzados.
La opinión pública, influida por bombo de los medios han dado apoyo indiferente, ignorante o tácitamente, a los posibles impactos de lo que se mantiene como un ad hoc “punitivo” en una operación dirigida contra las instalaciones nucleares de Irán, en lugar de una guerra total.
La guerra contra Irán se presenta a la opinión pública como un tema entre otros. No se ve como una amenaza para la humanidad, como un escenario apocalíptico. Muy por el contrario: es visto como un esfuerzo humanitario que contribuye a la mejora de un concepto ilusorio de la seguridad mundial.
El “Fin del Mundo” es un proceso permanente realizado por el hombre. Lo que estamos presenciando en el siglo 21 es la pura y simple destrucción de países enteros.

Anulación de los logros del desarrollo Económico y Social de la posguerra. El desmantelamiento del Estado de Bienestar

La Unión Europea, que había alcanzado un alto nivel de desarrollo económico y social-está plagada de desempleo masivo y el desmantelamiento del Estado de Bienestar posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los gobiernos de los países soberanos son controlados por un establecimiento financiero en la sombra.
Casi una cuarta parte de los jóvenes europeos están sin trabajo, con la mayor tasa de desempleo juvenil registrado (52,1 por ciento) destacan Grecia y España.
En Grecia y España, las tasas de desempleo globales se sitúan en los niveles récord de 21,9 por ciento y 24,6 por ciento, respectivamente. En ambos países el desempleo ha aumentado considerablemente en el último año. En mayo de 2011, el desempleo se situó en el 20,9 por ciento en España y un 15,7 por ciento en Grecia.
A estas alturas de la gran depresión del siglo 21, con un caos económico que prevalece, la posibilidad de una quiebra financiera no debe ser desestimada.

Penalización del Sistema Bancario

Es conocida y documentado que los mega-bancos que supervisan la reestructuración económica de las economías de Europa y América del Norte están habitualmente involucrados en lavado de dinero y el tráfico de drogas. Los vínculos generalizados con el crimen organizado se han conocido. Los bancos trabajan mano a mano con los cárteles de la droga.
HSBC fue demandado por colaborar con el narcotráfico mexicano. Esto no es un hecho aislado. Todas las instituciones financieras más importantes están involucrados en el lavado de dinero del narcotráfico.
Y no olvidemos que la economía de la droga es parte de una larga historia de comercio internacional. El Hong Kong y Shanghai Banking Corporation fundado en 1865 en la colonia británica de Hong Kong fue una rama de la British East India Company (BEIC). A partir de finales del siglo 18, protegido por el Imperio Británico, la BEIC estuvo involucrada en el tráfico de opio lucrativo. Producida en Bengala y luego enviada a China, los ingresos fueron utilizados para financiar la expansión imperial de Gran Bretaña.
Cuando el gobierno imperial chino ordenó que el opio fuera destruido en 1839, Gran Bretaña declaró la guerra a China, iniciando lo que se llamó la “primera guerra del opio”. Casus belli de Gran Bretaña fue que China al destruir el opio había violado los principios del “libre comercio” del siglo 19 .
El HKSB no es una excepción. En la actualidad, el capital social sigue protegiendo el tráfico de drogas y las instituciones bancarias más respetadas “lavan” anualmente miles de millones de narcodólares. Vale la pena señalar que, desde 2001, la guerra de Afganistán ha destrozado los suministros de más del 90 por ciento de la heroína del mundo. El comercio de drogas altamente lucrativo de Afganistán está protegido por las fuerzas de ocupación de Estados Unidos y la OTAN en favor de poderosos intereses financieros: una bonanza de billones de dólares para los bancos y los grupos criminales involucrados en el tráfico de drogas del Creciente Dorado. El flujo resultante de narco-dólares es en gran parte lavado en el sistema bancario occidental.
La destrucción de la civilización: Mesopotamia y el valle del Indo
Las guerras estadounidenses en Oriente Medio y Asia Central han conducido, en gran medida, a la desestabilización y el declive de toda una región, considerada por los historiadores como la cuna de la civilización.
Las “apocalípticas” guerras contra Irak y Siria, más recientemente, son fundamentales para la destrucción de Mesopotamia, la “Tierra de los Dos Ríos”.
Más de 5000 años de historia están siendo borrados en Irak. Desde el comienzo mismo de la ocupación en abril de 2003, el patrimonio cultural y arqueológico fue saqueado por los invasores.
Ataques estadounidenses con aviones no tripulados contra civiles en Pakistán en el marco del mandato de la “Guerra Global contra el Terrorismo” se producen en la parte alta del valle del Indo, otra cuna de la civilización antigua que se remonta a la Edad de Bronce (tercer milenio aC), que actualmente está siendo destruida. La civilización del valle del Indo también conocida como la civilización Harappa, se inició en el tercer milenio antes de Cristo (3300-1300 aC). Junto con el valle del Nilo y Mesopotamia, el valle del Indo era una de las civilizaciones urbanas fluviales de primer orden.
Las “víctimas colaterales” resultantes de los ataques con aviones no tripulados son “nada más que un eufemismo para el asesinato en masa patrocinado por el Estado”.
Los destinatarios de los beneficios de estas guerras son los gigantes del petróleo anglo-estadounidenses y los conglomerados armamentísticos, los llamados “contratistas de defensa” (Lockheed Martin, Raytheon, Northrop Grumman, British Aerospace, etc) que producen los misiles y aviones de combate para la maquinaria de guerra “humanitaria” de los EE.UU. y la OTAN. Esto último incluye una nueva generación de armas nucleares.
La tecnología y la sofisticación de este armamento, en el apogeo de la era de la electrónica, se han expandido más allá de los límites. En una amarga ironía, estas “armas de pacificación” se utilizan para asegurar que Irán y Siria no utilizan sus supuestas armas de destrucción masiva contra el mundo occidental.

El papel de Al Qaeda

Las guerras lideradas por Estados Unidos están orientadas a fomentar las divisiones de étnias y de facciones, así como al apoyo, a través de operaciones encubiertas, de la formación de las organizaciones paramilitares terroristas “islamistas”. Estas operaciones encubiertas están destinadas a destruir los Estados-nación e instaurar un régimen títere.
En los últimos 30 años, la inteligencia de EE.UU., en colaboración con el MI6 británico y el Mossad israelí, han apoyado la creación de Al Qaeda, así como una serie de “delegaciones de Al Qaeda” como organizaciones afiliadas. Estas entidades son los terroristas “activos de inteligencia”, es decir, los instrumentos de la inteligencia occidental.
Hoy en día, los luchadores por la libertad yihadistas son reclutados por la OTAN. En Libia y en Siria, estas entidades afiliadas a Al Qaeda, son apoyadas y entrenadas por las fuerzas especiales francesas y británicas, para actuar en nombre de la alianza militar occidental. Son los “soldados de a pie” de la OTAN.

El fraude de las semillas genéticamente modificadas (GMO)

En la India del Ganges, que inunda las llanuras fértiles de Uttar Pradesh, Bihar y Bengala Occidental, miles de campesinos arruinados y empobrecidos se están suicidando. Las cifras confirman que 250.000 agricultores se han suicidado. ¿Por qué? Debido a que las semillas orgánicas están siendo reemplazadas por variedades genéticamente modificadas, que una vez adoptadas no sólo conducen a la destrucción de la biodiversidad, sino también a la desaparición de las comunidades campesinas enteras.
Monsanto ofreció sus semillas genéticamente modificadas a los agricultores de la India con la promesa de cosechas abundantes. Agricultores en su mayoría simples y sin educación creyeron que Monsanto ofrecía una fórmula “magica” que transformaría sus vidas. No tenían ni idea de lo que estaba por venir.
Las semillas de Monsanto en la India no produjeron lo que la compañía había prometido y que esperaban agricultores. Las caras semillas provocaron una gran acumulación de deudas y destruyeron los campos de cultivo. En muchos casos, las cosechas simplemente no se produjeron. Los agricultores no eran conscientes de que las semillas transgénicas requieren más agua que las semillas tradicionales. Y la falta de lluvia en muchas partes de la India provocaron la pérdida exacerbada de cosechas.
Sin la cosecha, los agricultores no podían pagar a los prestamistas. Agobiados por las deudas y las humillaciones, los agricultores simplemente se quitaban la vida, algunos mediante la ingestión de pesticidas tóxicos y en presencia de sus familias. Hasta la fecha, se estima que 200.000 agricultores se han suicidado en toda la India.
Para añadir más miseria, las mujeres heredan las deudas junto con el temor de perder sus hogares y tierras. No solo no es la entrada de dinero, sino que también tuvieron que sacar a sus hijos de las escuelas. El suicidio en masa entre los agricultores de la India se conoce como el “genocidio GM.”
Un proceso similar está ocurriendo en África al sur del Sahara. En las tierras altas de Etiopía, donde las variedades locales del antiguo sistema agrícola están siendo reemplazadas por semillas de los insumos agrícolas de Monsanto, Cargill, y otros.
La agenda oculta era desplazar finalmente las variedades tradicionales y variedades locales que se reproducen en los viveros de las aldeas. Con el debilitamiento del sistema de intercambio tradicional, los bancos de semillas de las aldeas se remplazaban con las semillas comerciales Hi-Bred y las modificadas genéticamente.

El empobrecimiento y el hambre en el África subsahariana

Este patrón destructivo – que invariablemente acaba provocando hambre – se replica en todo el África subsahariana. Desde la embestida de la crisis de deuda de la década de 1980, el FMI y el Banco Mundial sentaron las bases para la desaparición de la economía campesina en la región.
Este proceso de empobrecimiento planificado del continente africano bajo el mando del FMI y el Banco Mundial ha estado acompañada de un proceso de militarización liderada por EE.UU. en el marco del mandato de la “Guerra Global contra el Terrorismo.
En el curso de los últimos 30 años, las guerras civiles provocadas por operaciones encubiertas de inteligencia se han multiplicado por todo el continente inducidas tambien por los poderosos intereses corporativos. El control sobre los recursos, petróleo, gas natural, metales preciosos y estratégicos es la agenda no tan oculta.
En el sur de Sudán, el petróleo fue descubierto en 1978. Cinco años más tarde, la “guerra civil”, apoyada por la CIA se puso en marcha, dirigida por John Garang, al que se entrenó por los militares de EE.UU. en Fort Benning, Georgia. La guerra de Sudán acabó con 2 millones de vidas y desplazó a otros 4 millones de personas. Las estimaciones de las muertes relacionadas con la guerra en Sudán están cercanas a los 4 millones.
La guerra civil y genocidio en Rhuanda de 1994 dio lugar a un millón de muertes, de una población total de aproximadamente 7 millones de personas. Las guerras por los recursos en la República Democrática del Congo acabó con cinco millones de vidas.
Estas guerras en el África subsahariana nunca son mencionadas por los medios de comunicación. Mucha gente en América y Europa no sabe que ocurrieron.
En general, la profecía maya 2012 entre otros eventos mundiales, sirve al útil propósito de distraer la atención de la gente de la crisis más devastadora de la historia, caracterizada por la guerra interminable, la degradación ambiental y la pobreza provocada por la reforma macroeconómica.

Revirtiendo la avalancha de la guerra.La Restauración del Desarrollo Económico y Social. Restitución de Libertades Civiles

Si bien no estamos ante un inminente escenario de “fin del mundo”, el planeta está, sin embargo, en la coyuntura de la más grave crisis económica y social de la historia moderna. El estallido de una guerra en toda regla contra Siria e Irán podrían conducir a la humanidad hacia un escenario de Tercera Guerra Mundial.
Los EE.UU. poseen un impresionante arsenal de armas que se están utilizando para amenazar al mundo.
Un orwelliano estado policial ha surgido; el espionaje y las escuchas se han implementado a nivel global.
Un gran Hermano instaurado durante la era electrónica, aprovechando los sofisticados bancos de datos y las técnicas de vigilancia, que operan en todo el mundo.
El hábeas corpus ha sido derogado. Extrajudicialmente los asesinatos son ahora legales.
La comunidad internacional ha aprobado la guerra nuclear preventiva en nombre de la paz mundial.
“Hacer un mundo más seguro” es la justificación para lanzar una operación militar que potencialmente podría acabar en un holocausto nuclear.
Si bien se puede contextualizar la pérdida de vidas y la destrucción resultante de las guerras actuales, incluyendo Iraq y Afganistán, es imposible comprender plenamente, a no ser que seprodujera , la devastación que podría resultar de una Tercera Guerra Mundial, mediante el uso de “nuevas tecnologías” y armas avanzadas, incluyendo las armas nucleares.
Lo que estamos presenciando en el principio del siglo 21, sin embargo, no es un cambio abrupto y una fractura, sino un proceso gradual de deterioro y decadencia social. Lo que está en juego es la destrucción de la civilización tal como la conocemos, donde el progreso se interrumpe y la reproducción de la vida humana se ve afectada. Este proceso se caracteriza por la implementación de una agenda militar global junto con una depresión económica mundial.
Estamos viviendo en un período destructivo y trascendental en la historia del mundo. Las bases ideológicas de este Nuevo Orden Mundial inquisitorial son devastadoras.
El consenso predominante es que la gente debe apoyar un proyecto criminal Wordwide, con la participación en guerras ilegales, Estado policial, derogación de las libertades civiles y fraude financiero en nombre de la “democracia”.
El consenso no permite la disensión o debate. Es la inquisición occidental. Quienes se oponen a esta marca pervertida de la democracia se clasifican como “terroristas”. Se les coloca al frente de la delincuencia como si se tratara de una ofensa criminal.
En el presente, para sostener este nuevo orden mundial orwelliano, la realidad debe ser al revés: el aparato de propaganda ha de inculcar falsedades en las mentes de millones de personas.
Los ciudadanos deben aceptar las premisas de un orden mundial donde:
La guerra se anuncia como la paz,
La policía del estado es el garante del sostenimiento de la democracia,
Austeridad significa prosperidad,
La riqueza y el lujo son indicadores de progreso y desarrollo,
Garantizar la seguridad nacional presupone matar y torturar a presuntos terroristas.
Las víctimas de la guerra constituyen una amenaza a la civilización occidental
Las realidades se distorsionan y se mutan, la mentira se convierte en verdad.
La verdadera crisis mundial que afecta a la gente de este planeta es ofuscada por las “falsas” crisis y catástrofes, por no hablar de las advertencias de inminentes “ataques terroristas” de “enemigos externos” no identificados .
El fin último de la propaganda es crear confusión y la obediencia a un consenso político predeterminado. El objetivo es distraer y desviar la atención pública de la comprensión de la verdadera crisis que está afectando a la humanidad: la Gran Depresión y la “Tercera Guerra Mundial” no son noticia de primera plana, sin embargo, el peligro de una guerra mundial es real.
Revertir esta situación es equivalente a una revolución, es la eliminación de ciertas tendencias incorporadas en el orden mundial capitalista.
Esto último se caracteriza por la criminalización tanto del sistema financiero y el aparato político. Los banqueros están legítimamente implicados en el fraude y el blanqueo de dinero, Lockheed Martin, Raytheon y otros están compitiendo por más guerras; las empresas petroleras tienen sus ojos puestos en la conquista del Medio Oriente: más del 60 por ciento del petróleo del mundo se encuentra en tierras musulmanas.
Esta espiral descadente que subyace a esta crisis es un proceso gradual pero acumulativo. Se puede revertir.
Las condiciones para leste cambio implican el desmantelamiento de las estructuras fundamentales y las instituciones, la derogación de la policía del estado, el cierre del complejo industrial militar, reformar el sistema financiero, la supresión de las medidas de austeridad económica y la restauración del nivel de vida de los trabajadores, poniendo fin a los asesinatos “humanitarios”, el racismo y la xenofobia quedaría derogado.
En esencia, lo que se requiere, en primer lugar es un significativo “cambio de régimen” en occidente. Un conjunto masivo de medidas en el sistema político, así como en la arquitectura financiera.
Una revolución implica, ante todo, el desmantelamiento del aparato de propaganda, es decir, la orientación de las fuentes de los medios de desinformación.
El desmontaje de los grandes medios de desinformación es un requisito previo para la aplicación de cambios más fundamentales en el funcionamiento del sistema económico y social, lo que implica cambios fundamentales en las relaciones de poder.
El instrumento más importante de que disponemos es la verdad, porque la verdad prevalece sobre la mentira. Es la base para el desarrollo de un movimiento popular masivo, nacional e internacional
Cuando la mentira se convierte en verdad en un entorno de estado policial orwelliano, no hay vuelta atrás, la humanidad se precipita hacia el camino de la autodestrucción. Por tanto, esto es crucial para comprender cabalmente la naturaleza criminal del Nuevo Orden Mundial, de sus fundamentos jurídicos y políticos, y la naturaleza de las estructuras de poder de la élite que lo sustentan.
Para invertir este proceso, los criminales de guerra que ocupan los altos cargos, deben ser señalados. La industria de las armas finalmente debe ser cerrada. Los mecanismos financieros fraudulentos-incluyendo el comercio derivado y los instrumentos especulativos, las instituciones, el aparato legal, etc – en la que eventualmente se basa la economía capitalista global también deben ser desmantelados.
Lo que se presenta aquí son algunas ideas para iniciar un debate más amplio. Las complejidades que subyacen a la agenda militar y al sistema económico mundial deben abordarse si queremos revertir con éxito esta situación.
Lo que se necesita es un movimiento masivo de gente que conteste enérgicamente la legitimidad de la guerra y la austeridad económica, un movimiento mundial de personas que tipifique como delito la guerra.
Martin Luther King dijo una vez:
Los jóvenes aprenderán palabras que no se entienden,
Los niños de la India preguntarán: “¿Qué es el hambre?”
Los niños de Alabama preguntarán: “¿Qué es la segregación racial?”
Los niños de Hiroshima preguntarán: “¿Qué es la bomba atómica?”
Los niños en la escuela preguntarán: “¿Qué es la guerra?”
La respuesta será : “Estas palabras no se utilizarán más,
Al igual que ‘diligencias “,” galeras “o” esclavitud “,
Estas palabras ya no tienen sentido,
Es por eso que se han eliminado de los diccionarios. ”