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AUTOBIOGRAFIA DEL DR. FRANZ LEE

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3 oct 2012

La “Industria de Grupos de Contacto” de EE.UU. está derrocando gobiernos


Todo el que haya estudiado cómo trabajaron EE.UU. y la OTAN para derribar la Jamahiriya en Libia sabe que EE.UU. ha tratado de reproducir el mismo mecanismo de cambio de régimen en Siria.
La formación de grupos de contacto multilaterales en apoyo a oposiciones por encargo ha sido crucial en este proceso. Lo que la mayoría de la gente ignora es que la industria de los grupos de contacto de los estadounidenses comenzó en Somalia.
2006 fue un año crítico para Somalia, porque hacia finales parecía que el país africano desgarrado por la guerra iba a estabilizarse después de décadas de guerra civil. Las regiones autónomas del norte de Somalia, Puntlandia y Somalilandia, habían sido gobernadas de un modo relativamente pacífico. El sur, sin embargo, había presenciado continuos combates desde 1991. La Unión de Tribunales Islámicos (ICU) derrotó a la mayoría de los señores de la guerra y unió la mayor parte del sur bajo su régimen, logrando establecer la ley y el orden. También se desarrollaban conversaciones de paz para unir Somalia. Había muchas esperanzas de que estuviera a punto de comenzar un período de paz relativa en 2007.
Entonces EE.UU. y su aliado regional Etiopía iniciaron grandes hostilidades el 20 de diciembre de 2006. El general John Abizaid, el comandante del CENTCOM que dirigía las guerras de Irak y Afganistán ocupado por la OTAN, visitó Etiopía unas tres semanas antes para celebrar una reunión de bajo perfil con el primer ministro Meles Zenawi el 4 de diciembre. Los dos planificaron lo que se convertiría en la invasión de Somalia por parte de EE.UU. y Etiopía. Aviones de guerra de EE.UU., barcos, inteligencia y unidades de las fuerzas especiales participaron en la guerra mientras los etíopes enviaban la masa de la fuerza terrestre para combatir a la ICU.
Para justificar la invasión EE.UU. invocó la Guerra Global contra el Terror y acusó a la ICU de pertenecer a al Qaida.
Como resultado de la invasión estadounidense-etíope la ICU cayó en la desorganización y emergió un vacío de poder. El Gobierno Federal de Transición Somalí (STFG) un grupo extranjero opositor apoyado por EE.UU. que se autoproclamó gobierno legítimo de Somalia, vino de fuera para tomar el lugar de la ICU. ¿Suena familiar? Así es. Es esencialmente lo que sucedería –a mayor escala y con una oposición armada– en Libia cuatro años después cuando la OTAN introdujo el Consejo Nacional de Transición (CNT). También es lo que EE.UU., la OTAN, y los petro-regímenes de jeques árabes quieren hacer en Siria mediante el Consejo Nacional Sirio (CNS).
El estatus de Somalia como Estado dividido, sin ley e inestable, ha sido el modelo para la actual Libia dividida y sin ley y lo que EE.UU. tiene previsto para una Siria enfangada en la guerra civil, al estilo de Líbano entre 1975 y 1990. Entra en juego la “somalización”.
EE.UU. y la OTAN también han jugado un papel en la emergencia del fenómeno de los piratas que ha convertido el Golfo de Adén en una “zona de piratas”. Cuando vieron que los barcos extranjeros saqueaban las pesquerías de Somalia y mientras tanto las corporaciones extranjeras vertían toxinas letales frente a las costas de Somalia, los pescadores locales desesperados se convirtieron en piratas armados. La destrucción de la economía libia también creó una clase de desocupados armados que ahora se exportan a la a la “McYihad” estadounidense en Siria, ¿y luego quizás a Argelia, Líbano, Baluchistán iraní, Xinjiang de China o el Distrito Federal del Norte del Cáucaso de Rusia?
En Somalia, varios países africanos planificaban enviar un contingente multinacional respaldado por EE.UU., pero fueron frustrados en junio de 2006 cuando la ICU tomó el pleno control de Mogadiscio. Fue en ese momento cuando EE.UU. y sus aliados formaron su “modelo” de cambio de régimen con el Grupo de Contacto Somalia.
El Grupo Contacto Somalia otorgó una apariencia de legitimidad internacional a los rivales del STFG del gobierno de la ICU y a la intervención extranjera. ¿Suena cada vez más familiar? Ese “grupo de contacto” se convirtió en la base del Grupo de Contacto Libia (Amigos de Libia) dominado por la OTAN, creado en 2011, que impuso el CNT mediante la “diplomacia de los misiles” en Trípoli y después el Grupo de Contacto Siria (Amigos del Pueblo Sirio) creado en 2012 para imponer el CNS en Damasco.
La industria estadounidense de grupos de contacto ha impuesto de modo antidemocrático clientes colaboracionistas basados en el extranjero a Estados en los cuales la cábala atlantista de “OTANistán” tiene un interés estratégico o económico en expandir su influencia. Todos los sospechosos habituales han estado involucrados.
Aparte de EE.UU., los miembros del Grupo de Contacto Somalia incluyeron al Reino Unido, la UE, Italia, Noruega y Suecia. La OTAN se sumó en junio de 2009, para asegurar su papel militar en Somalia y en las aguas del Cuerno de África. Todos estos protagonistas tuvieron estelares papeles recurrentes en Libia. Ahora tratan de recrear el mismo escenario en Siria sobre el fondo de una insurgencia armada y supervisada por el extranjero que ha estado atacando deliberadamente a los civiles para allanar el camino al intervencionismo.
En Somalia se desplegaron fuerzas de la Unión Africana bajo supervisión de la OTAN con la misión primordial de proteger al STFG, tal como la OTAN hizo la guardia mientras instituciones subordinadas al extranjero se establecían en Afganistán, Bosnia, Kosovo, y ahora Libia.
La agenda del STFG fue fijada por EE.UU. para “reconstruir las instituciones y la economía de Somalia” con la ayuda de los denominados “expertos extranjeros”. El programa es el mismo para el CNS y el CNT dominados por la Hermandad Musulmana. El CNT ha privatizado los activos de Libia y ha desviado su riqueza bajo la administración del economista neoliberal libio-estadounidense, convertido en “ministro de petróleo y finanzas”, Ali Tarhouni. El petróleo de Libia ya no está en manos de los libios, los cuales ahora están demasiado ocupados combatiendo unos contra otros con lanzagranadas, chalecos antibalas y rifles de infantería ligera por cortesía de la OTAN.
En Somalia y Libia lo que ha reemplazado a la ICU y a la Jamahiriya es un estado interminable de “transición” y enclaves de burócratas vinculados a Washington, Bruselas, el FMI, y el Banco Mundial y protegidos por ellos, aislados de la violenta realidad de sus países.
Aparte de esas oficinas burocráticas, el Estado de derecho se ha derrumbado y las calles están dominadas por milicias y matones. El Grupo Libio de Combate Islámico (LIFG) se apoderó de Libia y el Shaabab se desencadenó en Somalia, ambos con la ayuda de combatientes extranjeros. Es el futuro que espera a la República Árabe Siria si Hillary “Bombardeadlos” Clinton y Obama logran instalar el CNS.
Podemos echar un vistazo previo desde las calles destruidas de Alepo al paisaje marcado del campo de Damasco, la persecución de minorías sirias, la profanación de iglesias, el asesinato de funcionarios públicos sirios, las ejecuciones extrajudiciales de partidarios del gobierno, el éxodo de profesionales sirios, el secuestro y asesinato de periodistas, los atentados terroristas contra centros civiles, el asesinato de doctores y el secuestro de extranjeros que han tenido lugar bajo el Ejército Libre Sirio.
Mahdi Darius Nazemroaya es sociólogo e investigador asociado del Centre for Research on Globalization (CRG), con sede en Montreal. Está especializado en temas de Oriente Próximo y Asia Central. Ha sido colaborador e invitado en las discusiones sobre Oriente Medio en numerosos programas y redes internacionales como Al Jazeera, Press TV y Russia Today. Permaneció en Libia durante la campaña de bombardeos de la OTAN, informando desde allí para varias cadenas de noticias. También es corresponsal especial de Flashpoints, un programa con sede en Berkeley, California. Sus artículos se han publicado en más de diez idiomas. Escribe también para la Strategic Culture Foundation de Moscú.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens