La ya clásica sugerencia de Darwin de entender las diferencias entre el ser humano y los demás animales en términos de grado, y no de esencia siempre se ha topado con grandes resistencias idealistas y antropocéntricas. En particular, la creencia de que el cerebro humano presenta propiedades excepcionales en comparación al resto de los mamíferos, o al resto de los primates, todavía hoy goza de predicamento, incluso entre distinguidos neurocientíficos. Gazzaniga: “Tenemos cerebros más grandes de lo esperado para un primate, tenemos un neocortex tres veces mayor de lo predicho para el tamaño de nuestro cuerpo, tenemos algunas áreas del neocortex y del cerebelo que son más grandes de lo esperado, tenemos más materia blanca…”
El más capaz desde el punto de vista cognitivo en el “reino animal”, el cerebro humano sería también mucho mayor de lo esperado en función del tamaño corporal, de acuerdo con la imagen más popular. Una corteza cerebral extraordinariamente evolucionada, ocupando hasta el 80% de la masa cerebral, hasta 100.000 millones de neuronas y 10 veces más de células gliales. Un cerebro fuera de lo común en la naturaleza. Algo irreductible y especial.
Nada de esto tiene demasiado sentido desde el punto de vista de la evolución biológica, según el trabajo de Suzana Herculano-Houzel. La neurociencia cuantitativa está revisando supuestos corrientemente asumidos sobre la relación entre el tamaño del cerebro y la cognición, así como estimaciones populares sobre el número de células cerebrales (se estimaba que el número de neuronas en el cerebro humano ascendía a 100.000 millones, y hasta 10 veces más células gliales), gracias a nuevos métodos de exploración.
Herculano-Houzel y su grupo han estudiado ahora el número de neuronas en diferentes órdenes y especies animales, empleando un método nuevo, “fraccionamiento isotrópico”, que permite aparentemente medir con más exactitud el número de neuronas que se encuentran en partes concretas del tejido cerebral. De acuerdo con estas estimaciones, el cerebro humano adulto poseería una media de 1.5 kg., con 86.000 millones de neuronas y 85.000 millones de células no neuronales, lo cual representa una desviación del número esperado entre un 7 y u 24%. La corteza cerebral humana poseería una media 1233 gramos y 16.000 millones de neuronas, ligeramente por debajo de las expectativas para un cerebro de un peso de 1.5 kg., mientras que tanto el tamaño como el número de neuronas del cerebelo excederían ligeramente de las expectativas.
Las diferencias en la cognición humana con respecto a las demás especies no radican sólo en el tamaño o simplemente en el cociente de encefalización. Aunque el cerebro humano no es el más grande (el cerebro del elefante es mayor), es cierto que los seres humanos sí poseen el mayor cociente de encefalización entre los mamíferos, superando a cualquier otro primate o cetáceo. El problema es que aquellos animales que tienen un mayor cociente de encefalización no siempre ni necesariamente tienen habilidades cognitivas mayores a los animales con menor cociente (los monos capuchino, por ejemplo, tienen mayor cociente de encefalización que los gorilas, pero no mayores cualidades cognitivas que estos).
Según los investigadores que trabajan en neurociencia cuantitativa, una línea de investigación más prometedora da prioridad al estudio del número absoluto de neuronas, por lo visto un parámetro más relevante para explicar las diferencias en las habilidades cognitivas.
El cerebro humano se encuentra alineado regularmente en la escala evolutiva de los cerebros de los primates. No es un cerebro “excepcional”: “No somos especiales por naturaleza, sino únicamente primates con cerebros grandes“. Según Herculano-Houzel, las cualidades cognitivas humanas que indudablemente nos diferencian de otras especies no se fundamentan tanto en una distancia cualitativa con el resto de los primates, sino más bien “en la combinación y la extensión de habilidades tales como la teoría de la mente, la imitación y la cognición social.” En la evolución del cerebro, una clave radicaría en elnúmero: “Los cambios cuantitativos en la composición neuronal del cerebro podrían ser una gran fuerza directriz que, a través de la combinación exponencial en unidades de procesamiento y en consecuencia de habilidades computacioneles, conduce a eventos que se asemejarían a saltos en la evolución de los cerebros y de la inteligencia.”
Referencia: Herculano-Houzel, Suzana. (2009) The human brain in numbers: a linearly scaled-up primate brain. Frontiers in Human Neuroscience. DOI: 10.3389/neuro.09.031.2009