Moisés, Jesús o el profeta Mahoma. ¿Cuál de estas veneradas figuras religiosas habló con firmeza y sin ambigüedades en contra de la esclavitud? Respuesta: Ninguno de ellos.
Uno de estos hombres poseía esclavos, otro creó leyes para regular —pero no prohibir— la esclavitud. El vocero del tercero incluso ordenó a los esclavos que obedecieran a sus amos, dicen los estudiosos religiosos.
A pesar de que las tres grandes religiones occidentales —el judaísmo, el cristianismo y el islam— difieren en muchos asuntos, la mayoría de sus seguidores contemporáneos condenan la esclavitud.
Sin embargo, hubo un momento en que los judíos, los cristianos y los musulmanes habitualmente citaban las palabras y los hechos de los fundadores de sus creencias para justificar la esclavitud humana, dicen los estudiosos. En algunas épocas, la religión se ha utilizado más para promover la difusión de la esclavitud que para evitarla.
“La lección de todo esto es que necesitamos humildad histórica”, dice Daniel C. Peterson, autor de Muhammad, Prophet of God (Mahoma, profeta de Dios).
(CNN se comprometió a combatir la esclavitud moderna con el Proyecto Libertad, que agrupa a más de 100 organizaciones antiesclavitud).
Parte del problema es el contexto histórico. La mayoría de las personas contemporáneas imaginan a los esclavos como personas condenadas a una vida de servidumbre y siendo azotados como bueyes en plantaciones.
Ese tipo de esclavitud existía en la vida de Moisés, Jesús y el profeta Mahoma. Muchos esclavos eran prisioneros de guerra, concubinas, gladiadores y trabajadores en minas de sal y podían ser asesinados, violados y desechados en cualquier momento.
Sin embargo, había niveles de esclavitud en el mundo antiguo. Muchos esclavos serían vistos hoy en día como siervos ligados por contrato o personas que tratan de pagar sus deudas; guardaespaldas reales y emprendedores, dicen los historiadores.
A veces, los esclavos se convertían en maestros. En el Egipto medieval, los gobernantes musulmanes entrenaban y educaban a sus esclavos para ser sus guardaespaldas. Un grupo de esclavos llegó a ser tan poderoso que derrocó al gobierno y estableció su propia dinastía, dice Ali Asani, profesor de Lenguas y Culturas Indomusulmanas e Islámicas de la Universidad de Harvard.
“La esclavitud significó cosas diferentes en diferentes culturas”, dice Asani. “No siempre existió esta sensación de impotencia y opresión”.
En otras formas, se convirtió en el acceso a la libertad, dice John Dominic Crossan, uno de los estudiosos más destacados del mundo sobre la vida y los tiempos de Jesús, y autor del libro The Power of Parable: How Fiction by Jesus became Fiction about Jesus (El poder de la parábola: cómo la ficción hecha por Jesús se convirtió en ficción acerca de Jesús).
Los esclavos podían comprar su libertad. Dirigían empresas para sus amos o educaban a sus hijos. Los esclavos griegos, en particular, a menudo eran valorados por su educación y cultura, dice.
La esclavitud romana era cruel y caprichosa, pero no todos los esclavos romanos los veían como seres infrahumanos.
El incómodo registro histórico
Es una cuestión de debate la forma en que Moisés, Jesús y el Profeta Mahoma abordaron la esclavitud. Los tres parecían ignorar o tolerar algunas formas de esclavitud, según expertos.
Las parábolas de Jesús, por ejemplo, estaban llenas de referencias a los esclavos. Términos como 'siervos' o 'mayordomos' son equivalentes a los esclavos de hoy. Sin embargo, Jesús no parece hacer ningún juicio moral sobre la esclavitud en sus parábolas, dice Crossan.
Jesús no poseía ningún esclavo; tampoco sus discípulos o las multitudes a las que se dirigía. Eran demasiado pobres y vivían en condiciones económicas desesperadas. “Es probable que las personas a las que hablaba fueran pequeños agricultores que no tendrían el lujo de poseer esclavos”, dice Crossan. “Él (Jesús) no dice nada a favor o en contra de ello”.
No obstante, Crossan dice que él cree que Jesús se habría opuesto a la esclavitud, dada la naturaleza de sus enseñanzas. Los estudiosos no están tan seguros acerca del discípulo más influyente de Jesús: el apóstol Pablo.
El hombre cuyos escritos constituyen la mayor parte del Nuevo Testamento tuvo que lidiar con la esclavitud.
En varias partes del Nuevo Testamento, Pablo parece aceptar la esclavitud. Dice a los esclavos que obedezcan a sus amos. En otras ocasiones, Pablo parece cuestionar la moralidad de la esclavitud. En una carta del Nuevo Testamento, intercede a favor de un esclavo fugitivo, y reprende al maestro por llamarse a sí mismo un cristiano y tener un esclavo.
Crossan, junto con algunos otros estudiosos de la Biblia, dice que en realidad hay dos versiones de Pablo en el Nuevo Testamento: el auténtico y “radical” Pablo que se oponía a la esclavitud, y un “pseudo-Pablo” insertado en los textos por los primeros líderes de la Iglesia que tenían miedo de antagonizar con Roma.
El aparente silencio de Jesús ante la esclavitud y las declaraciones ambiguas de Pablo tuvieron terribles consecuencias históricas. Ayudaron aasegurar que la esclavitud sobreviviera hasta bien entrado el siglo 19 en Estados Unidos, dicen algunos estudiosos.
Los cristianos estadounidenses que eran dueños de esclavos tenían una defensa simple pero poderosa en el periodo previo a la Guerra Civil: “Los defensores de la esclavitud dijeron que Jesús condenó unas cuantas cosas que eran norma en el Antiguo Testamento”, dice Mark Noll, autor de The Civil War as a Theological Crisis (La guerra civil como una crisis teológica).
“Él condenó la poligamia, la violencia, el divorcio fácil, pero nunca condenó la esclavitud”.
Libera a mi pueblo, pero retén a los demás
Tampoco lo hizo Moisés, el fundador del judaísmo, dicen otros expertos.
No hay ningún registro de que Moisés poseyera esclavos, pero las leyes mosaicas permitían y regulaban la esclavitud, dice Peterson, estudioso de la religión de Brigham Young University en Utah.
Sin embargo, bajo la ley mosaica, un maestro era alentado a liberar a esclavos y perdonar sus deudas después de un cierto periodo que era llamado el año del jubileo, dice Peterson.
“Ellos no estaban tratando de crear una subclase permanente de esclavos que pasara de padres a hijos y de hijos a nietos”, dice Peterson acerca de los antiguos israelitas.
Pero, ¿cómo podrían aprobar los antiguos israelitas cualquier forma de esclavitud dado su éxodo del cautiverio Egipcio? ¿Acaso su Dios no condenó explícitamente la esclavitud cuando ordenó a Moisés que dijera al Faraón: “Deja ir a mi pueblo”?
El texto no es claro sobre esta cuestión, dice Brannon Wheeler, un experto en religión, dado que las historias del Éxodo sugieren que el Dios de Israel estaba enojado con el Faraón no por esclavizar a un grupo de personas, sino por esclavizar injustamente al “Pueblo Elegido” de las personas a las que Dios había prometido dar su propia patria.
“Para cumplir esa promesa, Él (Dios) tiene que sacarlos de Egipto”, dice Wheeler, director del Centro para Medio Oriente y Estudios Islámicos de la Academia Naval de Estados Unidos.
Sin embargo, reconocía la humanidad de los esclavos, enseñando a sus seguidores que liberar esclavos era un acto de piedad. Él permitió que los esclavos compraran su libertad y exigió que debían ser tratados con amor y respeto, dice Asani, autor de Celebrating Muhammad: Images of the Prophet in Popular Muslim Poetry (Celebrando a Mahoma: imágenes del Profeta en la poesía popular musulmana).
“Él mismo tenía esclavos, pero los trataba como familia”, dice Asani.
Sin embargo, los seguidores de hombres como el profeta Mahoma adoptarían una posición más dura hacia los esclavos. En la época de las cruzadas, cristianos y musulmanes se esclavizaban mutuamente por miles. Ellos citaban su fe como justificación, dice Robert C. Davis, autor de Holy War and Human Bondage (Guerra Santa y esclavitud).
“La religión era el principio definitorio de la esclavitud: Esta persona es de otra fe y puede ser esclavizada”, dice Davis.
Algunos líderes de la iglesia predicaban que esclavizar a los demás era un acto de evangelización, dice Davis. “Un Papa dijo que la justificación de la esclavitud era que era importante para la difusión de la fe”, dice Davis.
Ese tipo de acciones pueden parecer brutales ahora, pero los textos y las historias que eran utilizadas para justificar la esclavitud todavía existen en los textos sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam.
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