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AUTOBIOGRAFIA DEL DR. FRANZ LEE

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11 abr 2015

EL VERDADERO LEGADO DE FRANZ J. T. LEE por Chucho Nery

EL VERDADERO LEGADO DE FRANZ J. T. LEE

Por Chucho Nery
¿Qué puede ser lo mas importante que uno puede aprender de un buen profesor?  ¿Conocimientos, datos, sabiduría, un método infalible para predecir el futuro?  Franz le dio a la Praxis tanta o mas importancia que a la Teoría, porque era allí donde esta ultima se probaba, se verificaba, se realizaba.  Tarde lo aprendí, aunque no se si esto me sirva de mucho en lo que me queda de vida.

Todos admiraron a Franz por lo que sabia, pero toda su vida la dedico a enseñarnos lo que hacia, como lo hacia y por que lo hacia, como una forma de probar la verdad de su Teoría.

¿Qué fue lo más importante que nos enseño Franz?

Mi primera clase con el (Análisis Político IV), en 1987, se trababa de la categoría Sujeto-Objeto de Ernst Bloch.  Llene medio cuaderno de apuntes.  La siguiente clase lleve un granador de cassette, y hasta el día de su muerte física seguí grabándolo en audio y video, aun después de abandonar la  carrera de Ciencias Políticas en la ULA.

Me concentre en su filosofía nueva y refrescante y no en lo mas importante, aun cuando en los últimos años siempre se ponía como el ejemplo (el paradigma, en sus palabras) de lo que debía ser un “revolucionario”, en realidad, un emancipador.

Triste es que sepan que en mas de  veinte años de amistad, conviviendo con el y su compañera Jutta, mostrándonos el camino con su Praxis diaria, no pude ver el mas valioso legado de Franz para la humanidad, lo mereciera esta o no.

Cuentas veces presencie los regalos de Franz a sus alumnos: libros, fotocopias, dinero, consejos, comprensión, cariño, consuelo, solidaridad, amor, y en mi mente escasamente preparada no pude apreciar el mensaje implícito, revelador, vital … trascendente.

En nuestra distorsionada necesidad de saberlo todo (o saber lo mas posible, según sus propias palabras), nos tapamos los ojos y demás sentidos ante lo evidente, y al mismo tiempo, mas difícil de valorar.

Cuantas veces Franz nos dijo siempre la verdad (a pesar de todas sus consecuencias), amo a sus compañeras y a sus hijas con toda el alma, amo a sus estudiantes al costo de su propio bienestar, amo  su quehacer educativo al punto de abandonar a sus hijas, dio su sueldo para ayudar a las causas mas justas y humanas, en solidaridad con sus compatriotas sudafricanos azotados por el apartheid, por la unión africana, latinoamericana y de todo el tercer mundo, por los derechos humanos de niños y mujeres, por los condenados de la Tierra.  Cuantas veces no perdono una y más traiciones, desprecios, burlas, y mentiras de nosotros, sus más allegados, a pesar del costo emocional y moral que arrastro hasta el fin de sus días sobre este mundo terrenal.

Cada día de su vida era una enseñanza teórico-praxica, siempre haciendo lo que pensaba y pensando lo que hacia, de manera coherente, frontal, y autentica.

Cuando creímos que lo mas resaltante de Franz era su sabiduría multidimensional, multiversal y transcendente, no pudimos o no quisimos darnos cuenta que con su ejemplo de vida, en todos los aspectos, nos estaba enseñando y al mismo tiempo demostrando concretamente como era la cosa y que si era posible para todo el que quisiera un mundo mejor para si y sus seres queridos.

Gracias, Franz, por este invaluable regalo, el más bello de todos cuanto pudiste dejarle a la Humanidad: la Amistad … incondicional, más allá del tiempo y del espacio lógico-formal, más allá de los universos, más allá de los pensamientos y acciones terrenales.

Aunque no fui el mejor de tus alumnos (aunque tu me decías que no era el peor, no se si para animarme o porque era verdad … algún día lo sabré), y tal vez no el mejor de tus amigos, debo reconocer tardíamente que el recuerdo mas hondo y que llevare hasta el día de mi muerte sobre mi querido profesor de filosofía y de la vida: FRANZ JHON TENNYSON LEE, sudafricano de nacimiento, alemán por circunstancias de vida y venezolano de corazón, es su tierna, eterna y verdaderamente humana AMISTAD, la cual me obsequio, mas que como padre, como amigo de luchas, de tristezas, alegrías, pero sobre todo de ESPERANZA, de ser alguna vez mejor como humanos, mejor con nuestra MADRE TIERRA, y mostrarles a todos quienes alguna vez nos conocieron que el SOCIALISMO, la EMANCIPACION, no son una meta, un punto final, sino un CAMINO, y nuestra tarea sobre esta Tierra es DE QUE FORMA LO ANDAMOS, CON QUIENES, Y QUE HUELLA DEJAMOS.

Personalmente no se si podré lograrlo, a pesar de semejante privilegio, pero al menos puedo atestiguar con orgullo que en este mundo injusto y absurdo vivió por setenta y un años un hombre, un profesor, un amigo, como jamás lo habrá al menos en los próximos trescientos años, que pensó y actuó de, por y para si mismo, para sus amigos, y para todo aquel que viva defendiendo la verdad, a pesar de los obstáculos y los peligros, como un ser humano, una existencia humana y una trascendencia humana creadora y creativa que deje su huella indeleble en el cosmos infinito, rebosante de estrellas y de esperanza.

Con semejante camino recorrido, aun no concluido, la única esperanza de vida que le queda a la Humanidad es fijarse alguna vez, antes que sea tarde, en el ultimo Humano que pensó y vivió sobre la Tierra, la ultima oportunidad que tenemos de sobrevivir como especie y dejar nuestra propia huella en el cosmos, y no morir como simples y miserables cucarachas radioactivas que alguna vez plagaron una roca girando sobre un sol moribundo.

¡FRANZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!  PER ASPERA AD ASTRA.