El Gobierno ruso se plantea la posibilidad de conceder licencias que permitan a las compañías occidentales acceder directamente a los ricos yacimientos de sus territorios árticos, lo que serviría para hacer mucho más atractivas estas explotaciones de cara a las inversiones internacionales.
En concreto, el ministro ruso de Energía, Alexander Novak, indicó al diario 'Financial Times' que la propuesta permitiría a las grandes compañías extranjeras, no sólo operar algunos proyectos, sino "acceder a la producción" y ser "copropietarios de las licencias".
Esta decisión representaría un giro radical en la política energética mantenida hasta ahora por el Kremlin, que sólo concede licencias de exploración de los yacimientos 'offshore' a compañías controladas por el Estado, como Gazprom o Rosneft.
En este sentido, el ministro ruso señaló que la idea está aún siendo discutida y que todavía no se ha tomado ninguna decisión definitiva al respecto. Asimismo, precisó que solamente podrían optar a estas licencias aquellas empresas que cuenten con suficientes garantías medioambientales, así como con tecnologías avanzadas y fortaleza financiera.
"Sería una medida muy bienvenida por nuestra parte", apuntó Tim Dodson, responsable del área de exploración de la noruega Statoil, que ya participa en una sociedad conjunta en el Artico con Rosneft, al considerar que simplificaría la estructura de las inversiones de las multinacionales en Rusia.
Explotar las reservas de petróleo localizadas en los yacimientos del Mar de Kara y de Barents resulta crucial para que Rusia pueda mantener su producción estimada de 10 millones de barriles de crudo diarios. Las previsiones de Moscú contemplan que para 2030 alrededor del 30% de la producción de petróleo rusa proceda de yacimientos 'offshore', principalmente ubicados en el Artico.
El Gobierno ruso es cada vez más consciente de las dificultades de aprovechar estas riquezas naturales sin la ayuda de las tecnologías y recursos financieros occidentales. De hecho, recientemente Rosneft ha suscrito acuerdos de exploración en el Ártico con compañías como ExxonMobil y Eni.
No obstante, dichos acuerdos solamente proporcionan a las multinacionales extranjeras participaciones minoritarias en los proyectos, mientras la rusa Rosneft mantiene la propiedad de las licencias.