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19 abr 2016

Marx y Lenin, padres del socialismo pequeño-burgués, culpables del fracaso del socialismo proletario

Francisco Javier Sierra Corrales

Recientemente Paul Craig Roberts, quien fuera secretario adjunto del estado norteamericano, y recientemente autor de un libro cuya traducción al castellano se titula: “La Amenaza Neo-Conservadora al Orden Mundial”, en donde esboza el peligro gringo de romper relaciones con Rusia y atacarla como a un enemigo ferozmente, lo contrario a lo que hicieron Reagan y Gorbachov en los 80, ante el inminente derrumbe de la URSS.

El Dr. Paul Craig Roberts, ha escrito un artículo, cuya traducción del ingles realizada por Sinfo Fernández, publicado en la página web “Rebelión.Org”, el pasado 14 de abril titulado ¿Dónde Están Marx y Lenin Ahora que los Necesitamos?; me tomo la molestia de arriesgar una posible respuesta al intelectual norteamericano, la cual redacto de la siguiente manera:

Lamentablemente Marx y Lenin, ahora, no pueden ayudarnos. Ellos han sido los culpables de nuestra desgracia.

Trasladándome a la Venezuela del año 2010, estando aun en vida Hugo Chávez Frías, y viendo el desastre que se avizoraba con la supuesta revolución bolivariana, me di a la tarea de rasgar una hipótesis de las causas de su fracaso próximo (En aquel momento aun no se percibía el colapso total actual, pero si se identificaban sus múltiples y garrafales errores), pero cuando empiezo a indagar, me doy cuenta que el mundo está totalmente globalizado y desde hace 150 años, la lucha en contra del capitalismo esta concatenada y lleva una secuencia, en donde una lucha, en cualquier país, es la continuidad o está relacionada con otra y así prosigue, hasta llegar a nuestros días.

Esta lucha, según mi hipótesis, y mis lecturas, la historia desviada parte de 1872, en el “Congreso de Ámsterdam”, cuando se divide la I Internacional Comunista de los Trabajadores, aunque en aquel momento no se percibía muy claro si era comunista (Sobre esto escribiré aparte para detallarlo). En ese sitio y lugar, se consumó el triunfo, hasta ahora definitivo, de la pequeña burguesía sobre el proletariado, autodenominándose “socialismo científico” o “Marxismo” y luego en 1917, con el triunfo de Lenin y sus Bolcheviques, en la revolución Rusa, esta tendencia se fortaleció, quedando prácticamente como la única contraparte al capitalismo; a esta ideología se le denominó “Marxismo-Leninismo”.

Que se jugó y definió en Ámsterdam en 1872, que su primera campanada fue el congreso anterior de Londres 1870, de la I Internacional de los Trabajadores del Mundo; ahí se jugó y se definió, erróneamente y con consecuencias nefasta para la historia, que aun hoy la sufrimos, entre dos tipos de socialismos o comunismos, que enfrentarían al capitalismo. Capitalismo que en aquella época aun en su fase progresista (De industrialización), aunque ya se había impuesto globalmente y las empresas transnacionales con su monopolio imperial, mostraban sus colmillos de leche. Los dos tipos de socialismos, eran el autoritario o de estado, representado en Carlos Marx y Federico Engels y el libertario el de asociaciones de hombres libres, que son comunas o consejos, representados en Miguel Bakunin.

El primero de los mencionados era el denominado “socialismo científico” o marxista, de dictadura del proletariado y el otro el de Bakunin, socialismo libertario, sin estado, de asociaciones libres o anarquismo y sobre todo de revolución social, integral, no solo política de “tomar el cielo por asalto”.

Una vez triunfado el marxismo sobre el anarquismo Bakuninista, quien dio origen a la comuna de Paris, se cometió un error garrafal, que es lo que nos tiene hoy aquí, sometidos por el imperialismo yanqui; se eliminó la táctica de lucha dual en contra del capitalismo, es decir, mientras se peleaba en contra del capitalismo, en paralelo y al mismo tiempo, se iba construyendo la nueva sociedad, por intermedio de los consejos, las comunas, lo que denominó Bakunin las asociaciones de hombres libres, que esa táctica Marx y Engels, llamaron despectiva y erróneamente “comunismo utópico”; se satanizó al anarquismo y se le asoció a la lucha violenta, que con ello y por consecuencia se condenaba a la violencia, como método valido, en determinada circunstancias; y el socialismo incurrió el parlamentarismo y el sindicalismo (Economicismo) o reformismo; y fue absorbido por el sistema capitalista; claro está, políticamente creció, la socialdemocracia marxista, llegó, en la misma Alemania a ser un partido de masas y a ser el partido socialista más grande y referente mundial.

Pero algo peor, que lo anterior, que ya de por si es bastante grave; el socialismo autoritario o de estado, prácticamente eliminó la democracia, la participación, al establecer, por la misma política de estado, de enfrentar a un estado por otro y no de destruirlo y empezar una nueva sociedad distinta, al establecer, repito, una política de jefes, de cúpulas, eso hizo que no fuesen las masas mismas, los obreros mismos quienes dirigieran su propio destino sino los iluminados, los caudillitos, por lo general la pequeña burguesía.

El carácter de partido u organizaciones socialistas de jefes y no de clase o masas, hizo que estos no expresaran el pensamiento de la clase sino del grupo dirigente, muchas veces en contradicción o contrasentido con las bases sociales, y este error se multiplica, cuando se toma el poder y se estable un estado dizque “socialista”, de dictadura del proletariado, como veremos a continuación (Muy someramente, porque escribiré aparte sobre esto más amplio), lo que pasó en Rusia con Lenin y los Bolcheviques, a partir de 1917.  

Con el triunfo de Lenin y los Bolcheviques, en 1917, se abría una nueva etapa para la lucha de los trabajadores, por su sistema, el comunismo, tanto fue así, que los capitalistas que estaban en guerra por el reparto del botín mundial, tuvieron que pararla para impedir que en sus propios países estallase una revolución como pasó en la Rusia zarista; pero el primer freno a esa oleada fue la misma Unión Soviética, encabezada por Lenin y los bolcheviques, que en vez de impulsar la “Guerra Revolucionaria”, “guerra a la guerra” internacionalmente, firmaron una paz con el imperialismo alemán (Y por separado de paso, de los antiguos aliados del Zar, Francia, Inglaterra y USA o “La Entente”), el 18 de marzo de 1918 en Brest-Litovsk, esta firma de paz traición, prácticamente entregó a la revolución alemana próxima a empezar y desarmó, al proletariado Alemán que era uno de los que estaba más avanzado y más cerca de hacer una revolución integral (Social, política, económica, cultural), por esto es que, arriesgándome a responderle Paul Craig Roberts, puedo decir, que ni Marx, ni Lenin ni los marxistas ni los leninistas ni los marxistas-leninistas, pueden ayudar ahora, puesto que ellos han sido los que más han contribuido a que exista este estado de cosas.

El marxismo y el leninismo o el marxismo-leninismo, derivados y afines, y la URSS y el auto-denominado campo socialista, más que ninguno habían contribuido frenar las revoluciones, a no apoyarlas, aun soterradamente y a reforzar la posición del imperialismo anglosajon en el globo terráqueo.

Ellos más que todo, contribuyeron a que el imperio Otánico triunfara sobre la segunda oleada revolucionaria del siglo XX, la que nació producto de la revolución cubana, en 1959 y la lucha del pueblo de Vietnam, más que todo en los 60 y otros revoluciones y revueltas de carácter progresistas como los movimientos de paz, de derechos civiles, los hippies, los países no alineados y los movimientos guerrilleros diversos.

Lo que queda del Marxismo-Leninismo, sus derivados y afines, reformistas y de la naturaleza de la pequeña burguesía, son los que están haciendo que no estalle “la burbuja” de la tercera oleada que nació en el pueblo de Seattle en noviembre de 1999, como es el caso de los gobiernos progresistas en América Latina y El Caribe y el movimiento de los indignados en Europa  (Grecia, España, Alemania, Italia, Irlanda, etc.), ellos con su inconsecuencia, que nació en Ámsterdam en 1872, se consolido en Erfurt, Alemania en 1891, se expreso en el parlamento de Berlín, el 4 de agosto de 1914, cuando aprueban ir a la primera guerra mundial para defender a su burguesía imperialista, en contra de “La Internacional” (La patria mundial de los trabajadores), son quienes más jugaron en favor del ascenso del fascismo, sobre todo en Italia y Alemania y dejaron sola a la Republica Española, permitiendo que Hitler y Mussolini la masacraran y se impusiera un golpista carnicero y fundamentalista, apoyaron a que el imperialismo anglosajon-franco impusiera el reparto del mundo, primero en Yalta, donde “le cantaron la cartilla” a Stalin luego en Malta y por ultimo en Potsdam, post-guerra. En ese reparto del mundo, América Latina y El Caribe, era territorio yanqui exclusivo.

Fueron los que durante la guerra fría, no movieron un dedo, a excepción de Cuba, por un ratico nada mas, para impedir que el imperialismo yanqui atropellara a los pueblos y países del mundo, con el mero fin de salvar su pellejo, para nada porque después fueron intervenidos y hasta masacrados. Son los que no han hecho nada, en esta tercera oleada revolucionaria o anti-capitalista que surgió en el pueblo de Seattle en noviembre de 1999, en una cumbre mundial de las Instituciones Financieras Internacionales, que ha dado origen al altermundismo, los foros y movimientos sociales, a los gobiernos progresistas en América, a los indignados en Europa y al movimiento “Occupy Wall Street” en USA.

Tampoco hicieron nada cuando USA, impuso el dólar como valor de cambio, referencia mundial, hecho este que más que ningún otro ha contribuido con la financierización yanqui actual. Financierización esta, que ataca Paul Craig Roberts, y es la expresión palpable del carácter netamente parasitario, hambreador, freno de las fuerzas productivas globales y del desarrollo de los pueblos, del sistema capitalista, estamos ante una mega-dictadura mundial, ya es una necesidad cambiarlo, desplazarlo, destruirlo; asunto de supervivencia.

QUE HACER HOY AQUÍ

El Imperialismo Anglosajon-Franco, hoy incorporando a China y los mega-ricos de Rusia, todos aliados por conveniencia, han acumulado demasiado poder y nadie está en capacidad de retarlos directamente, es como una mosca rete a un elefante, ni existe una idea general mundial en contra del imperialismo, ni existe un comando general global en contra de la plutocracia del 1%, mucho menos un ejército para enfrentarlo, ya que están bien armados y tienen un poder de fuego para destruir el planeta tierra 7 veces. Pero que pueden hacer los pueblos del mundo en contra de este súper-poder, al cual es necesario y de vida o muerte enfrentarlo, porque de lo contrario destruirá al planeta y matará al mundo de todas maneras.

Los pueblos del mundo deben organizar la rebelión de las masas, la rebelión de las bases que debe partir de cada ciudad, no importa su tamaño y debe empezar a producir sus alimentos por cuenta propia y fabricar sus productos, a la vez debe armarse para confrontar a los gobiernos y agentes de la pequeña burguesía y desclasados que apoyan al 1%.

La rebelión de las masas debe ser global, aunque su manifestación sea local, volver a formar las comunas que desmembraron al imperio romano en el siglo IX, pero esta vez cada localidad estará armonizada con la globalización, es una nueva internacional, es volver a la primera primavera mundial, en Europa que concluyo en 1848, hacia una nueva primavera internacional, en donde el socialismo era revolucionario recio, antes que la pequeña burguesía, la intelectualidad de la clase media y los obreros más acomodados tomaran el timón de la lucha y lo echaran todo a perder.

Antes de finalizar este siglo, mucho antes, ya el mundo debe ser comunitario, igualitario, libertario y el imperio anglosajon-franco, historia.



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