Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Vivimos tiempos muy peligrosos, el entendimiento cede paso al fanatismo. Es época de poco pensar, de desprecio del análisis, de muerte de los argumentos. Entramos en un embotamiento general donde la mentalidad de rebaño y el oportunismo barato imponen la unanimidad sin discusión. Es necesario romper el cerco del cretinismo.
Son días de alto riesgo, el fanatismo nacionalista facilita el aparecimiento de la estupidez, de la cacería de brujas, en él florecen las bajas pasiones, los instintos más oscuros de la especie; son días para las patologías. La fantasía de la guerra, el juego a la invasión es muy cómodo, suscita apoyos inauditos, pero el precio es alto, se sueltan los demonios.
¿Estamos en guerra? Empecemos por indagar por qué el imperio nos ataca, qué tipo de ataque nos hace, qué busca con sus acciones “militares”, cuál es su objetivo estratégico.
El gobierno gringo nos ataca por ser una posibilidad de Socialismo, por cierto, una de las poquísimas en el mundo. También porque quiere preservar su patio trasero de la intromisión china. Ese es el objetivo estratégico de la agresión: es una confrontación entre el Socialismo posible y el capitalismo, y es, desde allí, que debemos evaluarla. Hoy la agresión de Estados Unidos es esencialmente política, es en el efecto político que debemos estudiar las medidas.
Los gringos presionan al gobierno para que se aleje del Socialismo y establezca aquí la democracia burguesa sin ambigüedades, dirigida por ellos. En ese empeño los gringos han obtenido grandes éxitos “militares”: la Halliburton, la Schlumberger (autores intelectuales del sabotaje petrolero) ya nos invadieron, y algunos cándidos haciendo ejercicio para repeler la invasión que ya se consumó sin disparar un tiro. Las zonas económicas especiales de neocolonización son un éxito del capitalismo salvaje, ya el imperio enemigo tiene territorio ocupado. Las oligarquías del continente trabajan para la conciliación con la oposición, garantizan las elecciones parlamentarias, ya sabemos que son un soporífero para cualquier lucha social. Ya la “santa alianza” de apoyo a la agresión está constituida, la comanda el mariscal samper.
Los gringos aprietan un poco la tuerca, toman medidas diplomáticas y el gobierno entierra el hacha del Socialismo, desvía la lucha hacia un nacionalismo sin contenido; la oposición se suma al delirio nacionalista, y juntos, de la mano, reafirman el capitalismo.
Queda claro que el imperio nos ataca principalmente por la posibilidad socialista, y la está derrotando sin necesidad de ir a la confrontación militar, nos está derrotando en la política y en el corazón de la masa. En la medida que el Socialismo se desvanece, en la medida que el capitalismo se arraiga en el corazón de la sociedad, en esa medida, por encima de cualquier otra consideración, estamos perdiendo la guerra.
La única víctima de esta guerra, que por ahora no sale de las candilejas, es el Socialismo, sin un tiro, sin un marine en las costas, la Revolución ha retrocedido en el Socialismo. No hay razón para que el imperio invada.
Pero si nosotros estamos equivocados, si es verdad que estamos en presencia de una agresión que amenaza con hacerse militar en las próximas horas, entonces, es hora de tomar medidas serias, de ubicar la confrontación en su justo lugar de verdad, verdad; de entender que no puede haber Patria sin Socialismo, de regresar a la consigna Chavista “Patria Socialista o Muerte” y abandonar el concepto de Patria sin contenido; es tiempo de tomar inmediatamente algunas medidas, por ejemplo:
1) Suspender las elecciones hasta que pase la amenaza. No podemos ir a elecciones parlamentarias en medio de una agresión tan seria, sería un contrasentido y una irresponsabilidad con el pueblo, además de una muestra de alienación democrática burguesa.
2) Se deben profundizar las medidas socialistas. Si los gringos escalan el conflicto, confiscar los activos gringos, las compañías gringas, suspender el envío de petróleo.
3) Decretar economía de guerra. Las grandes compañías de los capitalistas serán temporalmente controladas por el Estado.
4) Si los gringos escalan el conflicto, la confrontación será continental. Convocar inmediatamente una reunión continental de los movimientos revolucionarios y sociales, de los partidos del continente, para construir la respuesta a la agresión yanqui.
¡Las guerras de las burguesías las libran los humildes en nombre del nacionalismo!
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