El mapa de la evolución humana ha sido modificado. Los primeros homínidos tienen su origen en África, pero, según apuntan nuevas investigaciónes, despúes pudieron moverse transversalmente desde el sureste asiático. Esa es la principal conclusión de una serie de investigaciones coordinadas por el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh) en el que se han analizado fósiles de cráneos encontrados en al Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos) y en Maba (China).
El análisis de esos restos, de entre 150.000 y 300.000 años de antiguedad en el caso Chino y de 800.000 años en el caso burgalés, muestra que ambos tienen importantes similitudes: rasgos faciales de neandertal, pero con un cerebro más primitivo, como el de la especie Homo heidelbergensis. Emiliano Brumer, paleoneurólogo del Cenieh, explica a 20minutos que "el parecido entre el fósil Chino y nuestros fósiles de Atapuerca sugiere seriamente la posibilidad de que estas dos poblaciones hayan hecho parte de un proceso evolutivo compartido". "Puede que estos dos grupos representen una misma especie distribuida desde China hasta España", prosigue, aunque matiza que existe la posiblidad de que el parecido se deba a "un antepasado común". En ambos casos, concluye Brumer, "es posible que Europa y Asia compartan caminos de nuestra historia natural".
El Homo Antecessor de Atapuerca no vino directamente de África Esos estudios han coincidido en el tiempo con la publicación de una investigación encargada de examinar fósiles de un Homo erectus de hace un millón de años procedente de Eritrea.
Este estudio ha confirmado la existencia de grandes diferencias entre individuos de África con otros coétaneos de Europa y Asia. A ojos de José María Bermudez de Castro, codirector de las excavaciones de Atapuerca, estos estudios ponen sobre la mesa que el equipo de Atapuerca erró en 1997 al señalar su origen directamente africano de los restos de Burgos ya que es una especie "europea o euroasiática". En este sentido, ha precisado que la historia de Eurasia es "mucho más compleja de lo que se pensaba".
"Parece lógico pensar que los primeros homínidos, que venían de un clima cálido, pudieron asentarse en el sureste asiático, donde el clima era benigno de manera continuada y, desde allí, moverse en oleadas en un eje transversal", explica Bemudez de Castro a la luz de los nuevos descubrimientos. "Parece que las poblaciones asiáticas y europeas compartieron un ancestro común procedente de África y eso explica que tengan características similares, aunque no idénticas", ha apuntado Bermúdez de Castro.
Tras cinco años en los que se ha intensificado la relación de científicos del Cenieh con sus colegas chinos, Bermúdez de Castro asegura estar "sorprendido" por la riqueza de China en fósiles, estudios que se han desarrollado sin apenas comunicación con el resto del mundo y yacimientos aún por investigar. Bermúdez de Castro confía en que dentro de cinco o seis años se pueda saber mucho más del Homo Antecessor, porque los restos que se están estudiando corresponden a lo encontrado en una cata que se realizó entre 1993 y 1994 en un nivel del yacimiento de Gran Dolina al que se llegará para excavar en toda su extensión en el próximo lustro.
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