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AUTOBIOGRAFIA DEL DR. FRANZ LEE

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6 oct 2015

VENEZUELA: ¿R ó D? ABRIENDO LAS PUERTAS AL FASCISMO

 Las casas eran marcadas con una R o con una D. Revisada o Demoler. Cientos de colombianos fueron sacados de sus ranchos de manera intempestiva. Mujeres, niños, ancianas, lloraban. La D parece ser más bien una marca en la frente, D de Desgracia: vivir en los Macondos colombianos o venezolanos, despojados una y otra vez de su única propiedad, la pobreza.

Otros colombianos antes de ser marcados con la D, corrieron con sus muchachitos, colchones, neveras, escaparates y cruzaron el rio Táchira con el peretero a cuestas.

Aprovechando la torpe medida del gobierno venezolano, el gobierno colombiano se vió forzado a implementar operativos de Defensa Civil Colombiana para recibir a “sus” Desgraciados.

¿De dónde proviene el afán de  recordarles a los humildes que no valen media mierda? ¿Cómo pudo el gobierno revolucionario caer en tamaña xenofobia fascista? ¿Cómo pueden los asambleístas del Psuv aplaudir la medida de repatriar a 1.500 colombianos bajo la acusación de que todos son paramilitares uribistas? ¿De verdad no vamos decir nada?

Un sector dentro del gobierno venezolano, está presionando al ejecutivo para que ponga orden a la crisis económica: “o te pones serio o te bajamos del poder y lo hacemos nosotros sin ti”. Ese sector no puede ser otro que un sector de derecha militar.

Pero el “desorden” tiene otras causas que no son precisamente la falta de “mano dura”. El origen tiene 3 aristas: la caída de los precios del petróleo, el altísimo endeudamiento exterior y en las alianzas del gobierno socialdemócrata con las nuevas y viejas burguesías.

Los precios bajos del petróleo son parte de las recesiones en las que entra el capitalismo mundial de manera cíclica y para contrarréstalas los países se preparan con ahorro en reservas y/o en acumulación de conciencia en sus poblaciones, previniéndolas que las bonanzas se acaban y que necesario es producir y crear organicidad social. De no hacerlo simplemente padecen “los saltos de la rana”. Ya lo vivimos con la caída de Pérez Jiménez y con la caída de Carlos Andrés Pérez en su 2do gobierno, falsas son las interpretaciones históricas de que fue el pueblo quien los derrocó. Los derrocaron los bajos precios del petróleo y la falta de previsión. Chávez sobrevivió en el 2008 a la caída de los precios del petróleo, porque había acumulado conciencia con las misiones sociales y porque las reservas internacionales permitieron aguantar la tempestad. Hoy día no tenemos reservas y hasta el oro lo tenemos “empeñado”. El nivel de conciencia es ninguno, gracias a los operativos tipos Daka que forjaron el espíritu del bachaco: saquea haciendo tu cola “en orden” y luego revende el botín con un sobreprecio.

El alto endeudamiento cuyos gigantescos giros debemos cumplir al menos un par de veces al año,  es producto de la promesa incumplible de convertir la sociedad venezolana en una “gran clase media” sin exigir producción a nadie. De no cumplir con esos pagos caemos en el vergonzoso default internacional.

Finalmente como origen de la crisis económica, están las alianzas con las burguesías que decidieron dejar de importar y producir porque era más fácil ganar dinero en el juego del dólar paralelo.

Ningún gobierno socialdemócrata sea bueno, regular o malo puede resolver ninguna de esas 3 contradicciones. O complace la banca internacional, o complace a las burguesías internas o complace a su base social que aspira el estatus de clase media sin retribuir nada a cambio. Tamaña aspiración esa de complacer a todos, la de estos gobiernos. El serrucho se tranca en algún momento. Y ese es nuestro momento actual.

Como siempre la socialdemocracia decide sacrificar a la población. Pero eso no se decide así no más, como quien juega monopolio y comienza a vender sus casitas. No. En nuestro caso el gigantesco ser social voraz requiere altas dosis de represión. Es una fiera que ataca y amenaza a su domador, le muestra su fuerza, lo amenaza con dejar de votar por él, lo amenaza con saquearlo y destruir todo a su paso.

Es allí donde suelen aparecer 2 fuerzas capaces de domar la bestia: un de sector militar de derecha que toma las riendas del poder o un líder socialista que hace conexión amorosa con la masa y la llama a la construcción de un mundo distinto.

Por ahora, en nuestro escenario nacional solo se muestra en acción un ala cruenta de derecha dentro del gobierno que presiona al ejecutivo para que se apliquen este tipo de medidas tipo razia, bien sea en la frontera con Colombia o en los barrios de las ciudades más pobladas en Venezuela.

Bajo el nombre Operación Liberación del Pueblo, el gobierno ha abierto las puertas a la terapia de shock que terminará necesariamente en la implementación de un gobierno de derecha militar tipo Videla o Pinochet que termine de aplicar el paquete neoliberal.

Las puertas están abiertas para la llegada del fascismo, se escuchan los aplausos y las vivas de dirigentes chavistas que deberían estar alarmados con lo que está pasando, se escuchan los aplausos de una masa que de pronto se siente reivindicada en sentimientos xenófobos, la mayoría aplaude la lectura de los partes de guerra, murieron tantos en tal sitio, están presos tantos cientos, deportamos tantos, tumbamos tantos ranchos, demolimos tantos burdeles.

Definitivamente no será Maduro, hijo de colombianos, quien termine de ejecutar la razia. No será él. Pero él ha abierto las puertas, arrastrado por presiones de esa derecha cruenta por un lado y por las incongruencias del sistema socialdemócrata por otro.

Las razias serán develada en el futuro, seguramente se encontraran fosas, se escucharan los testimonios de las viudas, de los huérfanos. Se sabrá que primero fueron algunos delincuentes. Pero que luego fueron los chavistas, los dirigentes, los intelectuales de izquierda.

Para aquellos que aplauden las R y las D en los ranchos de la frontera, véanse en ese espejo terrible pero con una CH de chavistas en la puerta de sus casas. Véanse cruzando fronteras con sus muchachitos a cuestas. Es alarmante, es vergonzoso lo que está pasando. Por cierto, no somos uribistas, ni paramilitares, ni bachaqueros ni contrabandistas. No estamos a favor de la delincuencia ni de la corrupción. Somos chavistas. Estamos en el deber de alertar.

Rosa Natalia 26-8-2015

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