Es hoy el hombre más poderoso de Venezuela. Las decisiones más importantes del país pasan por sus manos.
Nadie duda en Venezuela del inmenso poder político que tiene Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Su influencia se extiende más allá del parlamento. Ministros, rectoras del CNE, magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscal General de la Republica, el Defensor del Pueblo y muchos otros altos funcionarios no dan un paso sin previamente consultar con Cabello.
El sofisticado tinglado de poder político que soporta a Diosdado Cabello se refuerza con su innegable influencia en las Fuerzas Armadas. Justamente esta semana fueron ascendidos a rangos superiores más de 4 mil oficiales. El presidente Nicolás Maduro sólo firmó los ascensos. ¿A cuantos conocía? Probablemente a ninguno. La lista le fue enviada por el Ministerio de la Defensa, seguramente previa aprobación de Diosdado Cabello.
Misión con doble propósito
La influencia de Cabello en el alto gobierno es inocultable. El 15 de Marzo de 2015 en el epicentro de la crisis con los EEUU Nicolás Maduro lo designa Presidente de una comisión de alto nivel para tratar las relaciones bilaterales con ese país. Ya Cabello había sido públicamente señalado de ser parte de una investigación en los EEUU por narcotráfico en reportaje publicado en El Nuevo Herald en enero de este año.
Esta designación es importante ya que confirma la existencia de dos dinámicas distintas, pero complementarias. Por una parte el interés del gobierno en reparar las relaciones con los Estados Unidos y por la otra el interés de Diosdado Cabello en detener la onda expansiva de los graves señalamientos en su contra. A pesar de la relevancia de esta misión sólo se tuvo noticias de sus resultados meses después al conocerse la reunión de Diosdado Cabello con el Consejero de los Estados Unidos, Thomas Shannon, en Haití.
En las semanas siguientes, mientras el caso Cabello copaba la atención de los medios, el gobierno venezolano seguía trabajando tras bastidores con los Estados Unidos para negociar una tregua que le permitiese bajar las tensiones y llegar a las elecciones parlamentarias. Estos esfuerzos comenzaron inmediatamente luego del decreto emitido por los EEUU sancionando a 7 altos funcionarios venezolanos. Las reiteradas declaraciones públicas invocando un dialogo “con respeto” fueron parte de otras acciones tales como las dos visitas del Consejero Thomas Shannon a Venezuela por invitación del propio gobierno.
Sobre estas dos dinámicas se monta la reunión de Venezuela con los Estados Unidos en Haití.