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8 abr 2015

El sociocapitalismo bachaquero bolicristiano venezolano, una traición más a la conciencia de la clase trabajadora hispanoamericana por Chucho Nery



El sociocapitalismo bachaquero bolicristiano venezolano, una traición más a la conciencia de la clase trabajadora hispanoamericana


Por Chucho Nery

Este pueblo parece gallina vieja; ni pone ni deja la culequera”

Alí Primera

El Ché declaraba que un Socialismo de mera distribución no le interesaba. Rosa Luxemburgo, en alguna oportunidad dijo que el Socialismo no era un asunto de cuchillo y tenedor, afirmaba así que el campo de batalla era el espíritu, el corazón y no el estómago. Fidel sentenció que se debe crear riqueza a partir de la conciencia, y no pretender crear conciencia a partir de la riqueza.

Toby Valderrama y Colectivo Antonio Aponte

Primero era porque los demagogos de turno de la IV República feudocapitalista eran unos mentirosos de uña en el rabo que no cumplían lo que prometían y saqueaban las riquezas que “pertenecían a todo el pueblo”, y por ello este país semifeudal nunca dio el salto al pleno desarrollo capitalista.

También les echamos la culpa por haber “traicionado el legado del Libertador”, convirtiéndolo en muda estatua rodeada de flores, como todo muerto que se precie de estarlo, usándolo solamente para protocolos y celebraciones vacías.

Asimismo eran unos herejes que rezaban por fuera y pecaban por dentro, dándose hipócritas golpes de pecho ante las cámaras por las injusticias mundanas que ellos mismos se prodigaban en esparcir por esta tierra que nos “dio 'dios'”.

Traidores al Libertador, a la democracia (que es tan buena, en teoría), a nuestro “salvador” 'jesucristo', a los votantes, a los trabajadores que se matan por hacerlos cada vez más ricos mientras ellos se hacen cada vez más pobres.

La culpa era, entonces pues, del liderazgo que teníamos; que por cierto nosotros mismos colocábamos allí cada cinco años, sin que nadie nos pusiera una pistola en el pecho.

Entonces surgió de las tinieblas de la moribunda podredumbre adecopeyana un 'nuevo' líder, a la cabeza de un no menos 'nuevo' movimiento cívico-militar (como si todos los anteriores hasta la época de Cristóbal Colón no lo hubiesen sido.  Basta con recordar que la espada, puesta al revés, se vuelve una cruz), con un 'nuevo' proyecto para crear hombres/mujeres 'nuevos' en un 'nuevo' país que en el año 2021 ya sería una tremenda 'potencia'.

Este 'nuevo' líder, entonces, no fue uno más del montón de engañadores profesionales educados en Washington, sino uno extraído de las más profundas entrañas del pueblo oprimido por las clases dominantes criollas formadas al margen de las foráneas, que en todo caso las usan como capataces de sus haciendas patiotraseras, sino un verdadero Napoleón Bonaparte en pleno desarrollo que pretendió tatuarle en los genes de los desposeídos que eso de volverse una potencia sociocapitalista sí era posible para los tierrúos y no un asunto exclusivo de carapálidas anglosajones que ni católicos eran.

Con su prédica y con su ejemplo trató de enseñarles a estos apáticos, conformistas y acomplejados hispanoamericanos que ocupan la antigua Capitanía General de Venezuela (anterior sub-dependencia del Virreinato de la Nueva Granada) que una cosa llamada 'socialismo' (el paraíso judeocristiano en la Tierra pero no dirigido por los fariseos ni los aristócratas sino por las fieles ovejas esterilizadas física y mentalmente) era posible llevarlo a cabo impulsando las fuerzas productivas atrofiadas y reprimidas por el lumpencapitalismo semifeudal que aquí había echado sus fuertes raíces, quien sabe si por la misma gracia de 'dios'.

Qué no hizo el 'nuevo' líder por ganarse el favor del 'pueblo': bailar, cantar, echar chistes, reír, abrazar viejas, besar bebés, compartir un café con los mendigos en una calle, caravanear, desfilar, trotar, jugar béisbol, bolas criollas, manejar tractores, tanques, aviones, predicar el espíritu 'socialista' por radio, TV, prensa escrita, Internet; aparte de tener que encontrar el tiempo suficiente, paralelamente a todo esto, para gobernar el país más rico en reservas petrogaseras de todo el querido, contaminado y único planeta (Walter Martínez dixit), rodeado además de implacables y voraces enemigos a la espera del menor descuido para poner sus garras a esa riqueza.

Cuántas veces no escuchamos y vimos sus cadenas, discursos, mítines, conferencias, clases magistrales, sermones, admoniciones, amonestaciones, proposiciones, arengas, exhortos, apelaciones, imprecaciones, súplicas, amenazas, lecciones y, sobre todo, advertencias y profetizaciones sobre lo que podría o no podría ocurrir en caso que sus ideas, plasmadas nada más y nada menos que en la Constitución, cayeran en oídos sordos, en barriles sin fondos, en almas insensibles, en espíritus apagados, en terrenos áridos, cual perlas lanzadas a cerdos, y se desvanecieran en el olvido galáctico, y con ellas la posible materialización de su sueño compartido, qué duda cabe, por millones (al menos mientras estuvo con vida).

Tampoco podemos hacer de la vista gorda ante semejante mezcla de ideas, conceptos, teorías, leyes, ideologías, creencias, supersticiones, simplificaciones, categorizaciones, dogmas, tendencias, corrientes, posiciones, transposiciones, extrapolaciones, yuxtaposiciones, fundiciones, desintegraciones, hipótesis, síntesis, antítesis, paradojas, transiciones, reconciliaciones, transformaciones, deformaciones, informaciones, aportes, descartes, desplantes, transplantes, reflexiones, disposiciones, rechazos, aceptaciones, anulaciones, aprobaciones, revocaciones, sumisiones, rebeldías, desacatos, avances, retrocesos, paralizaciones, rodeos, saltos mortales, redundancias, cacofonías, aciertos, desaciertos, conciertos, desconciertos, entuertos, desentuertos, aplicaciones, inconstancias, incoherencias, adaptaciones, cohesiones, uniones, desuniones, afectos, desafectos, fidelidades y, algunas veces, barbaridades.

Tal forma de pensar no podía llevarle (y por añadidura llevarnos) más que a esta particular forma de hacer, accionar, ejecutar en la que nos hemos sumido todos los venezolanos desde hace 15 años, que aunque difícil al principio, puedo aventurarme a definir como sociocapitalismo bachaquero bolicristiano venezolano, a falta de ver (y sufrir en nuestras propias carnes) lo que todavía nos tenga deparado en el futuro este sancocho ideológico-práctico que la historia humana nos ha puesto en el camino, bien sea como obstáculo o como trampolín para nuestros más sagrados sueños diurnos juveniles (Ernst Bloch dixit).

¿Por qué sociocapitalismo?

Porque Hugo Rafael Chávez Frías, un humano de carne y hueso, no un semi-'dios', a pesar de todo su esfuerzo por diferenciarse integralmente de su entorno hispanoamericano y de su individualidad intrínseca e inevitablemente venezolana del siglo XX, todavía muy influenciada por rezagos de los siglos coloniales (proyectada hacia el siglo XXI con posibilidades reales de ser-estar-existir-y-trascender como algo/alguien verdaderamente nuevo), no pudo (lamentablemente) desligarse de ese pasado semifeudal colonialista lumpencapitalista hispano-anglosajón.

Esa incapacidad (que ni siquiera un Hércules habría podido superar) le llevó y nos llevó a producir y reproducir un 'modelo' transitorio dentro del modo de producción feudocapitalista subdesarrollado (y por tanto atrasado) que impera (y seguirá imperando por muchos años en Venezuela y el resto de hispanoamérica), a una mezcla de lumpencapitalismo con socialismo basado en la vieja y fracasada tesis estalinista (otra perniciosa mezcla de 'socialismo en un solo país' + 'socialismo en dos etapas': una ya -reformista- y la otra para muchísimo más tarde -que inevitablemente regresa al país que implemente semejante modelo a etapas feudocapitalistas que ya comenzaban a superarse), un lastre que vino a sumarse al peso muerto que hemos tenido que sufrir los venezolanos desde los tiempos de la Conquista española, expresado en los atávicos flagelos de la corrupción administrativa y moral, el atraso mental producido y reproducido por la ignorancia fomentada, financiada y propagada por la religión mayoritaria imperante (la cristiana católica apostólica romana), manifestada en la apatía, la ignorancia y el conformismo que nos impide plantearnos seriamente cualquier alternativa de cambio social y material (feudal, capitalista, socialista o más allá de todos estos 'modelos', que esté por crearse o surgir espontáneamente, en este o en algún otro planeta con vida 'inteligente').

Algo muy típico de venezolanos y algunos hispanoamericanos más, ser incapaces de resolver ese eterno doble dilema de la indefinición en todos los aspectos, grados, niveles y multimensiones, bien sea por pereza, debilidad psicosomática, insuficiencia de fluidos vitamínicos necesarios para un desarrollo cerebral medianamente 'normal' o por simple conformismo.  No podíamos alejarnos de esa insana tradición, en pleno proceso de cambio mundial a nivel social y natural, teníamos que permanecer a medio camino, algo que no está muy lejos de la mediocridad, entre el feudocapitalismo y el posible socialismo, creando, como ya expresé, ese bodrio Made In Venezuela (aplausos) que he bautizado como sociocapitalismo.

A pesar de las buenas intenciones que haya podido tener el Presidente Chávez esa indefinición inherente al ser-existir-trascender del venezolano es-existe-nos-trasciende sin que haya nada que podamos pensar y/o hacer por evitarlo, a menos que lo hagamos en el contexto mucho más amplio de una verdadera evolución-revolución-transvolución hacia la emancipación humana total, no como país, sociedad, patria, pueblo, hijos de 'dios', ahijados de Bolívar o hijastros de Chávez, sino como seres-existencias-trascendencias planetarias galácticas multiversales.  Pero eso sería harina de otro costal, a tratar en algún artículo futuro.

¿Por qué bolicristiano?

Porque el Presidente Chávez, aparte de provenir de esta misma sociedad atrasada social y físicamente, de surgir del mundo militar (que ya sabemos por qué y para qué fue creado dentro de las sociedades feudales y capitalistas, por no hablar de las sociocapitalistas), también fue educado, adoctrinado, informado y deformado por la misma religión cristiana católica apostólica romana que ha sembrado de odio, ignorancia, intolerancia, resentimiento, apatía, petulancia y conformismo a casi todo el planeta Tierra.  Con una particularidad muy venezolana, que fue mezclar el culto a un 'dios' que sólo existe en la mente de los creyentes con el culto a un hombre de carne y hueso que fue convertido en semi-'dios' por clases dominantes oligárquicas terratenientes semifeudales lumpencapitalistas (mercachifles de puerto) en la persona del Libertador Simón Bolívar, pervirtiendo el alma, el espíritu y la mente de los venezolanos con falsas esperanzas y enseñanzas.  Pretender sustituir al 'dios' cristiano elevando la idea del socialismo/bolivarianismo al rango de todopoderoso y al mesías católico por el Libertador constituye uno de los principales errores y horrores que haya podido cometer el Presidente Chávez como líder de un estado laico (al menos en teoría) con pretensiones reformistas/revolucionarias (el futuro dirá hasta qué grado una dominará a la otra), dentro de una sociedad que imploraba un cambio real de mentalidad, condición para lo cual era más que necesario abolir de las mentes de los venezolanos todo tipo de creencia supersticiosa, sea religiosa o laica, espiritual o política, divina o mundana.

Combinar cristianismo (una religión) con bolivarianismo (una ideología política, convertida en la oficial del estado), dando nacimiento al bolicristianismo, utilizando descaradamente los elementos de control mental creados y aprovechados por el clero desde los tiempos del Imperio Romano como el culto a la personalidad, el mesianismo, el exclusivismo/patrioterismo (contrario a la idea integracionista/internacionalista de Bolívar expresada en el Panamericanismo), la sumisión, la autoproyección de todas las facultades humanas hacia un ser real/irreal (trayendo con ello la deshumanización del hombre/mujer), la debida obediencia (lealtad/fe) bajo el criterio/amenaza del premio-castigo (cielo/infierno, patriota/apátrida) y, cómo podía faltar, la amenaza/concreción del uso del terror psicológico y/o la fuerza bruta monopolizados por la Iglesia y/o el Estado (inquisición/prisión,  censura/linchamiento moral, represión sexual/represión policial, adoctrinamiento religioso: Catecismo/adoctrinamiento ideológico partidista: Plan de la Patria, Libro Azul, Libro Rojo), pretendiendo con ello ganarse a las masas con fines electoreros, recuperar el ideario bolivariano como soporte del programa del partido gobernante, lo único que logró fue confundir aun más al pueblo que se pretendía liberar (mental y materialmente) de todas esas cadenas mentales y físicas, y por tanto retrasar una vez más y todavía más la tan anhelada liberación e independencia.

¿Por qué bachaquero?

Porque mientras el Presidente Chávez vivió, a pesar de todo lo dicho en este artículo, Venezuela contaba con todas las potencias-potencialidades para trascender no sólo hacia el socialismo (que no es sino la otra cara del capitalismo) sino hacia la verdadera emancipación humana.  El pueblo venezolano, aun sin habérselo planteado en estos términos, en el fondo y muy a su modo supo que sería capaz de dar un salto más allá, y por eso apoyaron a Chávez por millones.  Porque así es lo nuevo, no se sabe exactamente cómo definirlo porque es algo que se siente en los huesos, los genes y el alma.  Es como cuando uno se enamora, se siente algo pero no se puede describir con palabras.  Por eso cuando el Presidente Chávez hablaba de amor sabía lo que hacía.  Tal vez él mismo estaba sintiendo lo mismo que el pueblo venezolano pero no pudo o no supo explicarlo sistemática y abiertamente, a pesar de todo lo que dijo e hizo.

Pero tras su muerte esa potencia-potencialidad contenida en la entonces altamente explosiva Revolución Bolivariana comenzó a debilitarse, volviéndose una mera latencia-tendencia, un paso atrás y a un lado, una involución no hacia el feudocapitalismo anterior (ojalá, ese sería el mal menor), sino hacia el globofascismo (Dr. Franz J. T. Lee dixit), la era más oscura que habrá de conocer todos los planetas de la Vía Láctea. 

El llamado 'Legado de Chávez' (la posibilidad-realidad del socialismo/emancipación humana en Venezuela, hispanoamérica y el mundo) se ha ido convirtiendo, paulatinamente, en una caricatura no sólo del socialismo sino también (¡aunque Ustedes no lo crean!) del feudocapitalismo, algo que pienso ni siquiera los reformistas de turno se han dado cuenta, en medio de su torpeza/codicia revolcadas en sus proyectos traidores no sólo al Presidente Chávez sino a todo el pueblo venezolano y mundial que día a día siguen con mucho interés (me consta) los acontecimientos en nuestro país.  La sorpresa que se van a llevar los demagogos de turno cuando su 'proyecto' se vea superado por el reclamo popular canalizado en una verdadera revolución socialista de los trabajadores que extinga al estado a través de una dictadura del proletariado mundial.

Las pretensiones de los reformistas que agarraron el cambur por el asesinato de Chávez (con complicidad interna, obviamente, pues ¿quiénes eran los que estaban más cerca de él, después de todo?; y más aun sabiendo que ese tipo de operaciones siempre debe contar con un mínimo de ayuda 'barrio adentro') van a quedar en el depósito de los ridículos más grandes de la historia cuando el 'bachaqueo' interno vaya mermando (como ya lo está haciendo) no sólo las misiones como tal, como estructuras paraestatales ideadas y construidas con mucho sacrificio por el Presidente Chávez (de ahí su éxito al lograr evadir las taras y controles -verdaderos campos minados- heredados de las viejas estructuras sociales), sino el espíritu rebelde y consecuente del mismo pueblo que de ellas se ha beneficiado, y que al mismo tiempo constituye el soporte moral y material de esas misiones, el verdadero legado de Chávez, más allá de su imagen (groseramente explotada con fines político-electoreros), la verdadera fuente de inspiración para que ese mismo pueblo apoye la llamada Revolución Bolivariana, orgullo y esperanza de todos los pueblos oprimidos del mundo.

¿Cómo y quién comenzó el 'bachaqueo' (que a diferencia de las compras nerviosas, detonadas por la propagación de uno o varios rumores para hacer adquirir a las personas un producto determinado que realmente no está escaseando, es hacer cola deliberadamente en los establecimientos fundados por Chávez (sin que medie para ello rumor alguno ni el nerviosismo asociado a este, sino más bien el afán de lucro súbito en medio de la más estoica y paciente espera, a sabiendas de antemano la ganancia que se espera y se está seguro de obtener) para comprar mercancías importadas y/o subsidiadas  por el gobierno (y por lo tanto a bajo precio) para revenderlas a precios mucho más altos, en una especie de suicidio económico colectivo)?

Comenzó con el 'dakazo' un día de diciembre, en medio de los operativos contra la 'guerra económica', en donde altos funcionarios del gobierno obligaban a sacar a los comerciantes saboteadores los productos acaparados (no necesariamente 'de primera necesidad', como TVs de alta gama y demás chucherías que nos obliga a comprar el sistema capitalista a través del control mental de sus medios de comunicación y comercialización) y que los vendieran a un precio 'justo'.  ¿Cómo interpretó el pueblo ese mensaje?  Como una incitación al derroche y a la riqueza fácil, como efectivamente ocurrió.

Ese fue sólo el pistoletazo de salida, ministros a voz en cuello reclamándole a la lumpenburguesía venezolana en todos los medios de comunicación y comercialización por qué el pueblo no podía comprar un TV de 40 pulgadas (elevándolo a producto de primerísima necesidad, al mismo nivel que la leche, el pan o la educación primaria).

Lo que le ha ido añadiendo al 'bachaqueo' su carácter pernicioso y sumamente peligroso ha sido la mala interpretación que, una vez más, le ha dado el pueblo venezolano a los desaciertos de este gobierno en su lucha contra el contrabando, la especulación en los precios y el acaparamiento de todos los productos (no sólo los de primera necesidad).

Esa confusión por parte de los fieles electores se ha traducido en la extensión de las prácticas formales e informales de venta y reventa a precios astronómicos de los llamados productos de primera necesidad (en su primera etapa), como alimentos, artículos de higiene personal y repuestos para todo tipo de vehículos, aupada por la impunidad con que actúan esas redes pequeñas (por ahora) que amenazan con crecer y extender su rango de acción hacia otros rubros, inclusive bajo el control de esas redes (ya más extendidas) por parte de mafias nuevas o ya establecidas dentro de la llamada delincuencia común, con la penosa participación de funcionarios estatales (como cosa rara, como siempre ha sido y será, bien sea bajo la Colonia, la República o el sociocapitalismo bachaquero bolicristiano).

El pueblo lee mal el hecho que su querido gobierno se niegue a castigarlo por razones político-electoreras, porque sabe que si pierde su apoyo pierde el cambur, y los privilegios que lo acompañan.  En una sociedad de cómplices como la venezolana del siglo XXI nadie se mete con nadie porque todos se benefician, el pueblo económicamente (en medio de una pavorosa inflación que ese mismo gobierno no ha podido o no ha querido controlar -¿será que alguien también se está beneficiando de eso en algún lado dentro o fuera de Venezuela?-), y el gobierno político-electoralmente.  Este gobierno ya tuvo su primer susto en las últimas elecciones presidenciales, donde ganaron por un estrecho margen, y no quieren pasar por otro más.

El pueblo venezolano se ha envilecido no sólo porque perdió a su guía espiritual, no sólo porque lo lleva tatuado en los genes (como ya hemos dicho al principio), sino porque el 'liderazgo' actual se ha negado a llenar el hueco dejado por Chávez, porque sólo estuvieron a su lado para beneficiarse de las ventajas del poder.  ¿O es que ya no se acuerdan de los regaños públicos del Presidente Chávez a sus ministros cuando se daba cuenta (y no siempre se daba) que algo no iba del todo bien?  ¿Cobardía, ineptitud, mezquindad, o todo eso a la vez?  Y entonces, de ser así, ¿dónde quedó toda esa prédica del Presidente Chávez?  ¿Estamos ante un caso de amnesia colectiva?  Quince años de adoctrinar con el ejemplo se van a ver desaparecidos en sólo tres años de traiciones, negligencias e impunidades?  ¿Acaso el ejemplo y las enseñanzas de Chávez no son antídoto suficiente para que el pueblo venezolano tenga la capacidad de repeler no sólo los ataques de las clases dominantes foráneas sino también de las criollitas?  ¿No dijo el Presidente Chávez acaso, en su último mensaje al país, “Maduro, Socialismo y Cuidado con el Reformismo”?  ¿No se sintetiza ese antídoto mental en su frase “¡Comuna o Nada!”, también expresado en ese mensaje final, enfatizándolo con un golpe a la mesa?  ¿Por que hoy en día, en Venezuela, ya no se lucha por un ideal sino por el lucro personal individual y mezquino?  ¿Será porque se piensa erróneamente que el lucro privado 'garantiza', 'fundamenta' la transición de una mentalidad capitalista egoísta hacia una socialista solidaria y humanista?  ¿Qué clase de disparate es ese?  ¿No será más bien al revés, que el cambio de una mentalidad burguesa que excluye al prójimo y al entorno natural y por tanto condena a ambos a su extinción a una mentalidad socialista humana que incluya al otro y al medio ambiente sostiene y sustenta en el tiempo y en el espacio una 'ganancia', un 'beneficio' colectivo igualitario y solidario para la sociedad y para la naturaleza?

Ahora nos damos cuenta de muchas cosas, entre ellas de cuáles y quiénes eran los lastres que no le permitieron al Presidente Chávez avanzar más allá de donde avanzó.  Ya no se nos hace tan difícil entender por qué la hoy diputada María León, Mario Silva, Toby Valderrama y el Colectivo Antonio Aponte alertaron que la muerte de Chávez no fue natural sino provocada por medios artificiales (y yo agrego: no sólo desde 'afuera') y por ello exigieron su esclarecimiento, llegando inclusive a recoger firmas en todo el país, una actividad que por cierto se detuvo abruptamente, sin dar mayores explicaciones, y sus impulsores silenciados (a excepción de Toby Valderrama y su grupo).

Ahora nos damos cuenta por qué esta vaina que tenemos ahora está impidiendo ya no tan sutilmente que la potencia-potencialidad del proyecto chavista venezolano pueda convertirse en la posibilidad-real emancipatoria para toda la humanidad.

¿Tanto miedo le tienen al pueblo (al que Ustedes ven como su simple clientela electoral)?

¿Tanto temor le tienen a un castigo divino promulgado no a través de un 'decreto de Obama' sino de una bula del Papa Francisco?  En ese caso hipotético ¿que harían?  ¿Recoger firmas para que 'dios' mismo derogue la bula?  ¿Quién iría al cielo a llevarlas?  ¿Dónde las publicarían, en L'Osservatore Romano, no en inglés sino en latín?

¿Tanto miedo le tienen a sus verdaderos amos (sin importar que sean gringos, chinos o rusos)?

Tal vez esta sea la última oportunidad del empobrecido pueblo venezolano y mundial, primero para darse cuenta que, en el socialismo, la tarea histórica de la clase trabajadora es pensar/hacer/trascender la revolución socialista (no feudocapitalista, mucho menos sociocapitalista bachaquera bolicristiana, eso déjenselo a los reformistas de turno), y más allá de eso, que la emancipación humana global y galáctica es la tarea transhistórica de los seres-existencias-trascendencias humanas multiversales, y de nadie más.  Si no lo pensamos/hacemos/trascendemos nosotros no lo pensará/hará/trascenderá nada ni nadie.  Ningún amo esclavista, ningún burgués, ningún cura muerto y resucitado ha bajado nunca del cielo a 'salvarnos' ni nos está 'ayudando' desde allá con sus 'poderes telepáticos', y si no lo pensamos/hacemos/trascendemos nadie nos va a recibir en ningún 'cielo' como recompensa por nuestro 'sacrificio' en la Tierra.  Esta es la única vida/oportunidad que tenemos, y nuestras clases dominantes lo saben tan bien que lo pueden comprobar viendo cómo viven y gozan a nuestras costillas.  Y si nada ni nadie lo piensa/hace/trasciende entonces no nos quejemos, quedémonos con lo que tenemos, hagamos lo que hemos venido haciendo por milenios, es decir, conformémonos, y no chillemos cuando nos toque morir aplastados por la explotación económica, la dominación política, la discriminación social, el genocidio militar y la alienación humana del ya cercano globofascismo gringo-ruso-chino con bonitos fuegos artificiales en forma de nube de hongo para darnos la despedida de este valle de lágrimas asqueroso llamado capitalismo judeocristiano sionista anglosajón del último siglo de esta nuestra Madre Tierra.

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