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30 mar 2014

La derecha y la ultraderecha vienen creciendo en Europa

EMILIO MARÍN

Mañana el balotaje en las municipales francesas dirá una palabra más precisa sobre el crecimiento del derechista Frente Nacional. En ese país y en otros, como Grecia, hay avances de la derecha y la ultraderecha.

Pocas fuerzas políticas como el Frente Nacional han expresado de modo más fiel los puntos de vista de la extrema derecha. Comparado con su fundador Jean Marie Le Pen, hasta Charles de Gaulle parecería haber sido un progresista, de tanta xenofobia, anticomunismo, antisemitismo que rezumaba. Su momento de gloria ocurrió en 2002, cuando pudo desplazar al socialista Lionel Jospin del balotaje, que a la postre terminaría perdiendo frente al conservador Jacques Chirac.

Fuera de ese caso, el Frente Nacional no pudo romper el bipartidismo del conservador UMP y el socialismo francés, que en las últimas elecciones pudo consagrar a François Hollande y sumió en el ostracismo a Nicolas Sarkozy.


Entre tanto los "nacionales", atributo que debería escribirse con "zeta", estaban conducidos por Marine Le Pen, como en un trámite sucesorio familiar. Y con ese liderazgo, dieron un batacazo el 23 de marzo, en las municipales, al lograr un gran crecimiento en votos y ganar las alcaldías de ciudades como Henin Beaumont, Avignon, Tarascon y Frejus, y salieron segundos en Marsella. Mañana, cuando se realice la segunda vuelta en varias localidades se podrá tener una idea precisa de cuánto fue ese avance de la derecha extrema y de la conservadora UMP, que disputará al socialismo la capital.


Para los socialistas de Hollande las malas noticias no pasan sólo por los progresos de las huestes de Le Pen, sino también por la sanación de las heridas de la UMP. El ex premier Alain Juppé fue elegido alcalde de Bordeaux en primera vuelta.


El ánimo de los electores ya no es el mismo de simpático y entusiasta con Hollande, como dos años atrás. Y esa decepción no tiene que ver precisamente con algunos líos amorosos del presidente sino con cuestiones económicas y sociales. El estancamiento de su PBI, el alto nivel de desempleo, los recortes de los beneficios jubilatorios, etc., le han quitado muchos votos al oficialismo. El 23/3 recibió un "voto castigo". Esto por supuesto no significa que la derecha o la extrema derecha vayan a hacer las cosas mejor, pero están explotando con oportunismo el malhumor galo por los ajustes y crisis.

¿Tú también Angela?

Cuando se alude a la deteriorada situación social en Europa inmediatamente ocupa el centro de la escena España, martirizada por el gobierno derechista del Partido Popular.


Por supuesto que Mariano Rajoy tiene bien ganado ese tristísimo sitial, con un número de desempleados cercano a los 6 millones y gran cantidad de "desahuciados" que perdieron sus viviendas. Por algo España fue cuna del movimiento de resistencia conocido como "Los indignados", que fueron replicados en otros países, incluso por los miembros de "Occupy Wall Street", en la mismísima Nueva York.


El descrédito de esa derecha española se ha traspasado a la casa real, con tantos escándalos del rey, las princesas y yernos, desvíos de fondos incluidos. Este rasgo es positivo, porque al calor de la debacle puede haber nuevas camadas de españoles decididos a forjar una república sin parásitos borbones.


En cambio, se suponía que Alemania era una excepción en medio de las dificultades europeas subsistentes desde la crisis de 2007-2008. Sin ser cierto lo del "milagro alemán, había en ese país una situación relativamente más aliviada que en el resto de los 27 miembros de la Unión Europea. 

Y se atribuía esa mejoría al poderío de su industria y de sus bancos, capaces de ganar mercados dentro del continente y el resto del mundo, colocando sus productos y siendo sólo superados en ese rubro comercial a nivel por la pujante China.


Sin embargo, una nota de Marcelo Justo, titulada "La pobreza que oculta el ´milagro alemán´" (LA ARENA, 19/2), consigna datos que contradicen esa situación tan "milagrosa". Por ejemplo, se revela que el 16 por ciento de la población germana está en riesgo de pobreza. Justo citó a Sebastian Dullien, "en el mercado laboral ha aumentado enormemente la pobreza y la desigualdad. Nos estamos convirtiendo en un país de bajos salarios".


En 2012 el crecimiento del PBI fue del 0,7 por ciento y al año siguiente del 0,5. Dice Justo: "son porcentajes comparables con los años de crisis de principios de siglo". Uno puede preguntarse entonces, legítimamente, ¿y dónde está el milagro? En Alemania sigue gobernando la derecha socialcristiana de Merkel, que ganó un nuevo turno en setiembre del año pasado. Como su poderío político es inferior al de años anteriores, tuvo que aceptar una coalición con los socialdemócratas para que le dieran los números y pudiera gobernar. Es como si en España gobernara una alianza entre el PP y el Psoe. Difícil pero no imposible...

Mucha xenofobia.

En medio de sus fracasos, en los países capitalistas centrales crece el odio contra los extranjeros, demonizados como los causantes de que falten puestos de trabajo, supuestamente birlados a los "nacionales". El discurso racista, ahora llamado etnicista, les imputa a esos "diferentes" males como el aumento de la delincuencia, la pérdida de valores religiosos, etc.


Con ese discurso antiinmigrantes fue que en buena medida multiplicó sus votos Marine Le Pen y el FN, pero también otros partidos de derecha como el FPO de Austria, Jobbik de Hungría, Alba Dorada de Grecia, Svoboda en Ucrania, Partido por la Libertad de Holanda, Vlaams Belang de Bélgica y el Partido del Progreso de Noruega, entre varios.


A mediados de marzo, en sólo cuatro días, el gobierno italiano informó que había interceptado 4.000 inmigrantes de origen africano que querían llegar a la península por mar. Es gente que huye de espantosas miserias de la África subsahariana, expoliada por siglos por las "civilizadas" naciones europeas.


Barack Obama, que presumió de haber dialogado con el Papa sobre su ley de reforma migratoria, está catalogado como el campeón de deportaciones de inmigrantes, sobre todo latinos. Ha batido los récord de por sí imponentes de su antecesor George W. Bush. 


Después de cinco años de gestión, todavía discute la posibilidad de regularizar la situación de millones de inmigrantes que ya viven en EE UU. Y aún no lo ha concretado, echando la culpa a la oposición republicana, que en efecto es más xenófoba que los demócratas, aunque en las filas de éstos también hay legisladores partidarios de muros y patrullas como los que separan a México.


Por las razones ya comentadas, España es una potente incubadora de racismo. Sus medios agitan que 30.000 africanos están sitiando desde Marruecos sus enclaves de Ceuta y Melilla, en el norte de África, con la intención de saltar los vallados y pedir asilo. Ironizando, Antonio Fernández 
Vicente escribió en Rebelión que lo extraño no es que haya 30.000 pidiendo entrar a los enclaves. "Lo extraño es que no se agolpen los 300 millones de hambrientos" africanos, escribió.

Límites de derecha.

Los partidos de la derecha y la extrema derecha no tienen entidad ni intención de solucionar los problemas de la economía y política contemporáneas. Esto es así, por más que en lo inmediato logren seducir a parte del electorado en disputa y llegar al gobierno, como en Grecia, con una coalición encabezada por el premier Antonis Samaras, o bien emplear un putsch callejero y parlamentario como en Ucrania (Svoboda).


Los latinoamericanos pueden congratularse que en general la tendencia política en la región no es de esa orientación de derecha.


Puestos a gobernar se puede apreciar con rapidez que dichos gobiernos vienen a agravar las crisis preexistentes. Samaras, por ejemplo, ya tiene fijada para el 9 de abril la primera huelga nacional de 2014, que los gremios prometen será masiva. Eso puede augurarse teniendo en cuenta los recortes salariales que el premier pactó con la "troika" (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional". El 22 de marzo pasado fueron cesanteados, con motivo de los ajustes, 4.400 empleados públicos, entre ellos más de 2.000 profesores del nivel secundario. 


Si eso hace el derechista Samaras, ¿qué puede esperarse de los neonazis de Alba Dorada, que en las recientes elecciones colectaron el 6,9 por ciento de los votos? 


Un fenómeno de decepción similar debe haber comenzado en Ucrania, tras el golpe de derecha y pro Unión Europea y pro OTAN que entronizó al presidente provisorio Alexander Turchinov y al primer ministro Arseni Yatseniuk.


Esas autoridades golpistas fueron presentadas a nivel mundial como una suerte de "Primavera de Kiev", pero en los primeros días sufrieron una derrota objetiva, con la votación en Crimea para pedir su incorporación a la Federación Rusa.


Y lo peor viene ahora, pues Ucrania tramitó un "paquete de ayuda" del FMI, la UE y Washington. 

La buena noticia es que se lo darán. La mala es que tal salvataje está ligado al cumplimiento de un brutal ajuste: congelamiento del salario mínimo, aumentos de impuestos y de los precios de los combustibles, la electricidad y el gas (Agencias AP, AFP y Reuters). "Llegó la hora de hacer cosas difíciles y antipopulares", dijo el premier Yatseniuk, del derechista Svoboda. Si ellos hacen ese tipo de cosas es de esperar que los ucranianos les digan que no.

http://www.laarena.com.ar/opinion-la_derecha_y_la_ultraderecha_vienen_creciendo_en_europa-111971-111.html

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