Desde el descubrimiento en 1958 realizado por el investigador James Van Allen, se definieron dos cinturones magnéticos en torno a la Tierra, como dos anillos. El más interno se carga de electrones de alta energía y iones energéticos positivos, en tanto que el externo, se carga básicamente de electrones de alta energía.
Estos cinturones magnéticos actúan a la hora de recibir el viento solar que trae consigo numerosas partículas energéticas cargadas eléctricamente desde nuestra estrella.
Los científicos liderados por Richard M. Thorne delDepartamento Espacial y Atmosférico de UCLA hicieron un análisis cuantitativo de la composición de este inusual tercer anillo de electrones que fue observado por el instrumento de las sondas de Van Allen en septiembre pasado, y reportado en febrero de este año.
Según el equipo de Thorne, “el anillo se formó el 3 de septiembre de 2012, durante la fase principal de una tormenta magnética, debido al colapso parcial del cinturón de radiación exterior“.
La nueva cinta de electrones persistió cuando las “energías estaban por encima de 2 MeV; éstas exhibían un decaimiento lento, pero finalmente fue destruida durante otra tormenta magnética el 1 de octubre”, destacó el equipo científico de UCLA.
En el estudio, el grupo de Thorne descubrió que las energías de electrones sobre 3 Mev son las que permitieron que se generara el nuevo anillo de electrones, y se prolongara en el tiempo. Esto se asoció con la rápida migración hacia el exterior que se mantuvo ajena al mecanismo magnético de la Tierra por más de 10 o 20 días. A energías inferiores de 2 MeV, el decaimiento es mucho más rápido, correspondiente a la ausencia de formación de un nuevo anillo de electrones de larga duración.
Después que la NASA lanzara en agosto de 2012 las dos sondas Van Allen, uno de sus instrumentos, comenzó a hacer las mediciones y observaciones de las partículas atrapadas en los cinturones magnéticos de la Tierra, conocidos como cinturones Van Allen, y registró sus altas energías, además del aumento de tamaño de ellos.
“Entonces sucedió algo que nadie había visto antes”, destacó la NASA. “En las partículas se instaló una nueva configuración, que muestra una tercera cinta extra, que se extiende fuera en el espacio”. Para los científicos en ese momento fue como “reescribir los libros de texto”.
"Al quinto día, REPT (instrumento de medición en las sondas), podía trazar nuestras observaciones y ver la formación del tercer cinturón de radiación", explicó Shri Kanekal, el científico de la misión de las sondas Van Allen del Centro de vuelo Espacial Goddard de la NASA.
"Empezábamos preguntando si había algo mal con nuestros instrumentos. Comprobamos todo, pero no había nada malo con ellos. La tercera cinta se mantuvo muy bien, día tras día, semana tras semana, durante cuatro semanas".