La central de Hongyanhe 1, situada en el noreste de China, se enchufó
a la red eléctrica el 18 de febrero. Empezó a operar el 6 junio. El
diseño de la planta lo ha realizado la francesa Areva, uno de los
gigantes mundiales del sector.
Aunque el país asiático anunció tras el accidente de la central
japonesa de Fukushima, en marzo de 2012, que suspendería temporalmente
su programa nuclear, Pekín tiene actualmente 18 reactores funcionando y
28 en construcción, el 40% del total que se están levantado en todo el
mundo.
Asia es ahora mismo el continente con más plantas en construcción,
después de Europa, donde Francia lidera la lista con 58 reactores, y
Estados Unidos, el país con más energía atómica del mundo.
Aún es pronto para saber cuánta electricidad generará China a partir
de centrales nucleares – dependerá entre otras cosas de su crecimiento
económico y de la demanda de energía–, pero de seguir a este ritmo,
Pekín pronto superará el actual 2% de producción de electricidad a
partir de nucleares.
Para hacerse una idea, Estados Unidos genera el 19% de su electricidad a partir de energía atómica, y Francia, un 75%.
El auge de la energía atómica en China es “de enorme interés para la
industria nuclear española, especialmente para las empresas de
ingeniería y servicios”, comentan en el Foro Nuclear. “Es una economía
emergente donde la demanda eléctrica no deja de crecer y es el país
donde más reactores se construyen”, añaden.
Suele resultar muy difícil instalarse en suelo chino sin asociarse
con una empresa local. Por ahora, la nuclear “ya cuenta con empresas
propias en el país”. Las compañías españolas suministran ahí grandes
componentes, válvulas y salas de control y realizan programas de
formación a operadores.
“Tal es el interés en este mercado, que un grupo de empresas
españolas forman parte del Spanish Nuclear Group for China para alcanzar
acuerdos comerciales”, puntualiza.
China, India, los países del Golfo, México, Estados Unidos y Brasil
son ahora los puntos de mira de la industria española, además de
Francia, “por las posibilidades de negocio que ofrece el proyecto de
fusión ITER”, matizan en el Foro Nuclear.
En este organismo concluyen que no solo los Gobiernos siguen
apostando por la nuclear después del accidente de la central japonesa de
Fukushima. “La opinión pública está recuperando la confianza en esta
tecnología”, dicen en este organismo.
Una encuesta realizada por esta institución en junio arrojaba que 3 de cada 4 españoles considera la nuclear segura.
“Las pruebas de estrés así lo reconocieron y mostraron que los
análisis y estudios realizados muestran la existencia de márgenes que
aseguran el mantenimiento de las condiciones de seguridad de las
centrales nucleares españolas más allá de los supuestos considerados en
el diseño original de las plantas”.
Tampoco la decisión del Gobierno de la canciller alemana Angela
Merkel de apagar las centrales atómicas en Alemania a partir del año
2022 pone en duda la apuesta nuclear mundial, según este organismo.
“Esta decisión no ha sido seguida por otros países. De hecho, ahora
mismo están en construcción 69 reactores en todo el mundo y hay 434
unidades en operación”. Rusia, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y
Canadá pusieron en marcha nuevos reactores en 2012.
Aunque este impulso internacional esté en auge, la industria se
siente preparada para atender a las necesidades del parque atómico
español, en el que el cierre de Garoña “se debe exclusivamente a razones
económicas y en ningún caso a motivos técnicos ni de seguridad”,
aclaran.
“Garoña, por tanto, no renuncia a la posibilidad de solicitar una
renovación de la autorización de explotación en caso de que las
condiciones así lo permitiesen”, concluyen en el Foro Nuclear.