SAO PAULO, jun. 13 (UPI) -- Ser ateo en Brasil, una potencia religiosa con la mayor población católica mundial, los ateos se sienten como extranjeros en su propio país, señaló Reporte Brasil.
"Se precisa mucha valentía aquí para decir que uno es ateo. Por eso hay aún muchísimos no creyentes que se encuentran en el clóset", aseguró Daniel Sottomaior, presidente de la Asociación Brasileña de Ateos y Agnósticos (ATEA), una asociación que dice luchar contra los presuntos prejuicios y discriminación contra quienes no creen en Dios.
Sottomaior, un ingeniero civil de 41 años que reside en Sao Paulo y ha recibido amenazas de muerte anónimas, asegura que en Brasil, que acogerá del 22 al 28 de julio la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río y la primera visita internacional del papa Francisco, "el ateo es considerado con un criminal y su persona asociada con un crimen".
"Cada vez que se habla de un delincuente, de una mujer que está matando a golpes a un perrito, la expresión que se usa es: 'No tiene a Dios en el corazón'. Aquí ser ateo es la causa de todos los crímenes", afirma. La justicia condenó este año a Bandeirantes luego que opinara que el asesinato de un niño sólo pudo haber sido cometido por ateos.