Con toda la discusión en torno a Angelina Jolie y su decisión de quitarse sus senos debido a una mutación del gen patentado BRCA-1, hay que recordar el verdadero problema aquí - una gran parte del código genético humano es ya propiedad de las grandes empresas y las universidades . Y puede ser mucho peor.
Incluso la News National Geographic publicó un artículo poco conocido en 2005, titulado "Estudio revela: Una quinta parte de los genes humanos ya han sido patentados." Y si la Corte Suprema decide dejar que esto continúe, entonces podríamos ver lo que yo llamo "guerras de genes" que se llevarán a cabo dentro del sector empresarial corrupto de los Estados Unidos . Guerras de genes que implican una guerra de ofertas sobre la esencia misma del desarrollo humano, con sólo las empresas más ricas y más astutas poniendo sus manos en sus códigos genéticos. Eso a menos que el gobierno decida tomar las patentes de los genes para sí mismo.
GUERRAS DE GENES: EL GOBIERNO JUEGA A SER DIOS
Más allá incluso del debate sobre lo que esto significa para la humanidad, considere el hecho de que para las empresas poder "comprar" la propiedad de los genes significa que la entidad que concede la homologación debe por lo tanto tener la autoridad sobre los genes en primer lugar. Esto significa que el gobierno, legalmente, «concede acceso" a las empresas para patentar la genética tan sólo al proclamar que tiene la autoridad para hacerlo. El gobierno está por lo tanto, diciendo que, legal y literalmente, puede gobernar nuestro código genético - nuestros propios cuerpos .
Y si el gobierno gobierna sobre la esencia de lo que somos y pueden permitir que las empresas compren el plano de la vida, entonces ahora tenemos un gobierno que se ha declarado Dios . Y entonces tenemos una población que es propiedad intelectual ambulante .
En junio deberíamos ver la respuesta de la Corte Suprema sobre si el gobierno debería permitir «patentes de genes. Una vez más vemos este concepto donde el gobierno tiene la autoridad para hacerlo, que no tienen la capacidad de conceder la propiedad de la humanidad. Un concepto que los jueces de la Corte Suprema probablemente puede defender, si el pasado es alguna indicio. En este momento tenemos incluso a Clarence Thomas, juez del Tribunal Supremo, que fue el mayor abogado de Monsanto - la compañía de biotecnología que se centra en la manipulación genética y las patentes asociadas a las semillas modificadas genéticamente.
Clarence, el buen amigo de Monsanto siempre falla a favor de la modificación genética, y la Corte Suprema en su conjunto votó recientemente a favor de las patentes de Monsanto sobre la vida, en un golpe a los agricultores. Lamentablemente, si deciden seguir su patrón verdaderamente demente y permitir a las corporaciones patentar aún más la vida, esperemos que las guerras de genes se convertiertan en una realidad .
