Fernando Lozada se enteró de queBergoglio era el nuevo Papa por un mensaje de texto y no lo podía creer. "Hasta me hicieron chistes algunos conocidos, porque yo denuncié a la Universidad del Salvador (USAL) por un documento de lineamientos redactado por Bergoglio en 1974, donde en el primer punto decía que hay que luchar contra el ateísmo y por el cual yo me sentí muy discriminado", contó.
Lozada es uno de los activistas argentinos por el derecho de los ateos y agnósticos que con la asunción de un papa argentino ven peligrar los logros conseguidos por el país laico. En el país existen varias asociaciones que luchan por el respeto hacia los no creyentes, y también son muchos quienes pelean para que la Iglesia Católica deje de tener tanta influencia en las decisiones políticas y sociales.
"Los ateos somos una minoría casi insignificante", describe el fundador de la Asociación Ateos de Mar del Plata, Fernando Lozada, quien estima que 11,3% de la población es no creyente o agnóstica. “Igualmente –compara– los Católicos Apostólicos Romanos representan 18%, números no tan alejados".
Una de las integrantes de la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL), la ex diputada nacional Cecilia Merchán explicó que buscan que haya absoluta igualdad y "respeto ante todas las creencias o no creencias". Además, criticó la elección del Sumo Pontífice, y admitió que se asustó al enterarse de la noticia porque “Bergoglio está denunciado por ser cómplice de algunos episodios de la dictadura, y tuvo un protagonismo muy alto, como cuando dijo que el matrimonio igualitario era ir a una guerra contra Dios”.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Civil de Ateos en Argentina (ArgAtea) y presidente de la Alianza Internacional de Ateos, Carlos Díaz, manifestó que “Bergoglio tiene muchas cosas cuestionables” y que es importante analizar lo que dijo en la pelea por el matrimonio igualitario o en el aborto”, ya que ahí se merece una fuerte crítica. Igualmente, puntualizó: “A mí no me importa quién es el líder de los católicos, yo no entro a una iglesia ni para un casamiento porque no creo en nada de lo que dicen”.
Además, Díaz criticó los subsidios que recibe la Iglesia Católica desde el Estado, y afirmó que “indirectamente se financia la educación religiosa, algo horrible porque no se forma a los chicos con un espíritu crítico, pero también se pone dinero en el Tedeum, que me parece ridículo”. Lozada estimó que por año el catolicismo recibe unos $ 36 millones, mientras que Merchán opinó que “es un sinsentido sostener a la religión”, ya que implica mucho dinero.
Los tres coincidieron en la preocupación de que tras la elección de un papa argentino se demore el avance de un Estado laico. “Teníamos la expectativa, ahora sabemos que es casi imposible”, lamentó el fundador de Ateos Mar del Plata. Más optimista, Merchán indicó que “con el clima de alegría generalizada, es posible que tarde un poco más en debatirse, pero no mucho”.
"Cristina nos insulta"
Para Carlos Díaz, de ArgAtea, "la función pública y la religiosidad no son compatibles". Así, simple y sencillo, el presidente de la Alianza Internacional de Ateos evaluó que se siente insultado cuando Cristina Kirchner hace alusión a la religión en un acto público, y que la mandataria “no tiene el respeto que debe tener en la separación entre el Estado y la religión”.
Por su parte, Fernando Lozada afirmó que le hubiera gustado que en la reunión entre el papa Francisco y la Presidenta se hubiera planteado una separación de la Iglesia del Estado.
Asimismo, prefirió la postura del mandatario uruguayo, José “Pepe” Mujica, quien argumentó que no asistió a la asunción del nuevo pontífice porque no es creyente.