Parece que esto de los coches y de las motos eléctricas viene de ahora, de hace pocos años. Pero todo lo contrario: los vehículos propulsados por energía eléctrica se remontan a muchísimos años atrás, a principios del siglo pasado. Ya en el año 1931 se vio por las calles de Buffalo a “un tal” Nikola Tesla en un coche eléctrico fabricado por él mismo. Pero ese coche tenía algo particular: no contaba con baterías.
Nikola Tesla, el inventor de la corriente eléctrica alterna, la cual Edison se encargó de desprestigiar, fabricó en los años 30 un vehículo que incluso en nuestra época nos parecería vanguardista. Mientras en la actualidad se están perfeccionando sistemas de carga sin cables, el inventor americano logró crear un coche eléctrico que no precisaba de baterías.
¿Cómo era posible esto?
El más acérrimo rival de Thomas Edison adquirió un Pierce-Arrow. A este mítico coche le retiró el motor de combustión, dejando el embrague, la caja de cambios y la transmisión a las cuatro ruedas tal cual. Colocó un motor eléctrico de 57 kW y, en vez de montar baterías para que anduviese, le instaló un sistema eléctrico que se alimentaba inalámbricamente; Wifi o Bluetooh hace casi 100 años.
Frente al tablero de instrumentos se instaló un convertidor de 60x25x15 centímetros: tenía 12 tubos de vacío. Salía de esta “caja” una antena bastante pesada de 1,8 metros de largo, así como un par de barras gruesas de unos 10 cm. La función de la antena no era otra que recibir la energía de una torre y transmitirla al motor eléctrico de, aproximadamente, 1,65 metros de largo.
Actualmente pagamos precios desorbitados por los combustibles fósiles y por la electricidad a la vez contaminamos nuestro planeta más y más. Curiosamente, Tesla inventó un sistema por el que conseguía energía totalmente limpia y gratuita y, además, sin cables. La antena que mandaba la electricidad al convertidor del que os hablé antes era autosuficiente: conseguía energías mediante ondas electromagnéticas, algo totalmente ilimitado, limpio, gratuito y, mire por dónde, sin cables.
La gente se sorprendía y se “comía el coco” pensando cómo alguien había podido fabricar un coche que no hiciera ruidos ni utilizase la gasolina como combustible. Hasta ahora, en el año 2013, nos sorprende que un coche eléctrico pudiera moverse sin baterías.
Rápido y con kilómetros en su haber
Parece ser que el coche alcanzaba una velocidad de 144 km/h, lo que ya llama la atención hasta en la actualidad; sus datos eran comparables fácilmente con los de un automóvil de gasolina. Rodó con él durante una semana de pruebas, haciendo una grandísima cantidad de kilómetros:unos 1.500 al parecer.
George Westinghouse, el inversor
Nikola Tesla tuvo siempre a su lado a su propio mecenas, un inversor que creyó en él desde que presentó su dimisión irrevocable a Thomas Edison. Gracias a George Westinghouse, Tesla pudo suministrar la corriente alterna a muchísimas casas y también pudo desarrollar su Pierce Arrow eléctrico.
Pero todos sabréis que aquellos años fueron prácticamente los peores que ha vivido EEUU en su historia: una fortísima recisión fue provocada tras el crack del 29, cuando Wall Street cayó empicado. Este motivo fue, junto con el desprestigio que la corriente alterna y, por tanto, Tesla fueron adquiriendo a causa de la presión de Edison, el que paralizó la posible producción del modelo del que hablamos.
Cuenta la leyenda…
Siempre hay enigmas y datos legendarios en estas historias. Según dicen, el coche acabó en alguna granja de las proximidades de Buffalo, donde sigue guardado 80 años después. Los coleccionistas, buscatesoros y seguidores de Tesla siguen buscándolo como locos, a sabiendas que de dar con él encontrarán un objeto que valdrá su peso en oro… o incluso más.
¿Os imagináis que habría pasado si este modelo hubiese sido vendido? ¿Hablaríamos ahora de vehículos propulsados por un motor eléctrico sin baterías? Todo se puede soñar.