Aunque nuevas políticas de seguridad ciudadana inician con vigor impidiendo en ocasiones el ejercicio del derecho a la protesta, continúa la lucha por el fin de las corridas de toros en Colombia, abanderada por un sinnúmero de organizaciones y colectivos que realizan ferias antitaurinas.
Individualidades, colectivos, partidos políticos y hasta campañas nacionales prevén una serie de eventos en los que pretenden visibilizar, compartir y desarrollar propuestas de trabajo de base educativo, artístico y cultural, y exigir la vida y la libertad de los toros.
“La intención con nuestras acciones es en principio abolir la tauromaquia. Es cierto que las limitaciones son reales, pero sabemos que podemos persuadir a muchas personas, plantear la discusión en espacios locales, nacionales y en los medios, y cuando llamamos la atención sobre la contradicción de una práctica tan tradicional como reprochable, logramos reflexiones dentro de la sociedad, generalmente a favor de los toros y el fortalecimiento del movimiento antitaurino y de liberación animal”. Aseguró José María Rodríguez, activista antitoreo.
Una de estas experiencias organizativas es la campaña Colombia Sin Toreo, creada en el marco del Primer Encuentro Nacional por la Liberación Animal en (Caldas, 2012) como un espacio de articulación de actividades “por la erradicación de todo acto especista y de todo tipo de esclavitud animal”.La Campaña propone además, la construcción de una estrategia que invite a la unión y convoque ala sociedad en su conjunto a luchar por la abolición de la tauromaquia, insistiendo en que:“las manifestaciones por esta causa deben ser actos de denuncia e información que orienten la inconformidad de quienes anhelan que algún día las plazas de toros en su totalidad no sean escenarios en dónde se derrame sangre”.
Sin embargo organizaciones de todo el país que conforman Colombia Sin Toreo, entre las que están Resistencia Natural (REN) y el Centro de Estudios Abolicionistas por la Liberación Animal (CEALA), no solo se oponen a la crueldad hacia los animales, sino también a un sistema jerárquico que los clasifica, esclaviza y reduce a objetos de mercantilización.
El año pasado la Campaña coordinó de manera simultánea en varias ciudades, eventos como "Disfrazarme de torero ni jugando” (octubre) y "Prende una vela por una Colombia sin toreo" (diciembre),en los que el público expresó su opinión frente a la tauromaquia.
Desde finales de la década de los 90´s, cuando en Colombia las calles empezaban ser testigo de manifestaciones en contra de la tauromaquia (y posteriormente del maltrato animal), el respeto ha sido principio y vector; por esta razón, activistas reclaman respeto por la vida, por otras especies, hacia los animales y su derecho a existir en plena libertad.
Además de las manifestaciones, la confluencia de afinidades antitoreo entre quienes se encontraba el Movimiento Antitaurino de Colombia (MAC) y la Asociación defensora de Animales (ADA) dio apertura a otros espacios en los que se discutió por primera en el país y en Sur América, la pertinencia dela tauromaquia. Uno de estos fue el Congreso Nacional Antitaurino que contó con la participación de organizaciones provenientes de Ecuador, Venezuela, México y Costa Rica.
“La constancia en nuestros propósitos y la convicción de que es posible una sociedad capaz de hallar formas de divertirse, diferentes a la tortura y el asesinato de animales, ha logrado por ejemplo que en muchas temporadas taurinas, plazas en Cali, Sincelejo, Cartagena, Zapatoca, Duitama, entre otras, no consigan colmar sus palcos y reflejen un descenso paulatino en la venta de entradas”. Sostiene Jhonatan Camargo, activista antitoreo. Y continúa… “No es un secreto que las empresas taurinas atraviesan una crisis financiera. Hemos visto la cantidad de dinero que invierten en cada temporada y hemos descubierto que son cifras muy altas con respecto a las utilidades netas, sin mencionar que intentan ocultar esto con el obsequio masivo de entradas de cortesía, pues si la gente que pagaba 50 mil pesos o más por una entrada, hoy, debido claramente al agudizamiento de la economía de la mayoría de los hogares colombianos, no siempre se puede costear por familia mínimo 200 mil pesos en entradas a la “corrida”. Señala.
Para el movimiento antitaurino la decisión del alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, referente a la prohibición de la feria taurina en la ciudad, se constituye como un primer gran paso. Pese a esto, portales taurinos y medios en general anunciaron el año pasado que empresarios,antes encargados de organizar la feria en la Santamaría, ahora invertirían recursos en otras ferias como la de Duitama en Boyacá, pretendiendo impedir que desaparezca su tradición.
Al parecer aquellos medios sabían de lo que hablaban. En esta última temporada, el cartel de la feria taurina en Duitama anunció 5 días de corrida durante los cuales fueron al ruedo 34 toros, todos “a muerte”, mientras que en el 2012 solo fueron 3 días, con cerca de 18 toros. “Entre el 3 y el 7 de enero vimos más vehículos de lo normal, todos muy lujosos y que no pertenecían a la gente de aquí. Algo extraño también fue ver todo el tiempo grupos grandes de policías, militares y policía militar, eran muchos y estaban por todo lado, además requisando”. Declaró Carolina López, activista antitoreo habitante de Duitama.
“El día 7 de enero en horas de la tarde hombres y mujeres inconformes con las practicas taurinas que se realizan en Duitama, decidimos realizar una marcha por las vías de la ciudad.Antes de iniciar el recorrido la policía rondaba y cuadras después cerca al polideportivo Las Américas fuimos interceptados por patrulleros movilizados en motos, un camión y un efectivo que nos dispararía gases. Aunque propusimos no bloquear las vías sí nos permitían avanzar,la marcha fue dividida dos veces, (…) el camión rompió la marcha acelerando y pasando por medio de ésta. Todos y todas fuimos obligadas a huir de las motos y de otros tantos efectivos que nos superaban en número. (…) Hubo varias personas detenidas, 30 en total;allí hubo evidentemente abuso de autoridad, muchos golpes y correteadas”.
Finalmente, activistas aseguran que no repararán en su lucha, que seguirán manifestando su rechazo hacia la tortura y el asesinato de toros, el uso de animales en todo tipo de espectáculos y como forma de diversión y explotación.
“Deseamos que la liberación animal, pero también humana y de la tierra, sea una realidad”. Reiteró Jhonatan Camargo, activista antitoreo.
