Silicon Valley se ha convertido en un referente de la innovación en todo el mundo y constantemente surgen proyectos encaminados a convertirse en algo similar que, frecuentemente, reciben el sobrenombre de 'mini-Silicon Valley'. Lo sorprendente es que exista un lugar así en Palestina.
Lugares así hay en varias zonas de Europa, Estados Unidos, Asia e incluso Tel-Aviv. Lo que quizá sorprendente un poco más es que también existan iniciativas de este tipo en Ramala, Palestina. "El sector de la tecnología es el futuro de la economía palestina", asegura Murad Tahboub, director general de Asal Technologies, en un reportaje publicado en Die Welt y traducido al francés en el Courrier International.
Cerca de 7.000 personas trabajan actualmente en 300 empresas en el sector de la tecnología en Palestina. Quizá no son muchas, pero cada año entre 1.500 y 2.200 programadores e ingenieros, el 40% de los cuales son mujeres, se gradúan en universidades palestinas. "Aquí es muy complicado encontrar trabajo, así que la mayor parte de ellos están en el paro", lamenta Tahboub, en cuya empresa trabajan 120 desarrolladores de software. El 20% son mujeres.
"En Palestina, el inglés se enseña desde el colegio", resalta Sharif Abdeen, jefe de marketing y ventas de Asal, quien asegura que los palestinos son los estudiantes mejor formados del mundo árabe. Él mismo perfeccionó su acento británico en Londres, donde trabajó durante 13 años en Lloyds Bank antes de volver a casa. Abdeen explica que la industria de la alta tecnología palestina se aceleró en 2008 cuando Cisco invirtió 10 millones de dólares en Cisjordania. Entonces, el sector representaba sólo el 0,8% del PIB palestino. Ahora, esa cifra ha aumentado hasta el 11%. Desde 2009, la inversión extranjera en Palestina ha crecido un 65%.
Además, las limitaciones impuestas por Israel han llevado incluso a acelerar la innovación. Por ejemplo, debido a que las empresas de telecomunicaciones palestinas no tienen acceso a las gamas de alta frecuencia, no hay Internet móvil en Palestina. "Así que el 20% de los palestinos utilizan proveedores israelíes", apunta Tareq Maayah, jefe de Exalt Technologies. Sin embargo, la compañía palestina QNET creó una red inalámbrica en Cisjordania. Maayah, cree que ese espíritu de invención llevará a la tecnología palestina a hacerse un nombre en el sector.
Pero el camino es aún largo. Primero, la reputación de Palestina debe mejorar. "No es fácil llegar a un acuerdo para subcontratar una empresa en una zona de guerra", lamenta Maayah. Además, muchos palestinos ricos y bien formados que se van al extranjero no pueden volver después porque pasados siete años fuera tienen el derecho de residencia revocado.
