Xolisile Dolo, de 24 años, vio pocas oportunidades de empleo en Crossroads, parte de una de las mayores expansiones urbanas de Ciudad del Cabo. Así que, inspirándose en un cartel de Nelson Mandela, se creó el suyo propio.
Dolo convierte las bolsas negras de plástico de la basura en títeres cuyas aventuras disuaden de tirar la basura a su público de enseñanza primaria. Su colección está hecha de cajas de cartón. Aprieta el interruptor de la luz y levanta el telón de su espectáculo de siete minutos, ganando no más que el “dinero para el almuerzo”, explica, cada vez que realiza el espectáculo.
Pero el espectáculo ha sido su pasaporte para exponerlo a los dirigentes de la ciudad y tener oportunidades más allá de la empobrecida y plagada de delincuencia Cape Flats - una cosa rara en un país cuya tasa dedesempleo está por encima de 25 por ciento, la más alta de cualquier país de ingresos medios en el mundo.
La tasa de desempleo juvenil se ha estimado tan alta como del 51 por ciento - y superior en los municipios – llevando al presidente Jacob Zuma a proponer una subvención salarial entre los jóvenes para cubrir parte de los costes de contratación de los empleadores en una campaña para crear 5 millones de nuevos puestos de trabajo para el año 2015
El movimiento que fue recibido con un amplio entusiasmo, aún no se ha aplicado debido a la resistencia de los sindicatos encabezados por el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU).
El movimiento que fue recibido con un amplio entusiasmo, aún no se ha aplicado debido a la resistencia de los sindicatos encabezados por el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU).
Este bloqueo deja a los sindicatos abiertos a los cargos de estarobstaculizando la creación de empleo, evitando que los jóvenes como Dolo se unan a la economía formal. Los sindicatos dicen que es más complicado que eso.
COSATU, una fuerza poderosa en el movimiento anti-apartheid, reclama que el subsidio salarial de los jóvenes será ineficaz para reducir el desempleo en general, porque las empresas simplemente lo usan para reemplazar a los empleados mayores de esa edad por los jóvenes.
En cualquier medida, pero sobre todo en este país con una historia de protesta callejera y una tendencia a la delincuencia violenta, la cuestión del desempleo es una bomba social. Sin embargo, el Gobierno de la Alianza tripartita, compuesto por el Congreso Nacional Africano (ANC), el Partido Comunista y el COSATU, está acusado de formular promesas vacías.
“COSATU, que jugó un papel fundamental en la creación de la democracia en Sudáfrica, corre el riesgo de quedarse atrás si se mantiene estancado en el modelo británico de 1950 de la negociación hostil entre los jefes y los trabajadores”, declaró el pasado miércoles Helen Zille, primera ministra de Western Cape y líder del partido de la oposición Alianza Democrática.
“Trágicamente, COSATU está trabajando en contra de los intereses de los desempleados, manteniéndolos permanentemente bloqueados, y paralizando el esfuerzo por crear puestos de trabajo, reparar y reconciliar a nuestra sociedad”.
Al mismo tiempo, muchos de los puestos permanecen vacantes por falta de trabajadores cualificados.
Dieciocho años después de las primeras elecciones multiraciales del país, el país no ha rectificado el sistema diseñado por el apartheid deinfraeducación de la mayoría negra para evitar que entrase en oficios y profesiones que anteriormente estaban reservados para los blancos.
Criticando este vacío están organizaciones como iThemba Labantu, un centro de formación profesional del municipio apoyado por las organizaciones de caridad germano luteranas. Dolo ocupa una habitación en los terreros de este centro a cambio de llevar un grupo de teatro juvenil.
“La escuela no nos prepara para el trabajo o para iniciar un negocio” dice Dolo. “Además de una educación necesitas habilidades, como la forma de comunicarte. El teatro es bueno para eso”.
El joven titiritero nunca ha estado empleado “formalmente” y sólo conoce un puñado de personas con trabajos “adecuados”, con nóminas semanales o mensuales. Los puestos de trabajo formales, -empaquetadores de almacenes, cajeros de supermercados, empleados del aeropuerto o de los ayuntamientos- se encuentran fuera de Crossroads.
El joven titiritero nunca ha estado empleado “formalmente” y sólo conoce un puñado de personas con trabajos “adecuados”, con nóminas semanales o mensuales. Los puestos de trabajo formales, -empaquetadores de almacenes, cajeros de supermercados, empleados del aeropuerto o de los ayuntamientos- se encuentran fuera de Crossroads.
Dentro del municipio, el empleo es en gran parte informal, basado en pequeños emprendedores y a pequeña escala. “Tenemos que hacer nuestro trabajo”, dice Dolo, que ha escrito poesía y tocado música desde su temprana adolescencia.
“Hay un cartel de Nelson Mandela en el que tiene las manos abiertas”, añade Dolo. Está diciendo que “el poder está en nuestras manos”. “El Gobierno no puede crear puestos de trabajo para nosotros”.
El país aún no ha alcanzado la mayoría de edad como una nación que se encuentra en el tira y afloja entre la necesidad del Estado de bienestar y las fuerzas del libre mercado.
El país aún no ha alcanzado la mayoría de edad como una nación que se encuentra en el tira y afloja entre la necesidad del Estado de bienestar y las fuerzas del libre mercado.
Las políticas de promoción económica de los negros no han logrado crear una nueva clase de empresarios negros y los que han surgido han heredado una cultura de explotación de los trabajadores, dicen los críticos. Al mismo tiempo, la base de miembros del sindicato ha retrocedido a medida que la industria manufacturera ha caído víctima de la competencia del Este.
Ante la falta de mano de obra calificada, Sudáfrica no tiene la opción de dirigirse a un público o a mercados de gama alta.
“El enigma de una aguda escasez de personal cualificado junto con el desempleo masivo es el problema más crítico al que se enfrenta este país”, apunta el célebre escritor y comentarista Allister Sparks. "Nuestras escuelas disfuncionales y la pobre formación profesional no están produciendo los trabajadores que la economía necesita. Esto frena nuestro crecimiento y, a su vez, aumenta el desempleo”.
Las actitudes de los jóvenes hacia el trabajo manual, incluso la clase especializada, tienden a ser negativos debido a la imagen degradante de “siervos y esclavos” que sus padres adquirieron durante el apartheid.
Como resultado, muchos jóvenes pobres ven los estudios universitarios como el único medio de escapar del municipio. Resulta que Sudáfrica tiene un alto número de licenciados en Humanidades. Pero el país continúa teniendo problemas para crear oportunidades para ellos después de terminar la escuela.