Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Las diferentes corrientes capitalistas se agrupan en torno a
sus intereses y su ideología. Los capitalistas francos se agrupan en la
mud, en un bloque histórico que postula un capitalismo enganchado al
tren gringo y europeo, propone privatizar PDVSA y de allí todo es
privatizable, desde el agua, la electricidad, la educación, la CANTV; el
trabajo será flexibilizado, entregado a los brazos del patrón, los
despidos serán formas de ahorrar y los sindicatos meras agencias de
coordinación con el patrón, como antes de Chávez.
Los capitalistas que hoy dirigen el gobierno agrupan a
funcionarios, a la nomenclatura que revive prácticas de ad, a los
burgueses que chupan lo poco que queda de la renta y a segmentos de la
masa chavista llevados por la costumbre y la nostalgia del pasado. Esta
corriente postula un capitalismo envuelto en un populismo agotado, una
repartición inviable, navega las aguas del capitalismo enarbolando
banderas de improvisación y tacticismo que la hace pendular entre lo
ridículo de un discurso increíble y la práctica del más rancio
capitalismo. Entregan la soberanía de la Patria al capitalismo
internacional, no importándole, por ejemplo, el inmenso daño al
ambiente, allí están las denuncias del General Clivert Alcalá, y el
asombro de saber que el arco minero que tanto pregonan será el verdugo
del Guri; entregan las zonas económicas especiales a la buena de las
compañías extranjeras, regresando a la época de los campos petroleros
gringos.
Son dos caras de un mismo bloque histórico, el capitalista,
donde ocurre una pugna por la hegemonía, en cualquier caso será el
capitalismo el vencedor.
Es necesario que el Socialismo, el Chavismo entre en este
combate, lo que está en juego es muy importante, se trata de salvar la
esperanza que nos dejó Chávez, construir el Socialismo, proteger la
soberanía de la Patria, salvar al planeta de la agresión del
capitalismo. Debemos construir un bloque histórico socialista que haga
resistencia a las pretensiones del bloque capitalista y consiga avanzar
en la construcción del nuevo mundo.
No es tarea fácil, el primer obstáculo es entender y hacer
entender que el Socialismo sólo es posible, sólo se puede hablar de
Socialismo, desde la Conciencia del deber Social y la propiedad social
de los medios de producción. La economía social y la conciencia del
deber social son las metas de los Socialistas, son el revolucionómetro
que debe guiar las acciones del bloque histórico socialista. Fuera de
estos dos pilares, sólo se encuentra ambigüedad, deslizamiento, zonas de
conflictos con el capitalismo, nunca formas nuevas de Socialismo.
El segundo obstáculo es el apoyo crítico al gobierno, un
cheque en blanco sería más bien perjudicial; se debe participar en la
lucha interna, por ahora con sordina, que ocurre en el gobierno, apoyar a
las corrientes que apoyan al Socialismo.
El tercer obstáculo, agrupar los factores verdaderamente
Socialistas, luchar contra las fuerzas disolventes que conspiran contra
cualquier esfuerzo de agrupamiento. En este empeño la clase obrera
consciente, la que ha conseguido superar el economicismo y la
colaboración de clases, tiene papel protagónico, debe servir de núcleo
director del bloque, aportando su conciencia de clase, su disciplina,
impregnando al resto de los componentes del bloque de su visión
histórica.
La formación de este bloque histórico, de este instrumento
de lucha estratégica, es la única manera de frenar al fascismo, a la
socialdemocracia y de ser consecuentes con el mandato del Comandante
Chávez.