Ahora aparece con
nitidez la batalla principal de la Revolución de Chávez, es la que se libra
contra los intentos de restauración, contra el reformismo, es la lucha interna.
La importancia de la lucha ideológica interna se conocía por la experiencia de
otras revoluciones, la conclusión es lapidaria, ya lo dijo un clásico: toda tumba de una revolución derrotada
exhibe el epitafio “perdió la lucha interna”. Es así, toda frustración
revolucionaria está siempre precedida de un fracaso ideológico. Hoy, esta
verdad nos da en la cara como un castigo, por aquellos que desdeñaron la
historia.
La lucha interna en
los últimos años fue pobre, y la poca que surgió fue perseguida, silenciada,
desacreditada; atrincherados en una falsa disciplina, en un espejismo de lealtad,
la contrarrevolución interna pidió una unidad que castró a la Revolución.
Veamos.
Primero se habló
con cisneros y mendoza, las críticas fueron arrinconadas y los críticos
calificados de ultraizquierdistas. En la Asamblea, en la primera entrega de
cuentas del Presidente, se produjo un linchamiento moral de los llamados
ultraizquierdistas, a la luz de citas manipuladas de Rosa Luxemburgo (que
ironía de la historia, Luxemburgo fue asesinada por similares socialdemócratas
a los que allí la citaron). Poco a poco iba develándose, conformándose la
ideología de la entrega, se habló de la necesidad de elevar las fuerzas
productivas pero con ayuda de los capitalistas. Y así el deslizamiento fue
incontenible, se buscaron maneras de favorecer a los oligarcas, se entregó la
Faja del Orinoco, se les dio protagonismo en los motores.
Hoy pocos (y poco)
mencionan al Socialismo, menos aún al Plan
de la Patria, ni siquiera al falsificado. Con desfachatez aparecen términos
con los que se pretende enmascarar al capitalismo, se habla de productivo, de
paz, de democracia, de nuevo modelo económico, de modelo alternativo, pero
nunca de Socialismo.
Ahora la derecha
interna, la posición reformista interna, la opción capitalista se siente
fuerte, ya tomó posición elevada en el gobierno, controla la economía, es
asesora jurídica del gobierno, dirige la política, está posicionada en el
entramado de repartición de la renta. Hoy envalentonada en un acto del Congreso
de la Patria, que debía ser un instrumento para impulsar al Socialismo y
enfrentar al capitalismo de la asamblea, allí en ese escenario el ministro pérez
abad da la bienvenida al empresariado en las filas del Congreso y le da tareas
políticas propias del PSUV. Leamos parte de su intervención:
“Una
empresa no es una organización económica. Es una organización social con, por
supuesto, objetivos económicos. Es una organización que nace de las necesidades
del pueblo. O sea, no hay ninguna empresa que esté aquí que no tenga
pertinencia social.
No
podemos trascender el modelo capitalista si no logramos que los empresarios y
empresarias (...) tengan presente esa visión, en este cuerpo de empresarios y
empresarias que hoy forman parte y se integran de manera activa en la actividad
político-partidista, en la visión de politizar la acción de las empresas de
capital privado entendiendo que no es posible que los intereses particulares y
sectoriales se impongan al interés colectivo”.
Y concluye dando la
bienvenida a los empresarios al PSUV, continúa:
“En
nombre de la vicepresidencia de economía, nuevamente quiero agradecer la
participación de todos y de todas, y bueno, esto apenas es el inicio de lo que
vamos a construir juntos. Apenas estamos comenzando la transformación profunda
del país y nada mejor que hacerlo desde donde se puede influir y desde el
corazón del partido más importante de Venezuela y uno de los más importantes de
la región, que es el Partido Socialista Unido de Venezuela”.
Este empresario
capitalista empaqueta al Partido de Chávez, construido para llevarnos al
Socialismo, para luchar contra la lógica del capital, en la transformación
capitalista del proyecto del Comandante, y descaradamente les dice a los
empresarios que es desde adentro que se puede influir, parece un mensaje
dirigido a mendoza y fedecámaras, les habla desde lo que es incuestionablemente
un triunfo del capitalismo infiltrado.
Y no se trata de un
hecho aislado, es una campaña fina, de destrucción de la posibilidad
socialista. En el mismo acto, aristóbulo, recordando sus mejores tiempos de
adeco, nos suelta un discurso demagógico que pretende disfrazar el acto
desvergonzado de traición al Plan de la
Patria, al Comandante Chávez, dice:
“El
Socialismo es un modelo de sociedad donde la igualdad, la solidaridad, la
justicia social y el amor sean los valores fundamentales que rigen las
relaciones sociales…Chávez insistía mucho en la conciencia política, pero que
sola no basta sino va acompañada de la conciencia del deber social”.
Las
declaraciones ilustran por sí solas, un discurso del más “puro Socialismo” en
una conversación con más de 300 representantes empresariales. Más sinvergüenzas
no podían ser, caben las palabras de Bebel: “Qué has dicho viejo imbécil que la
canalla te aplaude”. Si no fuera dramática la situación, sería para reírse de
tanta imitación burda. La batalla ideológica la está perdiendo la Revolución,
ni siquiera la está dando: los intelectuales, los pensadores, los escribidores
se distraen con el referéndum, el picure y las malcriadeces de allup.
Todo
esto nos lleva a preguntarnos, ¿nadie allá en las altas esferas tiene algo que
decir, nadie disiente, se dejaron los hijos de Chávez quitar el sueño, así, sin
chistar, sin poner una mala cara, dejarán despojar a la masa humilde de la
esperanza?, ¿cómo pasarán a la historia, qué le dirán a sus hijos y nietos, cómo
explicarán que no hicieron nada?, ¿cómo pueden ver al retrato de Chávez, a las
estatuas del Comandante que tienen en sus oficinas, y dejar pasar la traición a
su legado?