Un grupo de investigadores alemanes ha descubierto indicios de la observación de la supernova 1006 (SN 1006) por el erudito musulmán de origen iraní Avicena (Ibn Sina).
La nueva documentación se une a otros rastros, recogidos por todo el globo, que informan de detalles de lo que se ha descrito como el suceso estelar más brillante jamás registrado por el ser humano.
En un estudio cargado en el servidor arXiv, Ralph Neuhaeuser, Carl-Ehrig Eggert y Paul Kunitzsch describen el texto estudiado, su traducción y la relevancia de la información registrada por los antiguos 'cazadores de estrellas'.
Avicena fue un científico y filósofo persa que, como parte de sus observaciones, viajaba mucho y escribió acerca de lo que vio, junto con sus interpretaciones de temas que van desde la medicina a la astronomía.
En uno de esos textos, llamado Kitab al-Shifa, acerca de la física, la meteorología, y en especial la astronomía, llama la atención de la mayoría de los investigadores en particular una sección que describe un objeto brillante que aparece en el cielo en el año 1006.
La sección se había estudiado antes, pero se había atribuido a un cometa. En este último aspecto, los investigadores sugieren que la descripción es en realidad de la SN 1006. Además de la sincronización, la descripción detallada suena más como la aparición repentina de una estrella en explosión.
En su tratado, Avicena describe un objeto muy brillante y que cambió de color con el tiempo antes de desaparecer, incluso señalando en un momento dado que el objeto echó chispas.
La SN 1006 fue contemplada y descrita por otros observadores de todo el mundo, de lugares tan lejanos como Marruecos, Japón, Yemen y China, pero ninguna de esas descripciones incluye información acerca de los colores de los objetos cambiantes.
Avicena escribió que el objeto comenzó de un color amarillo verdoso tenue que parpadeaba mucho, sobre todo en su máximo esplendor, y que se convirtió en blanquecino antes de desaparecer por completo.
La mayoría de los astrónomos modernos creen que la SN 1006 no fue una supernova del tipo Ia (las que se producen cuando una enana blanca colisiona con otra estrella, provocando que explote por la sobreabundancia de materia), sino que fue el resultado del choque de dos enanas blancas.
Esta nueva información de un antiguo astrónomo persa puede ahora ayudar a comprender mejor un acontecimiento que tuvo lugar hace más de mil años.
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