Por Zwiitwaho Raidani
Traducido por Chucho Nery
El amado legado de nuestro difunto Nelson
Mandela, que lo vio recibir el Premio Nobel de la Paz (1993), está siendo
despedazado por los núcleos de injusticia, explotación de la clase trabajadora
y corrupción por la misma gente que afirman ser los custodios del legado de
Mandela.
Mandela dijo una vez “La educación es el arma
más poderosa que puede usarse para cambiar el mundo”.
Él fomentó soluciones sustentables y promovió
la educación, especialmente en el África rural.
La educación se ha vuelto menos relevante ya que las instituciones
públicas y privadas más bien ignoran las habilidades y las calificaciones
cuando emplean a alguien, y en cambio los contratan basándose en el
nepotismo. Este “Yo te razco la espalda,
tú rascas la mía” ha significado que se contrate a gente incompetente,
no-calificada, lo que arruina la economía poquito a poco.
Un buen ejemplo es Hlaudi Motsoeneng, el
controversial jefe de operaciones de SABC (canal estatal de TV de Sudáfrica),
que mostró cinco materias universitarias en su solicitud de empleo en las que obtuvo 4 Es y una F (en donde la A
es la mayor nota y la F es la más baja). Aun así Motsoeneng ganó 2,87 millones
de rand, sólo en el 2013. Semejante
contratación elevará el analfabetismo de este país y ayudará al declive de la
economía. Para añadir más leña al fuego
de esta vergonzosa conducta, las mujeres son las que normalmente se encuentran
al final de esta injusticia.
Como cuando la Defensora Pública Thuli
Madonsela -que trabaja con pasión- lo hace bien y por lo tanto son vistas como
una amenaza. ¿Cuántos Días de la Mujer o
16 días de activismo contra la violencia contra las mujeres deben ocurrir para
que las mujeres sean reconocidas como iguales?
Zwiitwaho Raidani es administradora del
Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos de Sudáfrica (SINOMSA) en la región de
Ekurhuleni.
Tomado de: NUMSA News (Boletín
Trimestral del SINOMSA, Octubre del 2014, pág. 20)
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