DISOCIADOS
VENEZOLANOS TIENEN RAZON, EL MODELO FRACASÓ
por
Chucho Nery
Los disociados venezolanos
saboteadores y degolladores, dignos alumnos de los sicarios de la CIA (que
algunos pendejos insisten en llamar “oposición”), vienen repitiendo la letanía
según la cual el modelo económico impuesto por el gobierno (que no sé por qué
ellos llaman “socialista”) ha fracasado y por tanto es el responsable de la
actual crisis económica, llegando al cinismo de llamarlo “fábrica de pobres”,
entre otras sandeces telegrafiadas desde sus centros de mando y laboratorios de
guerra sucia para así poder tener “argumentos” que escupir ante sus medios de
desinformación locales y extranjeros y así poder generar la masa crítica
necesaria en la opinión pública nacional e internacional para justificar una
intervención militar, como ya ha ocurrido y sigue ocurriendo en otros países
que son blanco de las ambiciones de las corporaciones transnacionales
anglo-sajonas por sus riquezas estratégicas.
Pero lo que no dicen estos pobres títeres
es que el modelo global en el cual estamos todos insertos y al cual no hemos
podido escapar desde hace siglos es de vieja data y no fue ni diseñado ni
impuesto por nuestros gobernantes sino por las élites que nos han explotado
económicamente, dominado políticamente, masacrado militarmente, discriminado
socialmente y alienado mentalmente desde los países metropolitanos
industrializados del hemisferio norte de nuestro planeta.
Los disociados venezolanos, a
quienes les degollaron la mente haciéndoles olvidar su propia historia, han
olvidado que fueron las cabezas coronadas de Europa, los mismos que nos
“descubrieron”, quienes originalmente impusieron aquí el modelo colonial según
el cual nosotros (América Latina, Africa y Asia) sólo serviríamos como simples
suministradores de materias primas, mano de obra esclava y como mercado
consumidor-importador de sus bienes fabricados (y bien caros); un modelo que
por cierto sigue tan vigente hoy en día como lo fue en el siglo XV y en épocas
subsiguientes, con sus cíclicas crisis de sobreproducción, escasez,
acaparamiento, especulación, distribución, hiperinflación, desempleo,
hambrunas, guerras, etc.
De nada valieron las
“independencias” con el consabido saldo de muertos y destrucción material,
llevadas a cabo para cambiar ese modelo, pues la chimba independencia política
no ha servido para cambiar la más importante y trascendente dependencia
económica, por no hablar de la crucial dependencia intelectual que ha traído
como consecuencia que los demagogos de turno se la hayan pasado importando más
modelos de esos mismos países que no les interesa para nada cambiar este modelo
pues con el mismo han tenido bastante éxito industrializando sus propios
países, enriqueciéndose a costa de empobrecer a los nuestros.
Con nuestras “independencias” lo
único que hemos logrado es que ahora podemos elegir a nuestros capataces (antes
lo hacían las autoridades coloniales, siguiendo a su vez los dictados de
Madrid), los caporales que antes le manejaban la hacienda a los reyes de España
y ahora se la manejan a las élites de Washington, Londres, Berlín y Tokio,
aunque nosotros creamos que somos “soberanos” y “protagónicos” y nos damos
nuestros propios “modelos”. Eso se les
olvidó a los disociados venezolanos, cuando por ejemplo sus líderes
cuartorrepubicanos puntofijistas importaban modelo políticos y económicos (los
tristemente célebres paquetes neoliberales) para sacarnos de las crisis que
ellos mismos provocaban con sus modelos trasnochados, resultando en todo un
éxito para las élites que se beneficiaron de las privatizaciones de empresas
estatales y en la quiebra de bancos, pero que terminaron en más fracasos para
los trabajadores que se quedaron en la calle y en las clases medias que se
quedaron sin sus ahorros.
Lo que los disociados venezolanos
saboteadores, degolladores y acomplejados en realidad quieren decir es que
nadie en estos países mediocres y atrasados debería atreverse a cambiar ese
añejo modelo colonial disfrazado de “independiente y soberano”, ese modelo
feudalista disfrazado de capitalista que tenemos en Venezuela y en el resto de
países “emergentes”, pues eso contraviene lo planificado originalmente por sus
amos gringos y sus aliados falderos de Europa y Japón, como lo ha demostrado la
triste historia de “revoluciones” y “revolucionarios” a lo largo y ancho de
nuestros continentes.
El modelo a que hacemos referencia y
que los disociados venezolanos con Alzheimer adelantado no se atreve a
mencionar no es otro que el capitalismo globalizado, que sí ha sido exitoso para
el 1% de la humanidad que acumula toda la riqueza producida por el restante 99%
explotado, dominado, masacrado, discriminado y alienado, para quienes sí que ha
sido un rotundo y sonoro fracaso, y será por ello que siempre lo han rechazado
y siempre han intentado sacudírselo de alguna forma, aunque nunca hayan tenido
éxito.
Decir que el modelo que Hugo Chávez
propuso para Venezuela y el resto del mundo ha fracasado es tanto como decir
que un feto en el vientre de su madre ha fracasado como ser humano, sin haber
nacido, crecido y dejado su huella en este mundo. Sólo puede decirse que ha fracasado un
modelo, un proceso, cuando este ha terminado, sólo puede hacerse un balance
cuando se haya delimitado con precisión un principio y un fin, nunca antes de
que haya culminado, mucho menos antes de que haya nacido. Lo bizarro de la llamada “oposición
venezolana” es que rechazan un modelo que aun no nace, echan maldiciones sobre
un feto dentro del vientre de su madre, se resisten a una posibilidad que aun
no se ha hecho una realidad, una condición que le da aun más fuerza porque
sigue siendo una esperanza, sigue siendo lo nuevo dentro de este mundo viejo,
agonizante. ¿Será por eso que odian
tanto al socialismo, porque saben que en el fondo sigue siendo una posibilidad
a la que no hay que darle el chance de nacer?
Venezuela y otros países han
sobrellevado intentos por cambiar el viejo y fracasado modelo
feudal-capitalista, que ya lleva más de 500 años asolando a la humanidad, sólo
que no lo hemos logrado porque nunca nos hemos preocupado por cambiar el
principal modelo, el principal motor de todas nuestras dependencias, el modelo
mental acomplejado e ignorante que todos llevamos en nuestro espíritu de
esclavo, en donde la maldita religión impuesta por nuestros amos
coloniales-patronales juega un papel fundamental, y mientras no toquemos ese
modelo seguiremos siendo presa fácil de cualquier campaña de desestabilización
material o mental que las élites mundiales gobernantes quieran lanzarnos para
mantener su modelo, y de ella no escapan ni los disociados ni los llamados
“camaradas” que siguen desdeñando todo intento por conscientizarnos
políticamente, estudiando anteriores y creando nuestra propia teoría-práxis
socialista revolucionaria-emancipatoria, como tantas veces lo intentó Hugo
Chávez y muchos otros en el pasado.
Tienen razón, señores y señoras
disociadas, el modelo fracasó, pero ha sido SU modelo, feudal-capitalista. Y si alguien tiene alguna duda que le
pregunten a los millones de esclavos africanos e indígenas americanos muertos
en las haciendas, a los millones de niños muertos de enfermedades, de hambre o
masacrados por sicarios en los campos y en las ciudades porque sus padres no
conseguían trabajo o se iban a la huelga, a los millones que murieron en las
guerras de “independencia”, “revoluciones” o guerrillas, luchando por cambiar
ese modelo, a los millones que mueren de hambre o son masacrados como
consecuencia de sanciones económicas o guerras preventivas de exterminio para
controlar las fuentes de riqueza petrolera, minerales estratégicos y recursos
naturales cada vez más escasos, a los millones de “negros”, “árabes”, “latinos”
y “chinos” que son constantemente discriminados y masacrados en las calles de
los países “civilizados” y desarrollados, a los millones de trabajadores que
son explotados a cambio de una miseria de salario, y también pregúntense a sí
mismos los miles de millones de disociados ignorantes acomplejados y mediocres
que nunca se darán cuenta de y por su propia alienación de lo rotundamente
fracasado de este maldito modelo moribundo.
En todo caso los modelos socialistas
que se han intentado en otros países a lo largo de la historia han “fracasado”
no porque el socialismo sea intrínsecamente “malo” sino porque el socialismo en
un solo país es impracticable, inviable e irrealizable en un océano de países
capitalistas, como en su momento lo demostró la Unión Soviética y tantos otros
después de ella, tal y como lo predijeron Marx y Engels en sus obras
científico-filosóficas. El actual capitalismo
globalizado nos demuestra cada día que es imposible el socialismo en una isla o
en un solo país, que sólo podrá materializarse mediante una revolución
permanente mundial de todos los trabajadores concientizados y dispuestos a
hacer lo que haya que hacer para erradicar de la faz de la Tierra este modelo
capitalista errático y fracasado.