por Alfredo Jalife-Rahme
La develación dramática del espionaje global que practica NSA (National Security Agency), brazo del Cibercomando del Pentágono, ha provocado fuertes reacciones, en particular, en el naciente grupo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
El presidente ruso Vlady Putin le concedió temerariamente el asilo al ex empleado del NSA, el estadunidense Edward Snowden, quien vive escondido en Rusia por temor a ser liquidado debido a la posesión de comprometedores documentos digitales que han sido filtrados gradualmente por Glenn Greenwald, audaz reportero del periódico británico The Guardian.
En Brasil, la reacción de la presidenta Dilma Rousseff ha sido muy severa. Mis amigos brasileños comentan que el espionaje a la empresa petrolera Petrobras sacó de quicio a Rousseff, aunque la presidenta de la petrolera de mayoría accionaria estatal, Maria das Graças Silva Foster, asegura nada persuasivamente que fracasó el intento de NSA por capturar los
datos petroleros estratégicosde Brasil (Xinhua; 18/09/13).
Silva Foster asevera que los datos que envía Petrobras a la Agencia Nacional de Petróleo, que maneja la oferta internacional de las reservas en aguas profundas en la licitación de octubre, no resultaron comprometidos, ya que tales datos
fueron enviados físicamente a mano a través de CD y DVD. De ser así, ¿cuál es la razón entonces para que Petrobras planee invertir casi 10 mil millones de dólares en un periodo de cinco años para fortalecer la seguridad de sus datos internos?
Sea lo que fuere, Dilma Rousseff anunció la posposición de su visita oficial a Washington, programada para el 23 de octubre próximo, debido a que el gobierno de EU no explicó adecuadamente su espionaje estratégico a Brasil.
Muy rigorista y nada pusilánime –como otros mandatarios espiados sin mesura–, Rousseff considera que las motivaciones del espionaje de EU no tienen nada que ver con su
autoprotección, sino más bien con
intereses económicos y estratégicos.
Para los legisladores de Brasil, el espionaje del NSA atenta contra la
soberanía (¡súper-sic!) nacional. Hacía mucho que no se escuchaba el término
soberanía, supuestamente caduco en algunos países de Latinoamérica.
Otra medida de Rousseff ha sido su asombroso anuncio público de crear un sistema de Internet mundial independiente de EEUU y Gran Bretaña (el
Internet EU-céntrico).
Se trata de un paso histórico para la creación del
cable BRICScomo infraestructura tecnológica alternativa desde Vladivostok (Rusia), a Shantou (China), a Chennai (India), a CapeTown (Sudáfrica), a Fortaleza (Brasil), que se encuentra en su fase final de implementación (Global Research; 18/09/13): el
plan de Brasil para divorciarse del Internet EEUU-céntrico, es temido por varios expertos de ser potencialmente peligroso (¡súper-sic!) como un primer paso para fracturar (sic) políticamente una red global construida con la mínima interferencia de los gobiernos.
Su creación puede constituir una
real oportunidad económica sin precedentepara los inversionistas internacionales (Ver video:http://www.bricscable.com/).
El
cable BRICStiene una extensión de 34 mil kilómetros, un par de fibras,una capacidad de 12.8 Tbit/s, y un sistema de cable de fibra óptica.
¿Se cae la venta suculenta de la flotilla de aviones F-16 de EU a Brasil? ¿Se gesta defensivamente la balcanización del Internet EEUU-céntrico?
DeDefensa (23/09/13), think tank europeo de estrategia, aduce que una
sub-crisisde la
crisis Snowden-NSAcon la
crisis Brasil-EUes resultado de la
vigilancia intrusiva de la presidenta Rousseff por NSA.
No es lo mismo Brasil antes del espionaje de NSA a Petrobras ni Brasil durante la cumbre del G-20 en San Petersburgo, donde se pronunció categóricamente en contra de la aventura unilateral de Obama en Siria, lo cual, asentó los reales del nuevo orden mundial –un G-3 que no se atreve a pronunciar su nombre, de EEUU, Rusia y China, con sus respectivas esferas regionales de influencia.
Durante la sesión 68 de la Asamblea General de la ONU Rousseff fustigó severamente el espionaje de EU (PressTV y Russia Today; 24/09/13).
DeDefensa analiza extensamente las repercusiones del espionaje al Internet puesto en la picota por la
iniciativa Rousseff, asunto tan sensible como la hegemonía del dólar estadunidense a escala planetaria.
El gran temor de Eric Schmidt, mandamás de Google (Ver Bajo la Lupa; 19/06/13) reside en la balcanización del Internet y no oculta que prefiere la hegemonía de EEUU a cualquier veleidad libertaria.
La balcanización es contraria a la globalización de las telecomunicaciones del Internet, que se encuentran bajo la férula monopólica absoluta de EU.
DeDefensa llega hasta categorizar como una
nacionalizacióndel Internet brasileño
fuera de las normas de EEUU, donde colisionan los intereses omnímodos de la globalización con
los controles nacionales del Internetque desembocan en
un amplio conjunto de medidas de defensa y protección.
La
nacionalizacióndel Internet brasileño, en la lectura de DeDefensa, consiste en
la construcción de cables submarinos independientes de la red de EEUU, de puntos de paso de Internet específicamente brasileños en el país, un encriptamiento propio de Brasil para el servicio postal y el almacenamiento de archivos de comunicación específicamente brasileños por las compañías del tipo Facebook y Google que predominan en Brasil.
Se trata más bien de una liberación de los grilletes digitales monopólicos.
DeDefensa cita un texto de Amanda Holpuch (The Guardian; 21/09/13) quien advierte con el petate del muerto de que
Brasil se va a aislar completamente al romper con la globalizaciónpor lo que
no se atreverá ni podrá cortar sus lazos económicamente esenciales con EEUU que transitan por el Internet bajo control de NSA.
Hoy, la nueva liberación global de los pueblos pasa por el Internet y las telecomunicaciones.
Durante la Conferencia Mundial de las Telecomunicaciones Internacionales (WCIT, por sus siglas en ingles), celebrada en Dubái, se exhibió la alarma de los ejecutivos del rubro sobre un
Internet balcanizado que suprime la libertad On Line.
Este es un falso planteamiento: los pueblos se liberan primero; luego viene su nueva aplicación libertaria, dependiendo de la especificidad de cada país.
Hoy, debido al monopolio absoluto que ejerce EEUU a través de sus servidores, las telecomunicaciones constituyen uno de sus supremos poderes geoestratégicos comparable a su hegemonía del dólar.
Camille François, investigador del Centro Berkman de la Universidad de Harvard, que ha laborado para Google y Darpa (el precursor del Internet inventado por el Pentágono), arguye que
una parte significativa de la experiencia brasileña en Internet está configurada por las trasnacionales de EEUU y obedece (¡súper-sic) a las leyes de EEUU.
Andrew Blum, autor de Tubes, considera que
a un nivel práctico, sería muy, pero muy difícil que Brasil rompa su Internet con el resto del mundo.
Una acción aislada de Brasil sería suicida, pero una acción colectiva del BRICS puede mínimamente obligar a EEUU a repartir las tajadas del suculento pastel de las telecomunicaciones.
13/10/2013
Fuente: www.alfredojalife.com
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